A la par de las noticias sobre la pandemia, aunque en una escala diferente, en estos días uno de los temas más recurrentes en redes sociales ha sido el de los cambios en la política de seguridad de WhatsApp.
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Los cambios, en los términos de privacidad, de la popularísima aplicación de mensajería han producido un retorno a las preguntas sobre los datos que se recopilan por los servicios de mensajería de las más populares aplicaciones dedicadas a ello.
La decisión de WhatsApp de compartir información de sus usuarios con Facebook (su empresa matriz) ha producido una impresionante migración de antiguos usuarios de la aplicación y con ello una caída relevante del volumen de descargas que habitualmente se reportaban.
Más allá de este fenómeno que, como veremos, no resuelve la cuestión cardinal de la privacidad de los usuarios, la situación ha reactualizado la interrogante sobre los datos que recopilan los servicios de mensajería y a la par de ello, cuáles otros servicios serían más recomendables para sustituirlo.
Un repaso a los datos que sobre los usuarios recopilan los más populares servicios de mensajería nos permite apreciar algunas de sus diferencias.
Facebook Messenger: identificadores (ID de usuario y del dispositivo), informaciones de contactos (incluye nombre, número de teléfono, correo electrónico. Dirección física o cualquier otro dato de contacto del usuario), los contactos, historial de compras, datos publicitarios, interacciones con el producto, información financiera y de pagos, historial de búsquedas, historial de navegadores, ubicación aproximada y exacta, salud y fitness, contenidos del usuario, datos de uso, información sensible, datos de fallos y rendimientos y otros datos tanto de diagnósticos, como vinculados a otras informaciones que no se localicen en las categorías anteriores.
WhatsApp: identificadores (ID de usuario y del dispositivo), informaciones de contactos (incluye nombre, número de teléfono, correo electrónico, los contactos, ubicación aproximada, historial de compras, datos publicitarios, interacciones con el producto, información financiera, contenidos del usuario, datos de uso, información sensible, datos de fallos y rendimientos y otros datos de diagnósticos.
IMessage: identificadores (ID del dispositivo), información de contacto (número de teléfono, correo electrónico), historial de búsquedas.
Telegram: identificadores (ID del usuario), información de contacto (número de teléfono), contactos del usuario.
Signal: información de contacto (la empresa responsable del servicio ha afirmado que la app no vincula el número de teléfono a la identidad del usuario)
La imparable migración que se ha producido desde WhatsApp a Telegram, ha tenido como argumentación que esta última aplicación de mensajería «no ha revelado ni un solo byte de los datos privados» de sus usuarios.
Al dar cuenta de esta migración masiva hacia Telegram, su creador Pável Durov publicó en su cuenta personal de la aplicación, un post donde afirma: «Es posible que estemos presenciando la migración digital más grande de la historia de la humanidad».
Y a continuación, agregó: «a raíz de este fenómeno global, dos presidentes iniciaron sus canales en Telegram: el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro (@jairbolsonarobrasil), y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan (@RTErdogan)”.
Los nuevos canales se unían así a cuentas ya existentes de otros líderes, entre los que destacan: el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (@PresidenteAMLO), el de Francia, Emmanuel Macron (@emmanuelmacron), el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu (@bnetanyahu), el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong (@leehsienloong), el presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski (@V_Zelenskiy_official), el presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev (@shmirziyoyev), la líder taiwanesa Tsai Ing-wen (@iingtw) y el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed Ali (@AbiyAhmedAliofficial).
Entusiasmado con estas nuevas aperturas Dúrov, declaró «sentirse honrado de que los líderes políticos, así como numerosas organizaciones públicas, confíen en Telegram para combatir la desinformación».
Durov insistió en que, a diferencia de otros servicios de mensajerías, Telegram no utilizaba algoritmos poco transparentes “para decidir si un suscriptor verá el contenido al que se suscribió o no (…) los canales de Telegram son la única forma directa para que los líderes de opinión se conecten de manera confiable con sus audiencias», resaltó.
A pesar del entusiasmo de los migrantes y del creador de Telegram, las afirmaciones que han dado fundamento a estas migraciones, por sus referencias a la protección de datos personales, hay que ubicarlas en otra perspectiva.
En setiembre de 2019, el ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. y de la CIA Edward Snowden, reconoció en una entrevista concedida a France Inter, que tanto WhatsApp, como Telegram, eran más seguras que el uso de SMS, pero recalcaba que había mejores opciones.
En dicha entrevista, Snowden, afirmó que “el uso de WhatsApp y Telegram pone en riesgo la privacidad del contenido que intercambian los funcionarios estatales y representantes del Gobierno”.
«Cualquiera de estos dos programas es mejor que los SMS o los teléfonos sin encriptación”. Destacó, pero “si usted es primer ministro, el uso de estos dos sistemas es muy arriesgado. Si alguien en el Gobierno utiliza WhatsApp, es un error», aseveró el ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA) y de la CIA.
En esa oportunidad, Snowden recalcó que WhatsApp pertenecía a Facebook, a la que denunció por ir eliminando las protecciones de la aplicación «capa por capa», «prometen que no escucharán las conversaciones porque están encriptadas, pero están intentando hacerlo por motivos de seguridad nacional».
En su descripción de WhatsApp y Telegram, los denominó como «programas de vigilancia» y aseveró que «nunca han servido a la seguridad pública».
Para el hoy nominado al Premio Nobel de la Paz, junto a Julián Assange y Chelsea Manning, estos populares programas de mensajería deben leerse en clave de «de poder, de influencia», en tanto pretenden vehiculizar “el rumbo de los acontecimientos mundiales en la dirección deseada” por los que dirigen los mismos.
En la entrevista a France Inter, Snowden desaconsejó el uso de WhatsApp y Telegram y estimó que solo sería aceptable si no hubiera otra alternativa.
Para el experto, existen otros programas de mensajería instantánea como Signal o Wire, que además de estar disponibles de forma gratuita, permiten otras garantías de seguridad para los usuarios.
Una de las características de esta plataforma, es que no se encuentra afiliada a ninguna de las principales empresas tecnológicas y que, además, de ofrecer «cifrado de extremo a extremo más avanzado», no incorpora ningún tipo de publicidad.
Con anterioridad a la actual migración de usuarios, Signal era una de las aplicaciones más descargadas en la App Store de Apple y en Google Play.
Del mismo modo que WhatsApp, la aplicación, cuyo lanzamiento fue en 2014, tiene una versión web.
Desde 2018, el cofundador de WhatsApp, Brian Acton (quien dejó WhatsApp por desacuerdos con Facebook) contribuyó financieramente para la creación de Signal Foundation, que actualmente dirige la aplicación.
La empresa que dirige Signal ha resaltado que la aplicación se basa en un «cifrado de extremo a extremo más avanzado, basado en un protocolo de código abierto».
Esto implica, “que solo las personas que envían los mensajes pueden ver su contenido (…) la privacidad no es un modo adicional”, y ella se asegura “para todos los mensajes, para cada llamada, en cualquier momento», ha recalcado la empresa.
Este servicio de mensajería gratuito se encuentra disponible tanto para los dispositivos Apple como para Android y posibilita el envío de mensajes de texto, realizar llamadas y videollamadas, así como transferir archivos y documentos y compartir la ubicación entre los usuarios.
La aplicación, reseña Rusia today (RT) no tiene publicidad, una particularidad que se interpreta como la inexistencia de “incentivos para rastrear a los usuarios”.
Su financiamiento, no es gubernamental y se sostiene por subvenciones e inversiones privadas.
Una vez que se descarga la aplicación, se procede a verificar el número de teléfono, los usuarios deben introducir un código enviado a sus móviles a partir del cual se activa la cuenta.
Luego de la activación, la cuenta exige que se configure un código PIN de cuatro dígitos.
Según ha destacado RT, la empresa Signal, afirma que “la única información que los usuarios le dan a la app es el número de teléfono” y las informaciones disponibles sobre sus nuevos desarrollos, indican que “actualmente la empresa está trabajando en una forma de desvincular a la aplicación incluso del número del usuario creando servidores de contactos encriptados”.
La aplicación permite “configurar las conversaciones individuales para que se borren después de un período de tiempo” que es establecido por el propio usuario.
Con un relevante y sistemático uso por parte de “activistas, piratas informáticos y otras personas preocupadas por su privacidad”, Signal es la aplicación que Edward Snowden ha identificado que usa «cada día».
Redacción: Rolando Arbesún
Fuente: Rusia Today, France Inter