Gabriela Iribarren es reconocida por ser una actriz consagrada, pero en ella viven muchas mujeres más, la docente, la feminista, la militante social y política. Una larga trayectoria la respalda durante esta contienda electoral que la posiciona cerca de la conducción de la Departamental de Montevideo junto a la también candidata Graciela Villar.
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“Va a ser un trabajo, una construcción y un liderazgo colectivo”, resume en conversación con Caras y Caretas sobre la elaboración de su propuesta y el rol que tendría su directiva en caso de ocupar la presidencia. Justamente su desempeño en el equipo de trabajo de la Mesa Departamental en la última etapa, como representante de su sector (Partido por la Victoria del Pueblo), le dio la oportunidad de interiorizar y ver por dentro las fortalezas y las debilidades de las departamentales.
En esta instancia final su mensaje va dirigido a todo el universo frenteamplista pero también a “aquellos y aquellas que estén desinteresados, alejados o desilusionados”, porque para Iribarren, tienen dentro del FA alternativas de cambio y de transformación.
-¿Cómo has vivido personalmente esta experiencia de campaña?
Muy revitalizada porque me encuentro con buenos compañeros y compañeras que siempre es algo que levanta, entusiasma, que permite vislumbrar la posibilidad de la construcción colectiva. Yo celebro las instancias de campaña porque son una excelente oportunidad para eso, para recorrer todo el territorio para el encuentro, para el intercambio, para la discusión , para el planteo de propuestas, para recibir también lo que los compañeros y las compañeras están viviendo en este momento en cada territorio de Montevideo en este caso.
La verdad que me resulta muy estimulante siempre la actividad de campaña porque la veo como una oportunidad de puesta a punto por un lado y de enriquecimiento y crecimiento por otro.
-Retrocedemos un poco en el tiempo y quiero que me cuente cómo fue ese momento en que acepta ser candidata a la departamental, una instancia que conlleva mayor entrega y dedicación aunque gran parte de su vida ha estado al servicio de la militancia.
Yo soy eso justamente, una militante. Desarrollo militancia social desde los 14 años y política a partir de los 18, en el movimiento estudiantil y en el movimiento sindical también. En mi sindicato, la sociedad uruguaya de actores, formé parte de la dirección durante dos períodos.
Después trabajé dentro del FA en la Comisión Nacional de Programa en los dos primeros períodos de gobierno para la propuesta en el área de la cultura.
También me vinculé en la militancia con relación a los derechos humanos, primero en el acompañamiento a Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos y todo lo que es la agenda derechos. Yo soy una militante social, política, feminista, de izquierda, o sea, que para quienes somos militantes, el trabajo es de todos los días, permanente y uno lo tiene absolutamente integrado a su vida y va militando en diferentes causas.
En cuanto al momento de la proclamación, en realidad en lo que hace al área departamental he formado parte del equipo de trabajo de la mesa departamental en la última etapa como representante de mi sector y ahí tuve la oportunidad de interiorizar y ver por dentro las fortalezas y las debilidades de las departamentales, con lo cual hemos aportado allí a la construcción de nuestro documento de balance que es una hoja de ruta para el trabajo en el futuro.
El hecho de que otros sectores hayan pensado que mi nombre podía expresar un conjunto de ideas que veníamos trabajando tanto dentro de la departamental como fuera de ella, realmente lo recibí con mucho honor desde luego.
Para una militante el hecho de ser propuesta por otros y otras, ni siquiera por su propio sector, ni tampoco como algo producto de una aspiración personal, es un gran honor y una gran responsabilidad, lo recibí de esa manera y lo que resta es trabajar en el compromiso de esta propuesta de trabajo que tenemos, que sin lugar a dudas es colectiva y que obviamente si nos toca el rol de ser presidencia va a ser un trabajo, una construcción y un liderazgo colectivo.
Esa es un poco la base de nuestro enfoque hacia el fortalecimiento de la Departamental de Montevideo, que si bien es un organismo consolidado, es un organismo que está deprimido y que tiene una enorme potencialidad. Como vemos esa enorme potencialidad elaboramos nuestra propuesta haciendo énfasis en determinadas bases y enfoques políticos y también tomando el insumo esta plataforma, este documento en el que participé, en el que aporté a través de mi sector y que marca sin dudas un montón de elementos y herramientas para lo que tenemos que hacer.
-¿Cómo valora la fuerte presencia femenina en este proceso de elecciones internas?
La verdad es un hito histórico porque es la primera vez que dos mujeres son propuestas como candidatas a la departamental de Montevideo y también hay que decir que somos 26 las compañeras a nivel de todo el país que estamos como candidatas a las departamentales.
Eso por supuesto que como feminista me llena de orgullo, por la conciencia de que son espacios que se ganan a partir de la lucha de muchas compañeras de generaciones anteriores que han venido luchando para que las mujeres estemos en condiciones de alcanzar lugares de decisión política.
Por ese lado es una enorme satisfacción, un gran reconocimiento y una constatación de lo que es el movimiento feminista y cómo también llega a la fuerza política a través de su protocolo de paridad y de violencia política basada en género.
Por otra parte en cuanto a la Departamental de Montevideo, algunos compañeros y compañeras planteaban en estos intercambios que hemos tenido a lo largo de la campaña, que parece ser que las departamentales -que son un organismo que todavía está un grado por debajo de la dirección nacional- es un espacio que se ha abierto a las mujeres por esa condición. Me parece un muy buen punto de vista para analizar el tema y seguir trabajando para el futuro.
Reitero me parece un gran logro porque sabemos que las mujeres tenemos que estar demostrando todavía nuestra capacidad y estos son espacios de trabajo en los que estoy segura que las que estén allí, van a ser ejemplo de conducción, de acuerdos y de trabajo en diálogo. Es un muy buen paso y hay que ponerlo en valor, usarlo también de plataforma para el futuro, sobre todo en una fuerza política que se define como antipatriarcal, antirracista, antimperialista y que eso no puede ser un discurso, tiene que ser una práctica.
-A pocas horas del gran desafío que supone hacer campaña para las internas en tan poco tiempo y luego de largas jornadas de trabajo, cuál es su mensaje para el universo frenteamplista.
Que es muy importante esta elección interna, un momento bisagra para la fuerza política, que la expresión de las voluntades de no solamente las bases militantes, los sectores -en nuestra doble condición de coalición y movimiento-, sino de todo el pueblo frenteamplista, es una señal muy importante.
Lo que estamos haciendo es convocando a votar el 5 de diciembre, entendemos que el FA ofrece una variedad de compañeras y compañeros en los diferentes roles en los que pueden verse perfectamente representados las y los votantes del pueblo frenteamplista, y que es una instancia fundamental.
Hay variadas alternativas dentro de un FA transformado a la luz del momento histórico que nos ha tocado vivir y que más allá de venir de una derrota electoral hay que tomar la autocrítica como una herramienta natural , una herramienta de análisis de la construcción colectiva que no debe ser cada 5 años, sino que debe ser algo muy frecuente e integrado.
Aquellos y aquellas que estén desinteresados, alejados o desilusionados, tienen dentro del FA alternativas de cambio, alternativas de transformación. Esas transformaciones lo que pretenden es fortalecer el poder popular y estar en una sincronización muy potente con todo el movimiento social. Ya con la recolección de las 800.000 firmas contra los 135 artículos de la LUC, hemos demostrado, que podemos, respetando desde luego las autonomías y las independencias, trabajar de forma conjunta la izquierda política y la izquierda social. Ese es el verdadero trabajo que el FA tiene que llevar para adelante. Esa es nuestra base y el sentido de lo que somos y para lo que existimos, para construir poder popular. En ese sentido el FA tiene mucho por ofrecer.
Todos y todas pueden encontrar su lugar de representación, así que lo más importante es fortalecer al FA porque estamos en una situación donde somos la única herramienta capaz de devolver la esperanza al pueblo, a las grandes mayorías y sobre todo a los sectores más vulnerados y más vulnerables.
Para eso nos tenemos que empezar a preparar hoy en la construcción de un proyecto superador a los proyectos anteriores que si bien han tenido muchísimos logros y seguramente pasen a la historia de los mejores años de la historia de nuestro país, entendemos que requerimos un nuevo programa de trabajo para enfrentar el país que vamos a encontrar en el 2024, que es un país muy dolido a causa de las políticas neoliberales y de derecha, que es lo que están llevando adelante y afectan sin lugar a dudas a la mayor parte de la población.
La convocatoria es fuerte, la participación la necesitamos, somos eso, una fuerza constructora a favor de la gente.