Por otro lado, destacó el crecimiento del salario real en un 4% durante 2023, así como la reducción de la inflación del 8,8% en 2018 al 5% en 2023, aunque persisten desafíos en áreas como la pobreza y la precariedad laboral.
La ministra también abordó el tema de la reforma de la seguridad social, señalando su importancia para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas. Afirmó que es posible gastar más de manera focalizada y eficiente sin comprometer la estabilidad fiscal, y destacó la necesidad de mantener un equilibrio entre el gasto y la reducción de impuestos.
A pesar de algunos datos alentadores, como el crecimiento que se espera del producto interno bruto (PIB) en un 3,5% para 2024 y la creación proyectada de 14.000 empleos adicionales, existen problemas que requieren atención.
Las exportaciones, la actividad industrial, la pobreza, en especial la pobreza infantil, los altos niveles de atraso cambiario, la precariedad en el mercado laboral y la complejidad en el sector habitacional son solo algunos de los aspectos que nos confrontan y quedaron por fuera o fueron tratados muy someramente en la presentación de la ministra.
Es fundamental reconocer que, en conjunto, estos factores nos llevan a una conclusión necesaria, la situación económica no refleja el optimismo que a menudo se intenta proyectar. Es evidente que existen desafíos significativos que requieren atención y acción inmediatas por parte de las autoridades pertinentes.
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