El sábado, los caprichos, el estreno, los clásicos
En horas, Sebastián, con todo la familia pelotera -con German Daffunchio, Tomás Sussmann, Gabriela Martínez, Gustavo Jove, Alejandro Gómez- harán otro viaje a otro punto. Cruzarán el charco para tocar nuevamente en Montevideo. Será el sábado 5 de octubre, a las 20, en Sala del Museo del Carnaval (Rambla 25 de agosto esquina Maciel, Ciudad Vieja).
El tren ya no se escucha. Sebastián, que sigue con el auto detenido, dice: “Sí, tenés razón, nosotros vamos a Uruguay como mínimo una vez por año, y a veces vamos más”. Ya es el paso del hábito al ritual, y del ritual a la tradición. Aquí, en la otra orilla, la feligresía pelotera está de parabienes.
Embed - Las Pelotas - Los Dos (Video oficial)
La idea es esta: “En la gira de este año estamos mostrando mucho de nuestro repertorio. Vamos a estrenar un tema nuevo, ‘Los dos’, que acaba de salir hace menos de una semana, así que esa novedad va a estar. Y, bueno, este estreno estará acompañado de clásicos de todo el repertorio. Nosotros hacemos como una revisión un poco de lo que tocamos la última vez que fuimos a algún lugar para no repetir, para no hacer siempre lo mismo. Por suerte tenemos mucho material para elegir, tenemos muchos discos. Así que bueno, va a ser una mezcla de clásicos y también de caprichos nuestros que siempre hay y que está bueno hacerlos”.
Lo virtual, el disco, los discos, lo que viene
El plan de este concierto en Montevideo acaso no tiene misterio. ¿O sí? Con 36 años en la ruta roquera, la firma de las Las Pelotas no solo está en la vidriera de los clásicos, de las bandas longevas que pueden dialogar con otra ¿comodidad? -o soltura, o lo que sea- con lo pasado, con su pasado. Y, a la vez, asumir el juego de tensiones con las innovaciones y migraciones que entraña el acto creativo. El estreno importa, es clave, incluso más allá de las demandas de la industria discográfica. Es acaso una suerte de prisma que permite relecturas “hacia atrás” y aventurar hipótesis de “lo que viene”.
Y “lo que viene” es otro disco de estudio, que se suma a una extensa discografía de la que el propio Sebastián no tiene un registro “contable” de títulos. ¿Son 12 discos, son 13? “Con la cuenta estoy perdido. Ahora salió un disco, uno virtual porque salió solo en plataformas. Es un disco con el registro en vivo de de lo que hicimos el año pasado en Movistar Arena, y, bueno, pero yo ni lo cuento. Tal vez debería incluirlo como otro disco más en vivo... qué se yo... en mi colección de cedés y de vinilos no está porque no salió nunca en formato físico”.
Lo que se viene, sigue Sebastián, es “trabajar con un material nuevo, pero lo estamos encarando de a poco porque este año fue de mucha gira, de mucho ir y venir, y, además, nosotros tenemos una mitad de la banda vive en Córdoba y la otra mitad vive en Buenos Aires. y tenemos el estudio en Córdoba. O sea que tenemos que ajustar el tiempo para irnos para allá, laburar y componer y intercambiar ideas y proyectar las cosas nuevas. Lo estuvimos haciendo en los huecos que nos dejaron los viajes. Ideas hay muchas. Algunas están más terminadas que otras”.
Este proyecto “seguro que se concretará el año que viene, en 2025”. Ahora “estamos sacando singles antes de redondear la producción del nuevo disco”. Es que la banda, dice Sebastián, le “gusta ir sacando, difundiendo, las canciones que se van terminando; no queremos dejarlas en el arcón sino compartirlas como adelantos”.
Esa aparente -y solo aparente- fragmentación no conspira contra el habitual trabajo con la unidad conceptual de una obra, de un disco. “Los tiempos han cambiado mucho, las prácticas también. Pero ese trabajo con la unidad conceptual nos sirve para ponernos en paz con ese laburo. Y el material que estamos haciendo tendrá siempre un punto de continuidad con lo anterior y al mismo tiempo tendrá que buscar algo que sea nuevo, que diga cosas nuevas, que no sea mera repetición”.
También la banda piensa mucho en “el efecto de los temas que tocamos en el vivo”. Allí, en escena, “es donde tenemos una devolución; es allí donde se completa el círculo de la composición, la interpretación, de una banda de música popular: cuando mostrás la música a la gente y la gente te devuelve con su oreja algo sobre lo que vos hiciste”.
Este último tema que lanzaron -”Los dos”, por ejemplo, “es muy diferente a lo que veníamos haciendo”. Es una canción con “mucho brass, que es casi un reggae; es como si fuera un tema de primavera, digamos, muy directo y sencillo, ¿viste? Cero enroscado y muy directo, bien al cuerpo, más bailable. Pero bueno, teníamos ganas de eso, de aflojar un poco las guitarras distorsionadas y ser un poco más al cuerpo”.
El gesto contracultural
El rock, sostiene Sebastián, sigue sosteniendo ese gesto contracultural que marcó la historia del género y la historia particular de Las Pelotas.
“Esto tuvo que ver con la estética, con el volumen, con las guitarras eléctricas, con la distorsión, con hablar de cosas que no se hablaban. También tuvo que ver, al menos en Buenos Aires, o en toda Argentina, con romper con la generación tanguera, que no le hablaba a la generación más joven. Pero, ojo, a mí me encanta el tango. Pero estoy pensando más desde otro punto de vista. Ahora, las nuevas generaciones de las músicas populares tienen una admiración por las generaciones anteriores del rock, por Spinetta, Charly, Los Redondos, Las Pelotas, Virus. Aman esas canciones”.
Ese gesto, “rompan todo”, ¿en el contexto actual de Argentina, con los violentos recortes y las prácticas represivas que comanda el libertario Javier Milei, se vuelven más “peligrosas”? “Como te dije, yo ahora me voy para la marcha. Hay que asumir el riesgo, porque lo que están haciendo es un recorte terrible en la cultura. Es terrible lo que están haciendo en todo, en la educación, con los jubilados. No les importa un carajo nada. Fijate que la pobreza aumentó un 11 por ciento. O sea, todos los índices son peores que antes, y eso que antes ya venía mal, muy mal. Viene una decadencia grosa y ahora esto es de hijos de putas: lo aceleraron. Bueno, es un gobierno elegido por la gente y las instituciones, por ahora, funcionan. Pero el proyecto político de ellos es antípoda de lo que yo pienso. Ellos recortan todo lo que no sea un negocio o lo que no fuera algo que genera un beneficio para algunos. Así que estoy en contra de todas esas políticas. No es fácil, pero esperemos que en algún momento termine”.
La resistencia sí existe, enfatiza Sebastián. “El año que viene votaremos otra vez, y mientras tanto hay que seguir con las acciones en contra, con la protesta, el reclamo”.