Hacía mucho tiempo que no se veía a la Ministra de Economía y Finanzas, Ec. Azucena Arbeleche. Pero llegó el día de su reaparición, con motivo de la exposición que se viene haciendo en el mes de febrero con datos fiscales y otros sobre la economía.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Este evento se hace a pocos días de la exposición (2 de marzo) que hará el presidente de la República ante la Asamblea General. En esta oportunidad quedó claro que los contenidos, el tono y la información transmitida sobre la gestión y sus proyecciones en el plano económico es parte de la campaña electoral.
La ministra Arbeleche, que declaró que no va a hacer campaña y que mantendrá el cargo hasta el final de la gestión, está claramente haciendo campaña porque ese fue el contenido y el tono de su reciente discurso.
Cabe preguntarse, ¿por qué Arbeleche había "desaparecido" de los estrados públicos? Y aquí pueden ensayarse dos respuestas: o existen pocas cosas que mostrar en el plano económico o directamente que la economía no es la mejor faceta del gobierno.
Esto queda claro cuando salen las encuestas sobre los principales temas que preocupan a los uruguayos y se repite en los primeros lugares: economía, trabajo y seguridad.
Siempre triunfalistas y sin sustento son las declaraciones en el plano económico. Los datos aparecen a veces sí y a veces no y las referencias son siempre las que convienen.
Pero lo que vuelve a suceder es que el "dato mata relato" y quienes salieron a justificar no fueron lo suficientemente claros, como fue el caso de la precandidata Laura Raffo que defiende la presentación y los números, pero como necesidad de campaña declara que se debe hacer foco en reformas macroeconómica que están pendientes como ser: costo de vida elevado de Uruguay, problemas con los precios de frontera, facilitación a los emprendedores y las pymes, y mejora de la competitividad.
Necesariamente defiende las reformas hechas por este gobierno.
En los temas que habla hay una realidad que viene desde lo macro y lo micro, pero muchos de los problemas mencionados son hoy parte del modelo imperante. Por lo tanto, es claro como la precandidata entra en una contradicción y a claras vistas sin demasiado contenido.
Cuando la campaña electoral se basa exclusivamente en emociones y en estrategias de marketing que no contemplan un rumbo país se generan distorsiones y se da lugar a justificar reformas y medidas de ajustes que lo único que traen son perjuicios a la realidad de los trabajadores.
La defensa de los resultados fiscales y la regla fiscal no se sustenta en los datos.
Y, concretamente, aunque no se reconoce los mismos datos muestran que existe un deterioro fiscal en el último año y concretamente el déficit fiscal proyectado aumentó 0,7% del PIB y la meta del déficit estructural aumentó 0,6% desde junio 23.
Por otra parte, en relación a los datos de empleo: ya que la mayor parte del empleo que se crea es informal, hay un claro deterioro del mercado de trabajo. Y la recuperación del salario real se da en la medición de diciembre con diciembre, pero no los promedios y existe un grupo grande que aún no lo alcanza.
Claramente, las luces largas no están prendidas, pero tampoco las cortas.