¿Se han puesto a pensar cuál puede ser elegida como la palabra del año?
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Seguramente no, sin embargo, para la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), una entidad promovida por la Agencia EFE y la Real Academia Española, la palabra del año es “confinamiento”.
La definición habitual de esta palabra, señala en un comunicado FundéuRAE ha sido. “aislamiento temporal y generalmente impuesto de una población, una persona o un grupo por razones de salud o de seguridad’.
Ha sido justamente este término el que, de acuerdo a la entidad, “ha marcado buena parte de los meses del año que ahora acaba”.
La forma en que el Covid-19 y la crisis sanitaria desatada por el virus en el mundo, produjo una de las alteraciones más radicales y rápidas de nuestras formas de vida cotidiana.
A ello, contribuyó, sin duda alguna las respuestas dadas para enfrentar o minimizar los efectos negativos de una expansión que, por momentos aún no se halla controlada.
Ha sido tal el impacto y la centralidad que esta palabra adquirió en nuestra vida cotidiana que en noviembre de este año, la Real Academia Española, en su más reciente actualización del Diccionario de la lengua española (DLE), modificó “la entrada de la voz confinamiento para ajustarla a la realidad que millones de personas en todo el mundo han vivido con motivo de la pandemia del SARS-CoV-2”.
La palabra, afirma la RAE, “es la mejor alternativa frente al anglicismo lockdown para designar la reclusión forzosa de la población en sus domicilios”.
Confinamiento ha sido seleccionada entre una lista de doce palabras candidatas.
Entre las aspirantes se hallaban: coronavirus, infodemia, resiliencia, COVID-19, teletrabajo, conspiranoia, (un) tiktok, estatuafobia, pandemia, sanitarios y vacuna.
“Esta es la octava ocasión en la que la FundéuRAE elige, de entre los más de 250 términos a los que ha dedicado algunas de sus recomendaciones diarias sobre el uso del idioma, su palabra del año”.
La primera vez que se hizo esta selección en 2013, la palabra ganadora fue “escrache”, luego le siguieron “selfi” en 2014, refugiado (2015), populismo (2016), aporofobia (2017), microplástico (2018) y los emojis (2019).
En la fundamentación de su elección 2020, FundéuRAE señala: “es innegable que la vida nos ha cambiado, y lo ha hecho debido a una pandemia global provocada por un coronavirus que genera una enfermedad llamada COVID-19. A esta emergencia de salud pública, en la que los sanitarios han ocupado un lugar imprescindible, se ha sumado una infodemia, un exceso de información, en ocasiones veraz y en otras muchas no (…) han sido y son muchas las empresas que han apostado por el teletrabajo y los ciudadanos, generación Z o no, han abrazado con alegría la diversión que, pese a todo, también ha encontrado su hueco, unos momentos distendidos que pueden proporcionar los tiktoks y otros pasatiempos en las distintas aplicaciones y redes sociales. Hemos visto, escuchado y leído una noticia tras otra sobre los efectos de la enfermedad, informaciones que durante unos meses compartieron espacio con la estatuafobia, un término que significa ‘aversión o rechazo a las estatuas’ y que se ha empleado en las coberturas informativas en referencia a la destrucción y derribo de esculturas dentro de algunas protestas contra la discriminación racial”.
Sin embargo, concluye el argumento, a pesar de ser muchas, “las palabras que podrían definir 2020, (…) hay una que nos ha afectado a todos por igual: confinamiento”.
Probablemente, esto resulte extraño para nuestro país, donde la palabra “confinamiento”, ha sido permanentemente desplazada por una combinación léxica que dio lugar al enunciado “libertad responsable”, aunque desde inicios de marzo, la palabra estrella, seguramente sea: “ajuste” o su par “recorte”.