Para el movimiento sindical 2021 fue un año complejo, marcado por la pandemia de covid-19 y la aplicación, a toda costa, del proyecto de ajuste promovido por el gobierno que encabeza Luis Lacalle Pou. No obstante se avizora un 2022 de lucha y de definiciones a partir del resultado del referéndum para derogar 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC). Así lo vieron, y lo señalaron a Caras y Caretas, el secretario de Prensa y Propaganda del Pit-Cnt y uno de los referentes de la corriente Gerardo Cuesta -integrada por militantes del Partido Comunista y Articulación- Gabriel Molina y el vicepresidente de la central sindical, y referente de la corriente En Lucha, José Lorenzo (Joselo) López.
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“Este fue un año plagado de muchos desafíos”, sentenció Molina. Y entre estos citó la forma en que la pandemia de covid-19 condicionó el funcionamiento de las organizaciones sociales. “La pandemia fue algo que de alguna forma afectó a muchos compañeros y compañeras, cosa que se venía arrastrando desde el año pasado. Nos encontró en el medio de la recolección de firmas. No obstante en ese sentido podemos decir que después de la hazaña de haber conseguido las 800.000 firmas, a través de un trabajo muy fermental de todo el campo popular, se abrió un nuevo escenario en el país”, sentenció.
Como consecuencia de este nuevo escenario se dio el resultado de las elecciones en el Banco de Previsión Social (BPS) del 28 de noviembre, “donde salieron a disputar el terreno quienes representaban a Un Solo Uruguay y triunfaron las listas de los trabajadores y los pasivos. Lo mismo sucedió en las elecciones del Codicen, como sucedió en las elecciones universitarias donde las listas de la FEUU triunfaron. O sea, un escenario distinto, con un cierre de año de lanzamiento de la campaña por el Sí a la anulación de 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración”.
Mirando hacia 2022 Molina no tuvo dudas en señalar que “las perspectivas son de lucha. No hay otra. No hay tiempo para lágrimas, es tiempo de lucha, como acostumbró el movimiento sindical a hacerlo y como lo vamos a hacer”.
“El año tuvo también la rebaja salarial, de las jubilaciones, con aumento de los precios al consumo, con pérdida de poder adquisitivo de trabajadores, pensionistas y jubilados, pero en el medio de todo eso el campo popular logró tener un triunfo histórico como fue la recolección de firmas”, concluyó.
Mucho compromiso
Por su parte, López coincidió en general con el diagnóstico de Molina. “Ha sido un año muy complicado desde todo punto de vista. Aparte de haber tenido una gran complejidad por lo que fue la pandemia, los picos más altos de la pandemia, con la muerte de compatriotas que claramente genera mucho dolor, también en el medio de esa situación el gobierno siguió adelante con una política de juste descarnada. Lo han planteado. Se ha ahorrado más de 600 millones de dólares en el medio de la pandemia lo que demuestra de alguna manera cual es la política y para donde apunta este gobierno”, subrayó.
Destacó que esos 600 millones “se han materializado en un ajuste que implica la rebaja salarial y la reducción de puestos de trabajo. Y cuando hablamos de esto no lo hacemos solo del sector privado, que es donde más se siente, sino también del sector público. Hubo rebaja salarial y hubo pérdida de puestos de trabajo en el sector público. Así como el desmantelamiento de las políticas sociales y una política hacia las empresas públicas que no es compartible por nosotros”.
“Así y todo el movimientos sindical, con sus contradicciones y matices, ha podido tomar la iniciativa en algunas cuestiones en las cuales las había perdido. Ahí el tema de haber llegado a las firmas fue un paso gigante”, precisó. Y agregó: “Se puede haber llegado a cometer algún error en cómo se procesó todo el cambio de presidente del Pit-Cnt en un momento en donde habíamos tomado la ofensiva. Como que diluyó un poco y cambió el eje de la discusión, pero en definitiva pasó lo que pasó”.
López entendió, además, que hubo señales importantes en otros ámbitos: “En la educación, donde se han retomado con mucha fuerza los dos cargos de representación de los trabajadores en el Codicen. También lo que tiene que ver con el BP, donde se reafirma el equipo de representación de los trabajadores que da pie para pensar en lo que se viene. El año que bien va a ser un año complejo desde el punto de vista no solo del referéndum, sino en como se va a procesar la reforma de la seguridad social”.
Además “se culmina un año saliendo de un congreso que tomó definiciones importantes para el movimiento sindical, con una nueva dirección que fue electa por consenso y que si bien hay matices, hay un arco de acuerdo que de alguna manera muestra que más del 80 por ciento de los congresales definiera cual va a ser la nueva dirección del movimiento sindical”.
Sobre las perspectivas para 2022 señaló que “hay un mojón importantísimo que es lo que va a pasar con el referéndum. Me parece que sin duda va a haber un antes y un después. Y sea cual sea el resultado, si es un resultado que va a favorecer al gobierno, dependiendo también de la diferencia que haya, eso lo va a fortalecer claramente y a darle pie para que procese con mucha virulencia este ajuste que viene aplicando y, si es al revés, creo que el movimiento sindical da un paso importante. Ojalá que no cometamos errores para poder capitalizarlo y poder generar un marco de alianzas que nos permita avanzar hacia la construcción de mayorías necesarias para, de alguna manera, afrontar lo que se viene”.
“Muco dependerá claramente de lo que suceda en el referéndum. En ese sentido creo que por algo el gobierno está tan nervioso. Antes de que se confirmara la cantidad de firmas ya estaban los principales líderes de la coalición haciendo campaña”, destacó.
“Tenemos mucha expectativa en el referéndum. Hay que ponerle mucho compromiso, mucho trabajo, mucha organización, pero está claro que pase lo que pase, la vida sigue, pero puede seguir de una manera o puede seguir de otra”, concluyó.