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Sociedad

Cultura y Democracia

Juca Ferreira: “Es necesario articular los procesos de desarrollo cultural en América Latina”

El ex-ministro de cultura de Brasil, Juca Ferreira, realizó una enriquecedora charla en el Teatro El Galpón, en la que destacó la importancia de generar políticas culturales públicas, integrar a la sociedad en los procesos de transformación y garantizar la democratización de las expresiones culturales de todos los segmentos de la ciudadanía.

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El pasado miércoles 2 de octubre, en la Sala Atahualpa del Teatro El Galpón, el movimiento PAR liderado por Cristina Lustemberg convocó a la prensa y personas vinculadas a la cultura, a participar de una charla y ponencia por parte del ex-ministro de Cultura de Brasil en los gobiernos de Lula y Dilma, Juca Ferreira.

La temática centrada en la relación de la Cultura y Democracia fue por demás interesante y permitió la reflexión de los demás integrantes de la mesa, Álvaro García, Cristina Lustemberg y Jorge Schellemberg, antes de la jugosa disertación del invitado.

Alvaro García, fue el primero en tomar la palabra y agradecer la presencia de Juca  e hizo mención a la importancia del tema de la Cultura, “nosotros venimos trabajando hace mucho tiempo junto a varios compañeros valiosos que trabajan en el ámbito cultural y desde las políticas públicas hemos tomando a la cultura desde su concepción más amplia, de hecho intentamos aplicarla e introducirla en la dimensión que le corresponde”, sostuvo.

“En general creo que debemos hacer una gran autocrítica en generar y desarrollar más políticas en ese camino desde la izquierda , por lo menos en los últimos años y en las últimas décadas siempre ha quedado un poco de costado y nosotros creemos que tiene que estar en el centro. Desde nuestro lugar  en concreto, que en los últimos años nos ha tocado participar desde la dirección de planificación de la OPP hemos hecho una mirada prospectiva del Uruguay a 2050 y allí hemos introducido también la mirada cultural, básicamente en dos áreas, una vinculada con las industrias culturales como uno de los ejes estratégicos, uno de los seis ejes estratégicos del Uruguay en nuestra mirada hacia el futuro, y la otra es en el área más amplia, de valores, creencias y actitudes en algunos trabajos que hemos realizado, individuales y colectivos que están reflejados en los aportes para una estrategia nacional 2050”, concluyó García.

Por su parte, Cristina Lustemberg, sostuvo que desde hace 1 año vienen trabajando con la comisión de cultura representada por un colectivo de compañeros  de diferentes expresiones y que tiene como objetivo muy claro el acortar desigualdades. “Sabemos que como fuerza política tenemos un debe y un compromiso muy importante en el desarrollo de transformaciones de políticas culturales, ya sea desde la intendencia, como desde el Ministerio de cultura, a través de diferentes programas que promueven las expresiones culturales; por eso  a nuestra fuerza política nos parece muy importante el escuchar a Yuca, un referente que participó de un proceso de transformación, no solamente reconocido en Brasil sino en toda América Latina”, subrayó.

Para finalizar la presentación y dar paso al invitado, Jorge Schelemberg destacó el privilegio de poder presentar a Juca, un referente regional en el diseño y ejecución de políticas públicas culturales, haciendo hincapié en que es un hombre que realmente tiene enormes responsabilidades aún hoy resistiendo como director de cultura de Belo Horizonte, asediado permanentemente por el gobierno de Bolsonaro. “Tengo la convicción, además de la ilusión de que escuchando a Juca se pueda generar muchas posibilidades de pensamiento y reflexión más allá del propio de cada uno y que nos va a dar material abundante para seguir pensando y desarrollando nuevas ideas. La cultura sigue sin existir, sigue por fuera de todos los programas y eso es algo que tenemos que cambiar”, concluyó.

Juca Ferreira comenzó su alocución con palabras de agradecimiento por la invitación e indicó que aceptó rápidamente porque Uruguay es referencia, en términos de seguridad social, derechos, democracia y hasta algunos aspectos culturales. “A veces uno piensa como hacen siendo un país chiquitito en comparación con Brasil que es un país continente, para ser ejemplo, Brasil siempre mira para acá con mucha admiración, yo era niño y mi padre ya hablaba de de la calidad de la democracia en Uruguay comparando con lo que vivíamos allá”, remarcó Juca.

Ya entrando en la relación y vínculo entre cultura y democracia, sostuvo que no es posible continuar disputando la hegemonía política con lo que representa el poder del capital financiero, sin modernizarnos, sin hacer  revoluciones conceptuales, políticas, de lenguaje, de métodos de trabajo y la cultura entra como un componente importante.

El ex ministro dijo que fue muy difícil hacer lo que hicieron en Brasil, y que el apoyo de los gobernantes fue fundamental para avanzar. Primero el presidente Lula comprendió perfectamente que  representaban una renovación de la izquierda en un proyecto de gobierno democrático y popular. El los apoyo en todo, a veces incluso con cuestionamientos dentro del propio gobierno. Juca recordó particularmente un hecho, en el que el presidente Lula estaba hablando con sus ministros y Gilberto Gil estaba sentado enfrente, Lula se paró y dijo: mira, yo quiero aprovechar la ocasión para pedirte que no hables más de aumento de presupuesto públicamente porque la gente me para todo el tiempo para decirme que Gilberto Gil habló que el presupuesto es bajo, ahí Gilberto le dijo, presidente, entonces deme el presupuesto qué necesitamos y hacemos un pacto frente de todos. No había dudas sobre la importancia de la cultura, solo restaba visibilizar y comprender de que la política tiene la necesidad de posicionar a la cultura como elemento central.

Juca Ferreira dijo que “la cultura es un espacio en donde crece la democracia y tenemos que defender la democracia desde la sociedad, para construir un estado de derecho que atienda al desarrollo y cuidado de las personas. Está faltando que la cultura sea un componente central en los partidos políticos”.

Hay muchos derechos que están en el campo de la cultura y que necesitan ser valorizados. Por ejemplo, el derecho a la felicidad, el derecho a la libertad.

La cultura no puede ser tratada como una política sectorial, no es una política sectorial porque tiene que ver con todo, con toda la vida humana. La cultura es un componente fundamental para despertar la curiosidad intelectual, el deseo de entender el mundo, el deseo de tener una relación positiva con sus semejantes. 

La construcción de valores, la construcción de una subjetividad compleja, todo eso es del mundo de la cultura, pero en las escuelas se continua con la idea de la preparación para el mundo del trabajo.

Juca comentó que en su paso por el Ministerio empezaron a trabajar la cultura en varios niveles.

Cultura y arte

La cultura como dimensión simbólica de la sociedad, abriendo la concepción del estado brasileño que confundía cultura y arte. “Cultura era solamente arte y arte consagrado, en realidad todo lo que traspase la sociedad  en su dimensión funcional y qué tiene significado, ya está en el mundo de la cultura”. Indicó.

Cultura y sociedad

Otra cosa importante  que destacó de la gestión es que sabían que el Estado-Gobierno no eran lo más importante de la cultura, sino los que intervienen directamente, los artistas, creadores de los procesos culturales de la sociedad, que mantienen las manifestaciones tradicionales. Si en el Siglo 21 los gobiernos no cuidan de fomentar, incentivar, financiar y crear mecanismos de acceso a la cultura, eso es un defecto enorme. Tenemos que trabajar la cultura como dimensión simbólica, cultura como derecho para todos los ciudadanos y ciudadanas.

Cultura y economía

Otra dimensión relevante de cultura destacada por Juca es que es una economía importante, la economía fundamental, la única que crece Incluso en la baja de capital, en medio de crisis económicas, no solamente hablando de la industria cultural. La cultura tiene una economía altamente compleja que posiblemente en la mayoría de los casos nunca  será industrial.

Procesos de transformación

Cuando Ferreira llegó al Ministerio no había grandes cosas, el ministerio ya tenía 17 años y nunca había hecho nada relevante, solo cosas pequeñas, burocráticas, premiaciones y desde entonces  se empezó a construir un conjunto de políticas, algunas sectoriales,  para el cine, el teatro, la danza y políticas generales de definición de estímulos, de regulación, para garantizar la libertad absoluta de expresión para construir un ambiente nacional favorable para la diversidad cultural de Brasil.

“100.000 personas participaron de este proceso todo era muy grande y nosotros no teníamos estructura, pero teníamos la voluntad, internet inclusive fue fundamental  e inventamos cosas que nunca habíamos pensado. En el segundo congreso de cultura que fue hecho en el gobierno de Lula participaron casi 300000 personas, 80% de los municipios brasileños hicieron reuniones  para la construcción del Congreso  y del programa Nacional de cultura. Luego publicábamos en internet y durante tres meses recibimos contribuciones,  llegaban cosas que nos obligaban a reconstituir ciertos ítems de la política y eso fue muy importante como hecho de movilización” subrayó.

Hay que crear canales de movilización, la gente tiene que sentir que es importante en la construcción de políticas culturales, no solamente el estado dando y proponiendo, es necesaria la integración y participación de todos los actores.

Cultura y política

Según Juca, hoy hay una autocrítica que los movimientos populares de Brasil tienen que hacer, y es que no politizaron las políticas sociales. El gobierno de Lula sacó a Brasil del mapa del hambre del mundo, dignificó el poder y los derechos de las minorías y de toda la sociedad, acercó la universidad para los pobres y para los negros, tanto así que hoy en día hay más negros estudiando en la Universidad que en toda la historia de Brasil. Estos son hechos que marcaron una revolución sin armas en la democracia.

“El error fue gravísimo, no había una reflexión en relación a eso, entonces nos encontramos con que ahora los investigadores sociales hicieron una encuesta y la mayoría piensa que fue Dios que mejoró su vida, otros piensan que fue el pastor, otros piensan que fue su esfuerzo personal, y solamente una minoría sabe que fue un proceso político de construcción de políticas públicas para cambiar la desigualdad de Brasil, que es una de las mayores del mundo”, enfatizó.

La construcción de esas políticas tiene que ser discutida por todo el mundo, dar participación general a la sociedad y construir parámetros políticos porque la democracia en el mundo está amenazada por ideologías del capital financiero. “Y el capital financiero no demuestra ningún interés por la democracia, quiere rentabilidad y rentabilidad no solamente a través de los procesos productivos, sino también en el manejo de las finanzas y sacrifican derechos, sacrifican políticas públicas, calidad de vida, todo es secundario delante de los procesos económicos neoliberales, sentencia Juca.  Incluso hablan abiertamente de eso, como en Brasil que Bolsonaro dice claramente, “construiremos una sociedad con derechos pero sin trabajo o construiremos una sociedad con trabajo pero sin derecho”

“La política corre peligro en el mundo entero de aislarse y de ser una actividad que no es simpática y valorada por casi nadie, entonces tenemos que valorizar la actividad política y no es la cultura la que da soluciones, es la política, pero la política que sea culturalizada, el proceso tiene sus complejidades y debemos actualizarnos programáticamente, comprender el mundo en que vivimos, concluyó.

Cultura, identidad y género

La persona que cuida hace años del marketing del partido democrático americano me sorprendió con una reflexión que publicó en un libro, diciendo que el partido democrático de Estados Unidos tiene que apartarse de la lucha identitaria y emancipadora porque todos los vínculos que se construyen con estos movimientos luego se pierden en el global de la sociedad,  pierden cuantitativamente, ya que la gran mayoría de la gente queda asustada con la homosexualidad, con las mujeres emancipadas, con la igualdad entre negros y blancos. Esto es típico de un neoliberal que piensa que democracia es tener elecciones, no fue capaz de ver la contribución que los movimientos de identidad y género dieron para el avance de la sociedad, las mujeres por ejemplo  y esa construcción de una sociedad más igualitaria, más respetuosa del hombre y de la mujer, los homosexuales tienen derecho de no ser molestados por su orientación sexual, los negros conquistaron también el derecho de no ser molestados por el racismo, él no ve todo eso, pero es necesario verlo porque eso vitaliza la democracia y hace avanzar en la vida social para tener relaciones más calificadas y más humanas, concluyó Juca.

Juca Ferreira
João Luiz Silva Ferreira, más conocido como Juca Ferreira (Salvador de Bahía, 31 de enero de 1949) es un sociólogo y político brasileño. A comienzos de la década de 1990, participó en fundación de los primeros proyectos de arte-educación de Brasil, como el Proyecto Axé, dirigido a los niños y adolescentes en situación de riesgo social. Ferreira incluyó la dimensión cultural en las acciones socioeducativas de Axé, hoy considerada una de las más importantes características del proyecto. Más tarde fue secretario municipal de Medio Ambiente de Salvador y presidente de la Asociación Nacional de Municipios y Medio Ambiente (ANAMMA). También participó en la creación de uno de los primeros movimientos socioambientalistas de Bahía, el SOS Chapada Diamantina. Fue vicepresidente de la Fundación Movimento Onda Azul, cuyo presidente era el músico Gilberto Gil. Fue elegido dos veces vereador del municipio de Salvador, de 1993 a 1996 y de 2000 a 2004. Durante su última legislatura como vereador, en 2003, fue llamado por el ministro Gilberto Gil para asumir el cargo de Secretario ejecutivo del Ministerio de Cultura, donde permaneció durante los cinco años y medio de gestión de Gilberto Gil, que dimitió del cargo el 29 de julio de 2008 por motivos personales. En agosto de 2008, fue invitado por el presidente de la República, Lula da Silva, a asumir el cargo de ministro de Estado de Cultura. Tomó posesión el 28 de agosto de 2008. Ferreira permaneció al frente del MinC hasta el final del Gobierno Lula da Silva. Durante cinco años, participó como representante de la sociedad civil en la Agenda XXI Nacional y, en el año 2004, integró el grupo de elaboración de la Agenda XXI de Cultura, en Barcelona (España). En 2011, coordinado por la Secretaría General Iberoamericana, presidió el Año Internacional de los Afrodescendientes. Entre 2013 y 2014, fue Secretario de Cultura de la Ciudad de São Paulo, bajo la gestión de Fernando Haddad. Tras la reelección de la presidenta Dilma Rousseff, fue anunciado su segundo mandato como ministro de Cultura, el 30 de diciembre de 2014. En julio de 2017, fue anunciado por el prefeito Alexandre Kalil como nuevo presidente de la Fundación Municipal de Cultura de Belo Horizonte.

 

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