El fiscal de homicidios Carlos Negro con más de 30 años en el ejercicio de su actividad, y con los datos obtenidos en el territorio que muestran un aumento de la violencia en la sociedad uruguaya, tiene una visión crítica con algunas de las modificaciones que se proponen en el mensaje de Rendición de Cuentas que propone aumentar las penas para los delitos de homicidio porque eso conllevará, entre otras cosas, a la extinción del proceso abreviado. Nos interesa tener su visión de los homicidios en Uruguay, que aporta una visión técnica, por encima del debate político.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
En alguna entrevista que le han hecho a usted y a sus colegas fiscales de homicidio, hablan de una suerte de cambios en los patrones culturales, en particular del delito de homicidio.
Yo tengo 30 años en Fiscalía y con mis colegas, como Adriana Edelman por ejemplo, vemos que los homicidios que teníamos antes eran, como dice Gabriel Pereira conflictos mal resueltos, generalmente entre gente conocida. Y el homicida no era el delincuente por definición; era ese señor que tomó alcohol de más y se peleó con el vecino por la música, un momento de furia que tenía la persona y terminaba arruinándose la vida por completo, a la víctima y su familia, pero a él mismo. Y en la cárcel hace 20 años los homicidas eran personas tranquilas, estaban cumpliendo sus penas y generalmente estaban arrepentidos.
Ahora a ese tipo de homicidio que sigue existiendo y que es cada vez más frecuente, pues la gente es mucho más violenta ahora que hace 20 o 30 años se suma un homicidio que lo que es llamado en términos muy amplios, sicariato y es el homicidio de las bandas criminales y del narco menudeo que hay en los barrios, en la periferia de Montevideo, en el Interior y este componente que viene ahora asociado a los homicidios antes existía en forma muy residual, y ahora es quizá la mitad de los casos, entonces tenés más de los otros, de los que había antes y a la vez tenés todo un fenómeno novedoso que es el derivado del narcomenudeo y del tráfico de drogas.
¿Cómo impacta esta nueva realidad en el sistema de Justicia?
Yo creo que la Fiscalía tiene problemas de Recursos Humanos y materiales; en la nueva rendición de cuentas, quedamos postergados, algo similar le está pasando al Poder Judicial por lo que leí en un medio del mensaje de Rendición de Cuentas. Entonces en la medida que no se nutre de recursos a los órganos del sistema de Justicia, lo que hay es un incremento acelerado sostenido, acelerado porque estuvo la pandemia, entonces a lo sostenido se agrega el salto de venir de un período de escasa movilidad a un período de normalidad, digamos, donde aumentaron lógicamente las cifras de homicidios y genera la necesidad de que se la dote de los recursos necesarios. Nosotros ya pedíamos un Departamento en la Brigada de Policía especializada en homicidios, gente que trabaje con nosotros exclusivamente, para la investigación de los homicidios dolosos, y eso ahora parece está en vías de implementarse por el Ministerio del Interior, lo cual es una gran noticia para nosotros. Pero, eso se lo dije al Fiscal de Corte , iba a repercutir en el trabajo de los fiscales, porque al haber policías que están más dedicados a una tarea específica y especializada con la que vamos a obtener mejores resultados, el resultado se traslada a la Fiscalía y eso repercute en el número de casos y en el número de juicios sean orales, o sean abreviados, en el número de condenas, y permitirá mejorar los niveles de aclaración de casos, que aclaración de casos no es la declaración policial, sino que la aclaración de casos es la condena del caso, que se aclara cuando hay una condena o una absolución; para la Fiscalía, cuando hay una sentencia de condena, ahí hay un caso aclarado, pero todo eso significa mas trabajo.
¿Cuál es el número de casos no aclarados?
Yo no tengo cifras exactas de la fiscalía pero lo que está circulando como sentido común digamos que se aclara el 50% de los casos. Eso está hablando de 50% de condenas en homicidios del total del universo total de homicidios que ocurren, porque el homicidio es un delito muy particular que no necesita denuncia, es el hecho de la muerte violenta causada por otra persona y eso ya determina la generación de un caso sin necesidad de que denuncien. Entonces creo que un 50% es un porcentaje bajo para un universo de delitos que se sabe que está totalmente contemplado.
¿Cuáles son las dificultades?
Básicamente la investigación que tiene muchos componentes, ahí tienes un porcentaje de medios para investigar , de Recursos Humanos y técnicos que igual tiene recursos limitados. Se necesita capacitación, formación, especialización en investigación de delitos que por ser un país pobre también tenemos limitado eso. También tiene ese problema de este nuevo fenómeno del homicidio que realizan las bandas criminales que operan con el amedrentamiento de testigos y esto dificulta fuertemente la investigación, pues sabemos que hoy los homicidios ocurren muchas veces en lugares con vecinos que están mirando y sin embargo no hay ningún testigo, no aparece ningún testigo, entonces este es otro elemento que juega directamente para la no aclaración de los casos.
Necesitaríamos un número mayor de policía especializada en estas cosas, como tiene de repente estupefacientes y tiene una brigada nacional dedicada a eso y que ha dado buenos resultados. Evidentemente bueno, nosotros pedimos algo similar para homicidios que es el fenómeno criminal que está llamando más la atención hoy por hoy y hace años vivimos con ésto y las diferentes administraciones de gobierno han pasado con el mismo fenómeno que cuesta revertirlo.
¿Cuál es su percepción de lo que pasa en la realidad sin los “lentes” del debate político?
Creo que hay discrepancias en las cifras que son diferencias muy pequeñas; las cifras del Ministerio Público con las cifras del Observatorio (del Ministerio del Interior) tienen algunas pocas variantes. Las que se pueden comprobar, las cifras macro coinciden más o menos con lo que uno ve en el territorio. Entonces no hay un fenómeno desfasado. Hay una cuestión con las muertes dudosas y es que han aumentado estadísticamente (porque lo dice las cifras de Fiscalía y de Misterio Interior), que han aumentado abruptamente en un par de años.
No he escuchado tampoco una explicación ni desde la política ni desde la sociología, de ese fenómeno, de por qué el crecimiento este tan abrupto de muerte dudosa.
¿El aumento de pena como una respuesta punitiva al tema de los homicidios resuelve estos temas?
Bueno, el aumento de penas no resuelve ningún tipo de delito. No es algo que puede operar como algo que disuada de no cometer el delito, pero hay algún ejemplo.
El delito de responsabilidad penal empresarial. Yo creo que tuvo un efecto disuasorio y fomentó que los empresarios tomarán mejores recaudos en la seguridad de su personal. Entonces creo que hubo un resultado de prevención general, como les llamamos nosotros, o sea el mensaje hacia el conjunto de la sociedad de que se abstenga de cometer algunas conductas delictivas. Ahí hay un mensaje bastante claro.
Pero luego en la generalidad de los delitos, el aumento de pena, la creación de delitos o cambiarle el nombre a los delitos, que también es una costumbre bastante usada en los últimos años se le cambia el nombre de la conducta delictiva que ya está prevista, se le pone nombre y se genera la sensación de que estamos penalizando una conducta nueva y no es así.
Entonces estos tres mecanismos punitivos puramente está demostrado que no disminuyen las cifras y basta ver las estadísticas cuando se genera una norma que incrementa una pena.
Sería muy fácil juntar los legisladores porque nadie votaría en contra, sale por unanimidad, ¿porque quién no quiere bajar el delito?
En el Parlamento se subirían permanentemente las penas porque sería un recurso eficaz, entonces tendríamos penas seguramente de 50 o 60 años, o cadena perpetua o pena de muerte. Sin embargo, no es así, en Uruguay y en el resto del mundo ya está suficientemente laudado, pero cuál es el misterio que obliga a los legisladores y dirigentes políticos de todo el mundo a recurrir a este mecanismo sistemáticamente en todos lados; es un fenómeno latinoamericano, americano, europeo, asiático, en todos lado pasa lo mismo. Es ese pensamiento mágico que reúno los votos para hacer una norma y se combate el problema.
Algo de eso comentó en su twitter
Es que hay más que evidencia sobre esto; la persona que va a cometer un delito no lee el Código Penal, no lo tiene en cuenta en general, no lo consulta y está más preocupada en ser agarrada que en qué pena le va a tocar. En función de eso, actúa tratando de que no lo agarren. Entonces tiene un montón de factores y componentes que hacen que el aumento de penas sea absolutamente ineficaz para combatir el delito. Por otro lado mencioné el tema de la resistencia de testigos a declarar o que se presenten; ésto podría llevar a tener que presentar juicios y desaparecerían los juicios abreviados.
¿Cómo percibe la situación carcelaria?
Si bien tenemos ahí una función en la ejecución de la sentencia, los jueces son los responsables de controlar el cumplimiento de la pena; los responsables directos de las condiciones de reclusión hoy dependen del Ministerio Interior y bueno es un viejo reclamo de muchos que entendemos que la cárcel debería salir del Ministerio porque difícilmente haya una custodia, una tutela de Derechos Humanos cuando el que captura es luego el que vigila el encierro , porque aparte la captura de una persona implica violencia, entonces la persona que ejerció violencia en un inicio sea la que luego le tutele los derechos humanos parece que es un poco difícil; entonces pensamos que debe salir de la órbita del Ministerio y que vayan, por ejemplo al Ministerio de Justicia, que es otra vieja reivindicación de muchos que entendemos que debe haber un Ministerio de Justicia.
¿El sistema de protección de testigos funciona?
Funciona bien y tiende a expandirse por las necesidades y por el uso de la violencia. Y porque termina siendo una necesidad contar con mecanismos de reserva de identidad, sobre todo para que los testigos declaren, sino hoy naufragarían muchas de las investigaciones y enmuchos casos finalmente llegarían a una sentencia.
En ese sentido tuvimos una sentencia dentro de apelaciones que ha determinado que en situaciones de testigos en situación de calle, de testigos que tienen problemas de consumo, puedan declarar anticipando su declaración al juicio y que ya vaya como parte del juicio; es una novedad en materia de jurisprudencia que creo que tiende a eso, a actuar con un criterio de realidad y de la necesidad de mejorar la persecución estatal de delitos graves, sin vulnerar las garantías, pero son garantías legales previstas en el código y que no han sido jamás calificadas como inconstitucionales pero que por lo tanto son de aplicación y está siendo bien aplicado; es básico para nosotros la protección de testigos y la preparación de los testigos por la unidad de víctimas y testigos del Ministerio público. Eso ha cambiado totalmente el eje de trabajo de la Fiscalía de homicidios,por ejemplo y no se podría trabajar sin esa situación hoy ningún fiscal.
Con la presencia del narcomenudeo que ha instalado el tema de los nuevos homicidios. ¿Ustedes han detectado presencia de organizaciones?
Sí, en la periferia de Montevideo hay muchas organizaciones y bandas, de escaso número de escasa logística, de escasa complejidad y muchas veces son núcleos familiares extendidos, familias que viven en un terreno, conexiones de amistades no demasiado sofisticadas, pero sí que operan en abastecer a esos barrios de drogas en el narcomenudeo a llegar hasta el consumidor casi directamente. Y esta banda lo que tienen es que al operar directamente en la distribución de la droga también terminan luchando por los territorios y por los mercados, por esos pequeños mercados de consumidores de pasta base. Y eso hace que se generen reyertas y peleas y combates muy violentos, pues la proliferación de uso de armas de fuego están totalmente a disposición de la gente que decide dedicarse al delito.
Entonces esto se Junta con una logística también carcelaria, una cultura tumbera que está saliendo de la cárcel hacia la calle por la gran cantidad de personas privadas de libertad que tiene el Uruguay, número escandaloso que nunca nos hubiéramos imaginado como sociedad. Estamos gastando 180 mil millones de dólares al año en cárcel y las cárceles siguen en condiciones que claramente no satisfacen los estándares de Derechos Humanos a nivel internacional.
Entonces con esta realidad también naturalizada, esa gente sale con una cultura de violencia, de resolución de conflictos a través de la violencia, escalada de violencia que a veces termina en varios homicidios que tienen la causa en una muerte inicial y luego pasan a ser venganza de venganza. No está directamente conectado al mercado de drogas, pero tiene sí una raíz en la resolución violenta de los conflictos, que eso es más basto que el tráfico de drogas. No es mecánico el aumento de los homicidios, no es algo que se traspase mecánicamente de la droga al homicidio. Hay otros componentes, violencia estructural, cultura carcelaria, armas.
¿Qué es lo que ustedes han detectado desde las distintas investigaciones, con lo que tiene que ver con el mercado negro de armas?
Si bien nosotros no tenemos una competencia específica en armas igualmente tenemos contacto con eso y la enorme mayoría de las armas que están involucradas en homicidios (el 70% de los homicidios se cometen con arma de fuego), el porcentaje de arma de fuego ilegales es el doble de las legales, se calcula , es una cifra negra. Y los hechos con los que nosotros tenemos contactos son previamente todos con armas que no tienen los registros de papeles y los permisos correspondientes, o sea, son armas ilegales que provienen del mercado negro, que se compran en el mercado negro o armas que se alquilan.
Han aparecido ciertos tipos de homicidios que parecen ser como un mensaje de determinados grupos al estilo de de los grupos narcos en México.
Es que a veces el mensaje es más importante que la revancha y atemorizan al grupo rival mediante una mutilación, un disparo en la rodilla que incapacite de por vida de repente a la persona, una estigma que la persona lleve el resto de su vida en el barrio. Es una bola de nieve que no termina de crecer jamás y no reconoce el límite.
La presencia del homicidio se intuye masiva masivo en los sectores de estratos más bajos de la sociedad. ¿Pero qué pasa con el resto de los sectores?
Hay un alto componente de homicidios en la periferia de Montevideo, barrios con grados de vulnerabilidad social importante, donde se verifica esa presencia de armas, disparos todas las noches, los vecinos viven atemorizados, perola violencia y los homicidios se siguen dando en otras zonas de Montevideo que no son de estas características. La sociedad se ha transformado en una sociedad violenta. En todos sus niveles tenemos homicidios por diferencias en el tránsito, por diferencias entre vecinos donde antes se agarraban a piñas y hoy terminan agarrando el arma o un cuchillo matándose, pero se dan en todos los barrios de Montevideo.
Y también está el homicidio en ocasión de robo rapiña que se sigue dando también. Capaz que ha perdido importancia en relación a la cantidad del incremento por otros factores, como la actuación de la bandas. Entonces ahí ya ha perdido la trascendencia que tenían pero muchas veces esas rapiñas con homicidio se cometen en barrios costeros.