"Soy una de las víctimas de Penadés. Cuando yo hice la denuncia seguía con mi vida normal, feliz por lo que había hecho en su momento que me había sacado ese candado que tenía guardado hace muchos años. Todo cambió desde el momento en que comenzaron a querer identificarnos. Mi vida dio un golpe giro inesperado, mi salud mental. Comencé a tener policías caminando por la cuadra donde vivía, cosa que nunca en todo el tiempo anterior que estuve viviendo ahí los vi, incluso los llegué a tener en la puerta del edificio. Eso ya va fue la paranoia total, saber que nos estaban tratando de identificar usando el aparato del estado. Tener esa situación de tener policías en la puerta de mi casa, del edificio donde vivía, cosa que nunca te repito, en el tiempo que estuve ahí los vi en ese lugar. Ya va a ser un año de esa situación. Llegó un momento en que tuve que vender todas las cosas, dejar el apartamento porque la policía seguía estando ahí, renunciar a mi trabajo, me tuve que ir a vivir a la calle porque me sentía más seguro. Una situación sumamente dolorosa que nada. El hecho de tener que estar incluso hoy alejado de mi familia, de mi hija, de su madre", contó a Martini.
Con respecto a lo actuado y el no pago acordado, NN expresa: "Estas personas fueron condenadas y acuerdos abreviados asumen que estaban tratando de identificarnos para ayudar a Penadés. ¿Sabían que estaban cometiendo un delito en el momento que lo hacían? Se imaginaban quizás no quizás sí, el daño que me podrían estar causando psicológicamente. Hasta el día de hoy, muy, muy mal. No he podido rencauzar mi vida. Y estos muchachos por medio de un acuerdo abreviado, varios de ellos están sin cárcel, no dan pago. Parte del acuerdo abreviado, que es la remuneración que cuando yo denuncié lo que menos quería o intención tenía era de obtener algún rédito económico. Porque estoy claro que en algunas cosas la ley me ampara y en otras no. Pero hoy sí estoy en la necesidad por todo lo que perdí, de intentar que se me remunere lo que corresponde por todo lo que yo he tenido que perder a causa de ellos y de lo que intentaron hacer. No me parece nada justo tener que estar viviendo esta situación. Mi cabeza a veces explota. A veces tengo para comer, a veces no tengo para comer. Como salteado si trato de hacer alguna changa donde me sale por todo eso que me tocó vivir y volver a levantarse me cuesta arriba. Yo ganaba aproximadamente $1000 mensuales para alquilar, me daba para tener a mi familia. Hoy no me da para nada. Me mantiene vivo mi hija".
Las declaración del Presidente Luis Lacalle son recordadas como el gesto supremo que lo arrojó al escarnio y hace sentir mas injusta su actual situación: "Sale todo esto en su momento, las personas nos intentan identificar, los empiezo a tener frente a mi casa. En ese momento también salen las declaraciones del presidente de la República, creyéndole apenas es del ministro del Interior apoyándolo, diciendo que es él, que va a ser la denuncia y que no se denuncia por redes. Eso fue increíble, imaginate. Y después todo. Trato de estar tranquilo, busco trabajo para poder salir, pero se me hace difícil. Y recuerdo cuando tuve que dormir en la calle después de entregar el apartamento, que era más seguro ahí. Eso me quedé muchas noches en la terminal, las noches en otros lugares, ahí con unos cartones tapados. Estoy un poco molesto por cómo se vienen dando las cosas. Ya te repito, siento que nos tomaron el pelo, que se rieron de nosotros. No salvar a el amigo y a la hora de tener que hacerse cargo, no seas encargo. Hoy me duele, te digo de nuevo, no sé qué hubiese sido de mí si no estuviera ella. Unas fuerzas bárbaras, pero si no estuviese ella, yo no sé qué hubiese hecho de mí. La verdad, no, no sé. No sé si estaría acá. La vida ya no es normal. Evito ciertos lugares, como te digo, voy solamente a ver a mi hija. Yo sentí cuando denuncié que alivianaba una parte de mi alma, de mi vida. Todo lo que vino después fue peor".