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Cultura y espectáculos Drácula | Pepe Cibrián |

Con Pepe Cibrián

Drácula en Montevideo

Drácula, el musical, una historia eterna, de Cibrián-Mahler, se presenta en la sala Campodónico del teatro El Galpón la semana próxima.

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Caras y Caretas Diario

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Caras y Caretas conversó con Pepito Cibrián y Cecilia Milone en una fría tarde invernal montevideana.

Cuenta la leyenda que una calurosa mañana del mes de febrero de 1991, el entonces joven Pepe Cibrián, después de perder todos los ahorros de él y su mamá, la actriz Ana María Campoy, en un estrepitoso fracaso teatral decidió cambiar el rumbo y se animó a llamar por teléfono al responsable del mítico Luna Park. Tito Lectoure atendió la llamada con sorpresa y una pequeña confusión, En un primer momento creyó que hablaba con Cibrián padre, su viejo amigo. De todos maneras aceptó el pedido y quedaron en verse al día siguiente. El primer paso estaba dado. Había logrado la entrevista deseada, ahora tenía 24 horas para pensar qué le planteaba al reconocido Tito Lectoure.

Drácula empezaba así su camino de éxitos. Comenzó con la audacia de Pepito Cibrián al ofrecer una obra que ni siquiera había imaginado, esbozó unas ideas y el administrador del Luna Park redobló apuesta y ayudó a convertirla en un fenómeno.

La obra angelada se creó en 6 meses. El proceso empezó el 23 de febrero de 1991 con el sí de Tito y terminó con una fastuosa puesta en escena, al estilo Broadway, que costó un millón de dólares (de la época) que se recuperó en tan solo diez días. Recordó la cantante y actriz histórica integrante del elenco Cecilia Milone a Caras y Caretas, que cuando comenzaron las audiciones, “no teníamos textos, fuimos armando la obra día a día y así rápidamente me enamoré. Sin duda Mina soy yo, y Drácula es lo mejor que me ha pasado en mi carrera”.

A lo largo de once temporadas oficiales, seis giras nacionales y cuatro internacionales, recibió más de tres millones y medio de espectadores, recuerda orgulloso Pepito Cibrián. Se grabó en casete, en CD, en un disco doble y ahora llega a Spotify.

El furor también generó miles de fanáticos de todas las generaciones, despertó vocaciones, impulsó la apertura de escuelas musicales, disparó el boom del género en la cartelera porteña e inspiró a productores. Un verdadero revuelo de órdago.

A tres décadas de su gesta sigue llenando salas y revolucionando cada teatro donde se presenta.La próxima semana será el turno de su llegada a Montevideo en la sala Campodónico de teatro El Galpón.

Un viaje de amor, delirio misterio y pasión que le gana al tiempo. La atemporalidad de Drácula, el musical, habita en la emoción escrita en sus letras. Con la poesía y la música de la dupla Pepe Cibrián-Ángel Mahler se ha constituido en un antes y un después en la historia del teatro musical argentino.

La versión 2022 cuenta con su dúo protagónico original: Juan Rodó es Drácula y Cecilia Milone, Mina. Los acompaña Josefina Scalglione como Lucy. Según contó Pepe Cibrián a Caras y Caretas en Montevideo, Drácula se presenta con 26 personas en el escenario, su escenografía original a escala y el vestuario que desde 1991 los acompaña.

La leyenda de la historia de terror convertida en un drama romántico, una partitura que enamora desde el primer acorde, comenzó con una sonrisa. Pepe recuerda que el jefe de boletería del Luna Park el día antes del estreno le dijo: “Lo dudo, querido Pepe, pero si un día te digo que sonrías, es porque vas a llenar. Llámame todas las mañanas”. La profecía se cumplió. Entre las dos funciones del primer sábado se vendieron 10.000 butacas y el éxito fue arrollador.

Sin embargo, el inicio de esta historia, se gestó en un momento muy difícil de los Cibrián Campoy. Pepito acababa de perder todo tras el fracaso comercial de Las Dulces Niñas, un musical que había creado junto a su madre.

“Pedirle a Tito una cita, conseguirla y no saber qué llevarle fue la locura más mágica e inteligente que cometí en mi vida. Me atendió, porque me confundió con mi padre. Enseguida se dio cuenta de que no lo era, pero me citó al día siguiente, porque era una bellísima persona y se apiadó de mí… y porque le dije que tenía una propuesta para hacerle”, le confesó Cibrián a Caras y Caretas.

En mi cabeza no tenía la menor idea de qué iba a darle. Asocié a Drácula pensando en el Fantasma de la Ópera. No había leído la novela de Bram Stoker ni me gustan los vampiros. Solo sabía que chupa sangre, pero el personaje me generó una pasión por salir adelante”, recuerda con una sonrisa.

Me presenté sin nada escrito y le propuse un Drácula romántico. Naturalmente, no soñaba con el Luna Park, sí con un teatro de 300 localidades, pero Tito me ofreció 40 funciones de 5.000 personas cada una. Y ahí empezó la gran aventura, recuerda emocionado.

Lectoure se arriesgó a llevar algo nuevo a su reducto boxísitico donde los acontecimientos esenciales del box sudamericano ocurrieron en esa mole encallada en la manzana comprendida por las Avenidas Corrientes y Madero y las calles Bouchard y Lavalle, que los uruguayos reconocemos dentro del paisaje porteño cuando cruzamos el charco.

Pepe contó que un día, pasado el tiempo, le preguntó a Tito por qué le había dado tanto. “El desafío me dio la sensación de volver a boxear. Porque estoy acostumbrado a hacer campeones y consideré que podrías ser uno de ellos” le respondió. La verdad, con el diario del lunes a la vista, no se equivocó.

El 27 de marzo de 1991, Cecilia Milone tomó su primera prueba con apenas 22 años. “En una primera etapa nos seleccionaban, era ser parte del elenco. Hasta que un día supimos que iba a estar integrado por 66 personas. Recién el 22 de abril, casi un mes después, supe que había conseguido ser Mina Murray. Algo de mi sabía que iba a lograrlo”, evoca la Milone y agrega “Pepito es para mí, familia. Lo siento mi hermano mayor de la vida”. “El 29 de agosto de 1991 nació Drácula en el Luna Park y yo nací como artista. Esa fecha late en mi alma con más fuerza que mi cumpleaños”.

Drácula, el musical y la despedida seguirá su gira después de presentarse los días 19,10, 21 y 22 en Montevideo. El próximo verano desembarca en la ciudad de Mar del Plata para darle un broche de oro a la celebración de sus 30 años.

Antes de despedirnos, Caras y Caretas le preguntó a Pepito por qué recomendaría al público montevideano que vea las funciones de despedida. “Montevideo y su público es muy exigente en sus gustos. Es un suceso en la historia del musical argentino que una obra traspase generaciones. Drácula es eso. Vienen las familias, los amigos y se ha transmitido por el boca a boca. Es un clásico que genera verdadera pasión.

“En mi caso personal -agrega Pepito- yo quiero muchísimo al público uruguayo”. Y nos hace una confesión a modo de despedida. “Debuté como actor en el teatro Solís con 14 años. Fue en una gira de mis padres, unas vacaciones de invierno, cuando trajeron la obra Buenas Noches Karina. Era un papel muy pequeño, pero tengo el orgullo de decir que debuté nada menos que en el teatro Solís.

Texto: Rosana Cheirasco

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