María Amelia Díaz de Guerra, conocida como Maruja Díaz, nació en Montevideo en 1923 y falleció en 2020. De niña se mudó a Maldonado con su familia, donde vivió y trabajó por casi ocho décadas. Estudió Magisterio, profesión que ejerció en distintas escuelas del departamento, e Historia.
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"Usaba pollera por arriba de la rodilla y se pintaba los labios de rojo. Secaba la yerba al sol y fumaba tabaco. Así se les presentó a sus primas el incipiente feminismo latinoamericano: una mujer joven que viajaba sola, estudiaba, escribía, fumaba y tenía los labios rojos", relatan desde el Instituto María Díaz de Guerra.
La herencia (en Poemas del tiempo)
"En el instante mismo en que moría
lleno de sombra el corazón guardado,
lleno de esa sustancia oscura y lenta
que no se dio jamás mientras vivía
dobló las alas quietas de su sueño
las entornó despacio con amor para
siempre y para siempre las dejo en el nido
en el armario con espejo de luna
entre las sábanas. Y allí se quedarán.
Mañana un día sus hijos o los hijos de sus hijos o los venideros descendientes
de los que hoy fueron sus amigos
al escalar por el olor los años del armario con luna trastornados,
arrancarán el sueño sin quererlo
desplegarán las alas en el cuarto
y asombrados felices pesarosos
al recibir la herencia de un muerto
ya olvidado, volverán sus miradas
al retrato que cuelga en la pared.
Desesperados. Por la primera vez. Desnudos".
Díaz fundó y dirigió la revista de carácter departamental La ballena de papel (1968-1972), con un grupo formado por Pola Bonilla, José Enrique Bengochea, Carlos Tonelli y Alberto Willat. Entre 1974 y 2005 publicó libros y artículos sobre la historia de Maldonado. Fue pionera en el estudio de la vida privada y de los grupos tradicionalmente desplazados de la historia regional, como los africanos y sus descendientes.
Publicó tres libros de poesía: Desde antes de la infancia, Poemas del Tiempo y Poesía, este último con prólogo de Idea Vilariño. Fue "acérrima militante de recuperar las distintas voces, de identificar y reconocer las historias personales, de la identidad como construcción histórica que necesita incorporarnos para ser narrados colectivamente", según el IMDG.
Dos de sus poemarios y varios números de La ballena de papel se pueden leer en formato digital en la web de la Biblioteca Nacional de Uruguay (BNU).
La visita (en Desde antes de la infancia)
"—Quédate— me dirías,
porque es tan tarde ya
de noche, por la calle
nadie te reconocería
pegada a las paredes
como una sombra
cruzando puentes
debajo de faroles
cae una lluvia fina
que penetra la ropa
está todo tan gris
y solitario
el reloj de la iglesia
brilla como una luna
allá en lo alto
y marca alguna hora
de esas perdidas horas
que no se cuentan,
—quédate— y tu voz sería grave,
dulce como las uvas
y yo me tentaría
porque es un rincón tibio
y hay sillones
este calor de hogar
en las paredes
y sobre los muebles
hay fotografías
de seres queridos,
ceniceros
y flores
yo me quedaría,
este gran ventanal
con la cortina
y tu tricota azul
tienes un cuadro antiguo
tan hermoso
no lo vendas,
por favor no lo vendas,
si me pierdo mirando
esas lanzas doradas
que refulgen al sol
si me olvido de Irme
no puedo levantarme
debe ser ese cuadro
no sonrías
es demasiado triste
te diría que no,
que no puedo quedarme,
de ninguna manera
no puedo".