Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Cultura | escrituras | Montevideo |

En la noche de las librerías

Noche de escrituras, noche de libros

Caras y Caretas recorrió la ciudad en La Noche de las Librerías, y charló con amigos libreros en una jornada consagrada a las escrituras.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

Montevideo, desde sus orígenes, ha sido una ciudad de escrituras. Mucho se escribió sobre ella y su puerto, su profunda ensenada y los pamperos que aveces la asolaban. Escrituras de viajeros, excitaras en ciernes, que comenzaron a dibujarse por las calles de lo que fuera San Felipe y Santiago de Montevideo en aquellos inicios. Poco tiempo después se inauguró el comercio que fue la piedra fundamental de las librerías Montevideanas: Aquella Librería de Jaime Hernandez, la primera realmente significativa y Hernandez, el primer librero de relevancia. Los libros se fueron abriendo espacio y ganaron, progresivamente, un espacio propio.

Así comienza el importante trabajo colectivo Historia de las Librerías Montevideanas 1830-1990, de Andrés Linardi, Alejandro Michelena y Gabriel Sosa, (Planeta). Es un aporte fundamental ala historia cultural de Montevideo, ciudad austral y abierta al mar, ciudad de lecturas y de libros.

Hablar de librerías es también hablar de libreros. Y es pensar ese espacio paulatinamente construido como un lugar de búsqueda, intercambio y cercanías, en el que la presencia del impreso pasó a convertirse en el centro de todo interés. En materia de impresos, si consideramos la tríada de imprentas, librerías y editoriales, cuando Jaime Hernandez de profesión tipógrafo llega a Montevideo, comienza una nueva etapa en la que se instalan establecimientos dedicados exclusivamente a la comercialización de libros. Fue además el punto de partida para la construcción de prácticas de lectura en los sectores letrados del Montevideo de la segunda mitad del Siglo XIX se extendiera.

Así en los albores del siglo XX aparecen la Librería Universal de Francisco Vásquez Cobres, la Librería Nacional del mismísimo Antonio Barreiro, la Liberaría Moderna y la Florencio Sánchez de Orsini Bertani quien contribuyó activamente a la consolidación de un campo editorial que hizo posible la circulación de las primeras colecciones populares. Otro librero y editor proveniente de Galicia que hizo mucho fue Claudio García, responsable de la Librería y Sello Editorial La Bolsa de los Libros.

En los noventa, la dupla café libros de la mano de David Pesano, tomaron impulso hasta llegar al éxito que son en la actualidad. Los libros y los libreros, responsables de las huellas de la lectura de un sinnúmero de lectores anónimos. El lugar de los libros, como espacio de mediación y su trascendencia desde lo social y lo político. La Librería, ese recinto casi sagrado de pasiones que lleva al encuentro y lo amplifica.

Entre letras y tasas

Además de su particular aroma y sabor, el café suele ser un aliado para la Búsqueda de alguna lectura y la charla entre amigos. En la esquina de Avenida Rivera y Mario Casinoni se encuentra La Libélula, libros & café. Caras y caretas visitó a su responsable Nazarena Mendez Ingold, en plena celebración de la noche de las librería.

Su pasión comenzó desde muy chiquita, pues desde que tiene memoria le gustan los libros. “Mi abuela, Violeta, tenía una librería en Tarariras, que se llamaba La Góndola. Yo soñaba con ir a visitarlos y mi mayor felicidad era quedarme todo el día revisando sus libros, nos relata emocionada. A lo largo de su vida la dueña de La Libélula, nunca se despegó de los libros. Y luego de cumplir con el mandato familiar de recibirse de Licenciada en Ciencias de la Comunicación en la Católica, decidió abrir su propia librería.

La Libélula es un espacio que invita a la lectura, muy íntimo donde su público en general va en busca de recomendaciones de buenos libros y su dueña, con gusto asesora de manera personalizada. Nazarena nos cuenta que se ha especializado en libros infantiles y se nota. Desde muy temprano el viernes 19 en la Noche de las Librerías, la Libélula se lleno de público juvenil acompañados de sus papás dispuestos a disfrutar una jornada a puro cuento y relatos infantiles.

Al llegar a Escaramuza, la vieja casona de la calle Pablo de María, todo era un fiesta, habían sacado la mitad de la librería a la calle. Nos recibió Alejandro Lagazeta su dueño que se aprestaba a iniciar la celebración de las noches de las librerías, con una presentación muy variada.

Lagazeta incursiona en el mundo de los libros hace más de 20 años siendo muy jovencito, con un puesto en la feria de Tristán Narvaja que abría religiosamente todos los domingos. Aún la recuerda como una bajada a la tierra para no marearse. Además de una librería, Escaramuza, es también una editorial que completa una familia, integrada por la Librería La Lupa y la Editorial Criatura Libros y nos cuenta orgulloso que ahora agregaron una distribuidora. Lagazeta nos recuerda com mucho orgullo que nació en la Teja, hizo la escuela y el Liceo en Villa Española, y estudió administración en la ORT y en la UDE gracias a los dueños de una empresa de levadura, su primer experiencia laboral en serio, que lo ayudaron seguir adelante y crecer.

Su socio en Escaramuza es el argentino Pablo Braun dueño de la Librería Eterna Cadencia que lleva el mismo formato de librería, café y editorial que se encuentra en el barrio de Palermo. La reciclada casona de la calle Pablo de María donde funciona hoy Escaramuza es algo más que una librería café. Hoy además es un restorán y un lugar de encuentro obligado cuando queremos buscar buenos libros.

El foyer del Teatro El Galpón se trasformó el viernes pasado en una gran librería, Editorial Banda Oriental presentó de la mano del periodista Alejandro Camino, varias libros publicados durante este año.

El paisaje de 18 a la altura del tradicional Teatro Montevideano acompañados por la noche dio paso a un publico juvenil en su mayoría, que tomó por asalto la calle mientras exploraba los anaqueles de la Editorial en busca de un buen libro para completar la velada. Caras y Caretas conversó con Gustavo Laborde, autor de los sabores de la Nación, Cocina e Identidad en la Historia del Uruguay.

Gustavo Laborde nos cuenta que es Doctor en Antropología Social por la Universidad de Barcelona y tiene un máster europeo en Historia y Cultura de la Alimentación. Actualmente, se desempeña como profesor en la Escuela de Alimentación de la UDELAR. Dicta cursos sobre Historia de la Alimentación en Barcelona Culinary (España). Es autor del libro El Asado. Origen, Historia, Ritual.

Con un estilo riguroso y una mirada original, accesible para todo público, nos dice Laborde, realizamos una investigación que creemos constituye un aporte completo en el campo de los estudios alimentarios en Uruguay en consulta con la bibliografía y los archivos disponibles.

A caballo entre la antropología y la historia, nos propone leer el proceso de construcción de la conciencia nacional y la identidad de los uruguayos en clave culinaria.

Si bien no se suele pensar en la cocina del país como un elemento central constitutivo de nacionalismo, a lo largo de sus páginas este libro demuestra la estrecha relación que ha existido entre la culinaria y la forja del “ser nacional”, en tanto encarnación del os valores e ideales más emblemáticos de la identidad uruguaya.

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO