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Columnas de opinión | traidores | Venezuela |

La Sudamérica que los parió

Traidores

Ranking de los diez grandes traidores sudamericanos que no debemos olvidar. Provienen de Perú, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Venezuela, Chile, Brasil y Argentina.

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Sudamérica ha parido a diez grandes traidores que no debemos olvidar. Provienen de Perú, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Venezuela, Chile, Brasil y Argentina. Quizá la traición que más duele provenga de Chile, aunque algunos dirán que la peor es de Uruguay. Daremos nuestro ranking y quedaremos a la espera de sus comentarios.

Número 10. Argentina. Jorge Lanata. Nació en Mar del Plata en 1960. Este verborrágico periodista ha hecho de la ordinariez una industria. Fundador de diarios, revistas y portales, es una de las personas más influyentes de su país; un influencer que no duda en calumniar con tal de obtener un punto más de rating.

Entre 1976 y 1983, bajo el régimen militar, trabajó como mesero de un bar. Años después fundó los diarios Página 12 (una publicación de centroizquierda) Crítica de la Argentina y la revista Veintitrés. En Televisión conduce el programa Periodismo Para Todos.

En sus comienzos, parecía un idealista dispuesto a combatir la corrupción y, sobre todo, al grupo Clarín, conjunto de medios defensores de los intereses de la oligarquía argentina. Llegó a afirmar públicamente que nunca trabajaría para Clarín; pero Clarín le dio con el precio y ahora opera para el grupo.

Egocéntrico patológico, jamás habla bien de nadie; su arte es destruir. Lanata comprendió muy joven que al poder y al dinero no los alcanzaría en la izquierda, por lo que, en 2008, fue a pedir dinero a la embajada estadounidense. Líder del periodismo basura; vende su alma al mejor postor. El suprapoder premia bien a los judas latinoamericanos. Su apartamento en Miami vale 2 millones y medio de dólares.

Número 9. Bolivia. Jeanine Añez. Nació en San Joaquín en 1967. Fue abogada y presentadora de televisión. Ella y sus cómplices, en alianza con Luis Almagro, crearon la crisis de 2019. Pese a que las elecciones fueron ganadas en primera vuelta por Evo Morales, generaron un caos que obligó al presidente reelecto a abandonar el gobierno para evitar un baño de sangre.

Añez fue presidente de facto entre el 12 de noviembre de 2019 hasta el 8 de noviembre de 2020, siendo sustituida por Luis Arce Catacora. El 10 de junio de 2022 fue condenada por sus crímenes y ahora se encuentra tras las rejas. El ultraderechista Jair Bolsonaro ofrece darle asilo en Brasil; pero no es una presa política, sino una traidora a su patria y violadora de la Constitución boliviana.

Número 8. Perú. Alejandro Toledo. Nació en Centro Poblado de Ferrer en 1946. Opositor implacable al régimen de Alberto Fujimori y proveniente de una familia de campesinos, su origen humilde llenó de esperanzas a la Patria Grande cuando alcanzó la presidencia en 2001 y más aún cuando normalizó las deterioradas relaciones con Venezuela. Todo pintaba bien.

Sin embargo, aquel egresado de las universidades de San Francisco y Stanford defraudó a su pueblo. Las denuncias por corrupción bajaron su popularidad hasta un 8%. En las elecciones de 2011 intentó regresar al poder; pero salió cuarto y, en 2016 quedó octavo. En 2017 fue acusado de lavado de activos en vinculación con el caso Odebrecht. Actualmente, está privado de libertad en suelo estadounidense mientras intenta, desesperadamente, evitar la extradición a Perú.

Número 7. Perú. Ollanta Humala. Nació en Lima en 1962. Como militar, protagonizó el levantamiento de Locumba contra Alberto Fujimori y fue presidente entre 2011 y 2016, tras vencer a Keiko Fujimori. En 2017 fue recluido preventivamente, acusado de lavado de activos y asociación ilícita en el caso Lava Jato. Actualmente se le investiga con comparecencia restringida.

Número 6. Perú. Mario Vargas Llosa. Nació en Arequipa en 1936. Es el mayor mercenario de la palabra de toda Latinoamérica. Cuando joven, era idealista y de izquierda, hasta que los poderosos de derecha le ofrecieron el oro y el moro. Ataca a los gobiernos democráticos, pero se inclina ante la monarquía española, que lo ha nombrado marqués. Vergonzosamente cínico, llegó a decir: “¡Los cholos hemos llegado a la aristocracia española!”

Llora el triunfo de Petro y solo defiende las causas que puedan incrementar su fortuna. El suprapoder pagó muy bien su traición a Latinoamérica y le demostró que era más lucrativo cenar con Margaret Thatcher en Londres que con Fidel en La Habana, o vestir un frac en la corte española que un traje en Perú y hasta sonreír a los paparazzi tras repudiar a la revista Hola.

Número 5. Brasil. Sergio Moro. Nació en Maringá en 1972. Se hizo famoso en 2017, cuando condenó a Lula a nueve años y medio de prisión. En 2020, la Justicia declaró inocente a Lula da Silva y señaló que las acusaciones de Sergio Moro eran absurdas. Actualmente, se le investiga por colusión con el equipo de fiscales y Lula es nuevamente candidato a la presidencia. El poder premió a Moro y trabaja para una empresa estadounidense.

Número 4. Ecuador. Lenin Moreno. Nació en Nuevo Rocafuerte en 1953. Llegó a presidente en 2017 gracias a Rafael Correa; pero, apenas alcanzó el máximo cargo, lo traicionó y se inclinó ante Washington. Usó a la izquierda para alcanzar el poder y allí mostró su verdadero rostro. Cómo dicen, “si quieres conocer a un hombre, dale poder”.

En 2018 retiró a Ecuador de la ALBA y más tarde de la UNASUR, a la vez que proponía la entrada a la organización ultraderechista y neoliberal ALIANZA DEL PACÍFICO. Máxima traición. En 2019, molesto con Julián Assange por las denuncias de corrupción en que lo involucró, lo expulsó de la embajada en Londres, lo que le permitió a la Policía británica detenerlo. La Casa Blanca, agradecida.

Número 3. Chile. Michele Bachelet. Nació en Nuñoa, en 1951. Esta es la traición que más nos duele y sorprende; pero, justamente, duele sentir que te han clavado un puñal por la espalda; pero más duele ver que quien lo empuña no era un enemigo. Fue presidente de 2006 a 2010 y de 2014 a 2018.

Como Alta Comisionada de las Naciones Unidas Para los Derechos Humanos, enlodó todo su incuestionable prestigio al hacerle los deberes a la Casa Blanca, elaborando un informe sobre Venezuela totalmente parcializado, el cual parecía redactado por Juan Guaidó. Pese a que recibió a familiares de chavistas quemados vivos por la oposición, se negó a incluir sus denuncias en el informe.

Llama la atención que no hiciera un informe tan lapidario sobre la vecina Colombia, donde bajo el régimen de Iván Duque se eliminaron a 930 líderes sociales. También omitió referirse a los ataques de la oposición venezolana a hospitales y centros de estudio y los intentos de magnicidio organizados por la Casa Blanca desde Colombia. Triste ocaso político luego de una trayectoria impecable.

Número 2. Venezuela. Juan Guaidó. Nació en La Guaira en 1983. Pese a ser diputado por el Estado de Vargas, era un perfecto desconocido para la inmensa mayoría de los venezolanos hasta que, el 23 de enero de 2019, se autoproclamo presidente de la república, con el aval de Luis Almagro, Estados Unidos y varios países de derecha.

Washington le ha dado centenares de millones de dólares para derrocar al presidente legítimo Nicolás Maduro; pero ha sido tal su fracaso que, según encuestas de la misma derecha, la popularidad del golpista fallido apenas llega a un 9%.

Es el responsable de las penurias económicas que viven sus compatriotas, ya que ha impulsado el bloqueo económico y financiero contra su propio país. Él y sus cómplices (falsos ministros y diplomáticos) disfrutan el dinero que la Casa Blanca ha puesto en sus manos, viviendo en hoteles lujosos y viajando a todo el mundo, con los bolsillos y estómagos repletos.

Algunos militares que creyeron en sus promesas se fugaron a Colombia; pero luego se lamentaron y denunciaron a Guaidó y su equipo porque, mientras los desertores vivían en lacalle con hambre y sin nada, aquellos vivían en la opulencia, vistiendo trajes caros y bebiendo whisky importado. Guaidó y sus jefes del Norte robaron a Venezuela sus activos en el extranjero en plena pandemia, incluyendo dinero destinado a la compra de vacunas. Su traición a la patria ha provocado daños terribles; pero Venezuela sigue en pie.

Número 1. Uruguay. Luis Almagro. Nació en Paysandú en 1963. Es el mayor traidor de Latinoamérica. Este abogado devenido en diplomático fue canciller de su país durante el gobierno de José Mujica. Almagro pertenecía al Frente Amplio y escondió durante años su verdadera naturaleza, hasta llegar a secretario General de la OEA.

Provocó el derrocamiento de Evo Morales en 2019 y llegó a avalar una posible invasión armada a Venezuela. Cuando los derechos humanos se violan en regímenes de derecha, como la Colombia de Duque, el Paraguay de Abdo o el Brasil de Bolsonaro, mira para otra parte. Ha vendido su alma a cambio de dinero y poder. Tanto Mujica como el Frente Amplio lo han repudiado y varios presidentes exigen su renuncia.

A la Casa Blanca le quedan pocos cipayos en América del Sur. Todo indica que, en Brasil, Lula desplazará a Bolsonaro y el partido Colorado perderá en Paraguay. El futuro del ecuatoriano Lasso es incierto y Lacalle Pou ya llega a la mitad de su mandato sin haber cumplido ni una sola promesa electoral. Su popularidad, labrada a puro marketing político y manipulación mediática, comienza a acelerar su caída.

La izquierda no solo tendrá que ganar las próximas contiendas; esta vez tendrá que estar atenta, porque los traidores pueden estar donde menos lo imagine.

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