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Cultura y espectáculos

REPOSICIÓN DE «AMOR DE CUARENTENA»

Cuando volvió tu ex

El jueves 10 de junio se repuso la obra teatral Amor de cuarentena, del argentino Santiago Loza, que se estrenó el año pasado con la dirección de Ximena Echevarría, y un elenco de reconocidos actores del medio. Una apuesta a la ficción con recursos internáuticos para tiempos de pandemia, y a la solidaridad con las ollas populares.

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Estamos condenados a volver al pasado. Quizás porque es lo único que realmente poseemos, es lo que podemos masticar, hurgar con la mirada, repasar con el tacto, mientras intentamos asir el presente. Del futuro, mejor ni hablar.

En el presente están los informativos, la expresión más histérica y obsesiva de eso que llamamos “actualidad”. O sea, la reducción al mero dato estadístico de la macabra cosecha del coronavirus y la inacción del gobierno. O la compilación de la enésima opinión de un especialista para darle certificado académico al desastre. En ese presente también está el aislamiento, la soledad, la incertidumbre, y el pasado que cambia sus ropajes para lucir como nostalgia de las salidas que ya no hacemos, o como añoranza del trabajo presencial, o como las exparejas que provocaron desvelos, amor, bronca, celos, dulzura, paz, inquietud. Ellos -o ellas- vuelven solos o convocados por la necesidad de un golpe de adrenalina para sacudir la hibernación pandémica. Vuelven con un correo electrónico, con un mensaje de WhatsApp, más tarde con una foto, con el link para escuchar una canción, un video de las vacaciones en la playa. El diálogo se vuelve una necesidad: chequeamos la aplicación a cada rato, especulamos con lo que podrán contarnos o sugerirnos. El pasado se sirve en la bandeja de entrada y se mastica con la pasión que enciende el fin del mundo conocido.

Con el regreso a los amores de los tiempos ya vividos trabajó el dramaturgo argentino Santiago Loza para uno de sus últimas creaciones teatrales, Amor de cuarentena, que el año pasado, en los primeros meses del encierro pandémico, tuvo su primera puesta en escena en Uruguay -¿en escena?, ¿en escena virtual?- con la dirección de Ximena Echevarría. Y desde el jueves 10 de junio de este año, esta producción fue repuesta con el mismo elenco: Victoria Rodríguez, Gustavo Saffores, Nacho Cardozo, Delfina Martínez, Rogelio Gracia, Leonor Chavarría, Germán Weinberg y Noelia Campo.

Hasta aquí la presentación de los primeros detalles de la reposición no tiene misterio: bien podría ser un regreso a cualquier escenario del país. Pero, estimados lectores, no se apuren a buscar el título en las carteleras habituales. Amor de cuarentena es otra experiencia teatral que recoge el guante que tira la crisis sanitaria, juega en otra escena, la escena virtual, y apuesta a la solidaridad ya que lo recaudado por la venta de entradas será donado a la Coordinadora Popular Solidaria de Ollas por Vida Digna que nuclea 183 iniciativas entre ollas y merenderos de Montevideo, Canelones, San José, Colonia, Rocha, Durazno y Salto.

Pero la obra no se la puede ver por YouTube ni por Facebook ni por Instagram, y el verbo “ver” seguramente no es el más adecuado para referirse a ella. Es que la obra de Loza fue concebida para el ecosistema digital de WhatsApp, no tiene hora de comienzo ni sala, pero sí hay que sacar entrada -¿se le puede llamar “entrada”?- para ser parte de una experiencia de ficción que conectará espacios íntimos durante 14 días.

 

Te llegó un mensaje

El funcionamiento de Amor de cuarentena es sencillo e interactivo. Quienes sacaron la entrada en Red Tickets recibirán, durante 14 días, una serie de mensajes de WhatsApp con textos, fotos, videos, música, de un ex ficticio que tuvieron que elegir del elenco de actores. No podrán responder esos mensajes, según indica el manual que les llegó el primer día. No obstante, la interacción se activa al sumergirse en una dinámica que cruzará experiencias personales reales -el juego con la imaginación del espectador- y ficticias.

Cada uno de los actores encarnará un amor del pasado, convocará imágenes, recuerdos, de una posible relación. El texto para cada uno de ellos es el mismo, sin embargo la realización variará según el trabajo de composición. Ha comentado la directora, Ximena Echevarría, así como algunos de los actores, que el proceso de preparación de la obra fue virtual y que cada uno tuvo que producir los distintos recursos -fotos, videos, audios, ambientación sonora- que utilizarán. Un trabajo distinto al montaje de una obra “tradicional”, que movilizó otras habilidades y técnicas, y desafía a la construcción de un nuevo lenguaje teatral que explora los recursos disponibles y potenciados por el tiempo de pandemia.

La actriz Noelia Campo ha dicho que la obra construye una experiencia afectiva tierna, profunda, y establece una nueva correlación entre ficción y realidad. Ninguno de los “espectadores” -ya habrá que buscar un nuevo término- sabe a qué hora le llegará el mensaje, ni qué le dirá o le mostrará el actor. Esto alimenta una expectativa que no es diferente a otras experiencias que se viven a través de WhatsApp. Cuando llega, la vivencia es muy cercana: se lee, se escucha, se ve, como el mensaje que podría enviar cualquier conocido, cualquier ex que reapareció.

El límite entre lo real y la ficción es delicado y sinuoso, a la vez que muy efectivo para animar a otras formas de interacción significante con una obra teatral. Ya no hay una distancia que separe el escenario de la platea, y el pacto comunicativo y estético se construye en la intimidad, revuelto con las acciones cotidianas, con otros tiempos para explorar los confines de la imaginación.

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