Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Sociedad

CON EMILIANO BRANCCIARI

Las espinas van cayendo

A pocos días de concurrir a la ceremonia de entrega de los Latin Grammy 2021 en los que la banda NTVG está nominada en las categorías mejor álbum de rock y mejor canción de rock, hablamos con Emiliano Brancciari en espacio de ideas y reflexión sobre los desafíos que se avecinan, los shows en el Estadio Centenario, la creación, la grabación de Luz, el trabajo con Julio Bocca y también el impacto de la pandemia, las ollas, los sindicatos, el hambre, los embates de odio, los ataques al maestro Tabárez, la búsqueda de los desaparecidos, el general Manini y la violencia de género en la sociedad.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

Producción: Viviana Rumbo

En una casona escondida de una callecita ínfima de Pocitos, a resguardo de casi todo, la banda admirada y aclamada en América y Europa, ensaya las canciones de dos shows que dará en el mítico Estadio Centenario. Allí, en el mismo campo en el que tocaron los Rolling Stones, Paul McCartney y Sting, donde se juntan y entremezclan césped, tierra y cal; tardes y noches de euforia y asombro, de gambetas y sueños épicos, entre gritos, llantos y alambrados y regresos y besos eternos, allí tocará No Te Va Gustar. Previamente y por estas horas, aprontan sus valijas, esas que habían quedado quietas y mudas, en silenciosa espera, para cuando llegara el momento de volver a vivir la vorágine de aeropuertos, pasaportes y bienvenidas. Irán a EEUU por dos nominaciones, pero en realidad, volarán con ese fuerte viento que sopla después de 27 años de trayectoria, 10 discos de estudio y 6 grabados en vivo. Conscientes de que aunque a veces cueste ver el sol, basta con la música, el vino y vos.

 

Están a punto de participar en la 22ª ceremonia de Latin Grammy en Los Ángeles. ¿Cuánto pesa saberse en los ojos de la gran industria y los grandes mercados? ¿Eso condiciona algo la libertad creativa? 

Cualquier tipo de reconocimiento está bueno, por más que sea subjetivo, como es un premio. Para nosotros está buenísimo porque además nos ayuda y nos abre puertas, especialmente en países en los que al Grammy se le presta mucha atención. Allí donde nosotros estamos acostumbrados a ir a tocar, pero igualmente vemos que esto nos abre muchas puertas. Solamente el hecho de estar nominados ya genera eso. Pero en cuanto al fondo de la pregunta, sinceramente creo que no. La verdad que no nos condiciona para nada. Ni siquiera creo que nos condicione el público que ya tenemos, porque las canciones salen de un lugar muy privado, de algo muy chiquito, muy íntimo. En mi caso, a la hora de componer, trato que me gusten a mí, que les gusten a mis compañeros y después cuando empezamos a producir las canciones o grabarlas, ahí sí empezás a pensar que tiene que sonar de tal manera o de otra. Pero en el fondo, eso también es para gusto nuestro. Nunca podés saber qué le puede gustar a la gente y muchísimo menos a quienes te nominan para algo.

 

Hace poco dijiste que los conciertos del 11 y 12 de diciembre son como «volver a nacer». ¿Por qué lo sentís así?

Es que de un momento a otro perdimos toda nuestra forma de vida. Obviamente parar la vorágine y con todo lo que teníamos previsto también tuvo muchas cosas positivas. El disco (Luz) es una de ellas, el reconectar con cosas de nuestra vida cotidiana que habíamos perdido, inclusive con nuestras familias y el hecho de valorar que nos dedicamos a algo que amamos. Y que tenemos una suerte bárbara de conocer el mundo gracias a eso. Nunca habíamos parado más de un mes y poco, imaginate lo que estamos sintiendo de volver a tocar después de 21 meses. Por eso lo estamos tomando con una mezcla de emoción, ansiedad y alegría que creo que no teníamos desde esos primeros shows de nuestros comienzos. Porque obviamente que todo sigue siendo emocionante para nosotros, pero también es cierto que con tantos años en el oficio te acostumbrás a un montón de cosas. Pero ahora que habíamos perdido todo eso, sentimos que este regreso es casi volver a nacer.

 

El disco Luz lo grabaron en una estancia. ¿Eso generó otra sensibilidad creativa y estética para la banda en la convivencia en un entorno tan particular?

Por supuesto. Inicialmente íbamos a grabarlo afuera, tenemos varias opciones para hacerlo en otros países. Pero como la cosa se estaba complicando, las fronteras se abrían y cerraban, pensamos que lo mejor era hacerlo acá. Invertimos todo lo que estaba destinado en la idea del viaje en tener acá el mejor estudio posible, en el mejor lugar posible. Y ahí apareció la opción de la estancia en José Ignacio y llevamos todo el estudio hacia allí. Convivimos, nos encontramos, después de extrañarnos tanto, se generó una energía hermosa. Y el lugar era alucinante. Nos despertábamos rodeados de campo, con otros sonidos y silencios. Estábamos colocados realmente en otro espacio. Y eso fue puro brillo, por eso el disco se termina llamando Luz, porque nos sentíamos así. Después de una etapa tan oscura poder sentir un poco de esa sensación de brillo fue súper importante y eso se termina notando en la música.

 

¿Son la primera banda de rock nacional que va a dar conciertos sola en el Estadio Centenario?

Tal cual, creo que es así. Es tremendo. Es un lugar alucinante, siempre soñamos con hacerlo. Creo que fue en 2011 que habíamos pensado hacerlo, pero después terminamos haciendo un show en la rambla que también estuvo buenísimo. Ahora se dio la oportunidad, no lo dudamos y le dimos para adelante.

 

¿Las dos noches tocarán las mismas canciones o tienen matices?

Hay un esqueleto central que será el mismo para las dos noches y por tanto muchas canciones se repiten. Otras no, pero por ejemplo, si un día no tocamos, «Clara» nos matan (risas).

 

Los tiene hartos ¿no?

De ensayarla sí, pero de tocar no porque se renueva la energía. Siempre la gente, las voces, la energía, te cambian todo. Nos pasa con un montón de canciones que a la hora de ensayarlas un poco cansan. Pero tocarlas en vivo es otra cosa, otro viaje, porque la gente te llena de energía.

 

¿Niña Lobo abrirá los dos shows?

Sí, las dos noches.

 

¿Invitados?

Sí, Mint Parker que ya ha tocado guitarra y cantado con nosotros, también Anita Álvarez de Toledo, que grabó varias canciones del disco y va a estar en gran parte del show con nosotros. Anita es argentina, hace años que está viviendo en Uruguay y fue corista de Fito (Páez), de (Gustavo) Cerati y ella va a ser otra de las invitadas. Y también tendremos sorpresas.

 

¿Cómo será la puesta en escena del show en el Estadio Centenario?

Estamos trabajando particularmente en eso, queremos que sea un show inolvidable para la gente y para nosotros también. Y para ello, estamos trabajando con gente especializada en las visuales y particularmente en la escenografía venimos trabajando con Grant Orchard, un inglés que está viviendo en Uruguay y ha trabajado con distintas bandas. Él nos está tirando ideas que están buenísimas y creemos que será un diferencial en el show, va a ser distinto a todo lo que hemos visto acá en Uruguay.

 

El productor del show es el mismo que trajo a los Rolling Sones al Centenario. ¿Genera algo particular eso en la banda?

Es que el lugar, el Estadio Centenario, ya tiene una energía única. En ese lugar tocaron Eric Clapton, Sting, los Olimareños, los Rolling Stones, Paul McCartney, ahora tocará Jaime y después nosotros.

 

Visto así, lo cerramos y chau. Ya está.

Jaime, nosotros y lo cerramos (risas).

 

¿Cómo hiciste para convencer a Julio Bocca para que volviera a bailar? Porque no es solo que participa del video de la canción «Mi Ausencia», sino que volvió a bailar.

Dio todo. La verdad no lo tuve que convencer. Lo conocí cuando compartimos la despedida de María Noel Riccetto. Yo nunca había ido al ballet. Y nos sentamos uno al lado del otro. Y existió una casualidad que es que tenemos el mismo apellido. Mi abuela paterna también es Bocca y los dos somos nacidos en Munro. Entonces, algún tipo de conexión tiene que haber en nuestras familias porque es muy difícil que el mismo apellido y el mismo barrio sean una simple casualidad. Nos pusimos a hablar de eso y quedamos en contacto. Él me pidió una participación para su fundación benéfica, después nos fue a visitar a la grabación porque vive cerca y cuando salió el video de «Venganza» me escribió para felicitarme por ese trabajo. Y me dijo jugando, jodiendo, ‘mirá que acá tenés un bailarín para cuando quieras’. Obviamente, le dije que le tomaba la palabra y así de simple fue. Nosotros sabíamos que el último video de este disco iba a ser de «Mi Ausencia» y si bien teníamos distintas ideas, esta era la mejor. Entonces consulté a mis compañeros, luego le escribí a Julio (Bocca) y ya activamos. Creo que pensaba que apenas era una idea que estaba en el aire y que capaz que se concretaba pero fue todo muy rápido y fuimos para adelante con ese video

.

¿Cómo fue ese proceso de trabajo y grabación?

Fue buenísimo. Él sugirió a Rosina Gil para que fuera la coreógrafa y su partenaire. Tuvimos varias reuniones acá en nuestro espacio de trabajo y ensayo, en el peor momento de la pandemia. Nos juntábamos con los directores en el patio, todos con tapabocas, a distancia, era rarísimo. Después fuimos avanzando en las ideas, luego nos encontramos vía Zoom, hasta que se fue materializando el proyecto y terminamos grabando en el Mercado Modelo. La verdad quees un video que emociona, estamos súper orgullosos del trabajo de la producción, los directores y obviamente, ellos dos que la rompieron.

 

Era todo un desafío para Julio volver a bailar después de tantos años y en cierta medida, tomar un riesgo, exponerse. ¿No?

Sí, exactamente. Confió. Creo que esa es la clave, además de asumir esto con total normalidad, él confió. Y quedó re feliz. Por estos días estaremos realizando una comida con Julio, Rosina y todo el equipo, porque estamos muy felices del resultado.

 

La banda tiene muchos lazos musicales y hasta afectivos con el fútbol. ¿Cómo estás viendo lo que sucedió recientemente con el maestro Óscar Tabárez?

Primero que nada, al maestro lo respeto profundamente. Creo que colocó a la selección uruguaya de fútbol en un lugar en el que no estaba. No solamente puertas para adentro, sino también fuera de Uruguay. Y todo esto, más allá de los resultados. También cambió el compromiso de los jugadores con la selección, el proyecto integral desde las inferiores, me parece claro que no merece el manoseo y estar en tela de juicio. Mucho menos a poco o nada de terminar la eliminatoria, sabiendo que es el último pedacito de esta etapa. Insisto, no merece esa falta de respeto.

 

Sos nieto de un sindicalista.

Sí, mi abuelo materno era del sindicato de los gráficos. Cuando empezó la dictadura quedó sin trabajo y se fue con mi vieja y con mi abuela para Buenos Aires y ahí empieza toda la historia más conocida.

 

¿Te quedó algo de esa historia familiar en tu propia sensibilidad a la hora del vínculo hacia los sindicatos y las organizaciones sociales?

Seguramente nació así. Lo que tenga, lo tengo de ahí.

 

En cuanto a otras causas que abrazaste, como en la construcción de la memoria sobre los desaparecidos, los temas de DDHH en general o la violencia de género en particular, ¿pensás que también vienen de piel o sensibilidad familiar o hay una construcción propia?

Sí, sin duda que vienen de mi historia familiar, pero también muy fuertemente de la gente con la que me junté después en mi vida. Desde el liceo 10 para adelante, de mis compañeros de banda, con todos ellos nos preocupamos por ciertas cosas. Por eso creo que los caminos que uno va transitando tienen que ver obviamente con lo que te viene de familia, pero también con la gente que te vas juntando a lo largo de la vida.

 

En este tiempo de grietas y discursos de odio, ¿te han atacado? Te lo pregunto concretamente por haber sido parte junto a personalidades de la cultura, la ciencia, el deporte y la sociedad toda de la campaña Imágenes del Silencio sobre los desaparecidos.

Sí, me ha pasado. Pero no le doy demasiada atención ni tampoco entro en esa lógica de agravios. Lo que hago en la vida, siempre lo hago con respeto. No siento odio ni resentimiento por nadie, por eso no entro en nada que tenga que ver con eso. Inclusive hay cosas que se generan en las redes que ni siquiera vienen de seres humanos, no son personas. O, en ocasiones, es gente que trabaja de eso. Entonces no me preocupo, no entro en ningún tipo de polémica. Yo voy diciendo lo que siento o haciendo lo que siento. Obviamente que algunas cosas te pueden doler como a todo el mundo, pero trato de no meterme en esa grieta, en esas riñas y disputas. Porque parecería que hoy todo termina en una disputa.

 

Eso que mencionaste recién de no sentir odio también lo dijiste en referencia a la controversia con el senador Manini Ríos. Y vos señalaste que no sentís odio por nadie. ¿Qué te generó ese cruce con Manini?

Primero me generó sorpresa que él le prestara atención a mi comentario. Pero, además, es curioso que quiera sentarse a hablar conmigo cuando no tiene que hablar conmigo, en todo caso tiene que hablar con la Justicia. Yo no soy nadie, soy un ciudadano más. Después, por supuesto que en ese momento en las redes apareció todo un ejército de odiadores. Pero eso es a lo que te decía que yo no le pongo atención.

 

En ese momento, también señalaste que no precisabas hablar con él porque te alcanzaba con leer sus posturas. Me imagino que en relación a los temas de DDHH.

Básica y fundamentalmente me refería a eso. Después hay posturas y pensamientos de gente que piensa distinto a mí, pero que yo respeto. Como también hay otras que no. El posteo de Manini con la abejita el día de la Marcha del Silencio que se realiza todos los años por los desaparecidos, ese tipo de cosas no las admito, para mí no son respetables. Hasta ahí llega mi respeto.

 

La pandemia impactó en toda la sociedad, emergieron ollas por todas partes, pero golpeó de lleno al sector cultural. ¿Cuál fue la realidad para la banda, su equipo de trabajo y cómo vivieron lo que estaba pasando en la sociedad?

Obviamente que vimos todo con mucha tristeza, angustia, incertidumbre. Lo que hicimos nosotros fue colaborar en visibilizar el problema y por ejemplo, hacernos cargo de nuestro equipo técnico. Intentamos que para ellos no fuera tan duro el parate. Lo que nosotros intentamos fue que nuestro equipo -que es gran parte de lo que somos- no sufriera tanto las consecuencias de la pandemia por solidaridad y también porque era una apuesta a futuro. Por eso tratamos que no les afectara tanto el hecho que se habían cortado las giras y posibilidades de trabajo.

 

Cuando a tu hijo le pidieron que escribiera de un héroe, lo hizo sobre vos.

Pah, me emocionó terriblemente. Obviamente que mi hijo es lo más importante que tengo. Y también la relación que tengo con él. Saber que yo le genero algo lindo es para mí como el mayor de mis orgullos. Me da una felicidad enorme, es por quién doy todo y quien está por encima de todo. Obviamente ahora está entrando en la adolescencia y eso seguro irá teniendo otras formas de relacionamiento. Pero sé que sus sentimientos son los mejores, así que lo disfruto mucho.

 

La pandemia te agarró en un momento de poder disfrutarlo, con el corte de las giras.

Tal cual. Eso nos vino de novela, porque me encargué de cosas que en otro momento no podía. En todas sus actividades, ahí estaba yo y eso está buenísimo, creo que estuvo buenísimo para ambos. Me sentí feliz por eso.

 

Santino tiene mascotas.

Sí, tiene cuatro salchichas y un perro gigante que se llama Messi. Además tiene dos gatos, pero que no vienen a casa.  Los gatos los tiene en la casa con la mamá. Y cuando viene a pasar conmigo, él elige quién viene. A veces vienen dos salchichas, a veces vienen tres, a veces viene uno, es lo que decida él.

 

Tenemos un Cerro Chato, un Arroyo Seco y un perro Messi. Es de no creer… ¿Lo sabe Lio?

Ni idea (risas). Es divino Messi, gigante y se cree que es chiquitito. Lo tenemos desde que Santino tenía tres años.

 

Disfrutás esas pequeñas cosas

Sí, claro, ni hablar. Disfruto mi vida «normal» cuando estoy de gira porque es lo que amo hacer. Pero también disfruto de dormir todas las noches en la misma cama, las pequeñas cosas como comer en mi casa, así de simple.

 

¿La canción ‘No te imaginás’, que en el video aparecen tus hijos, fue parte de ese proceso de reencuentro con lazos de la familia?

Es previa a la pandemia. Es del verano anterior a que empezara la pandemia y estaba escrita de cuando éramos libres (risas).

 

Charly cumplió 70 años. Creciste en Argentina en la época en la que él ya era un ídolo. Hoy es leyenda. ¿Qué lugar ocupó en tu vida?

Es uno de mis grandes referentes y de mis compañeros musicales desde la adolescencia. Pero sin lugar a duda más allá de lo que significa para mí, es un artista que logra con sus composiciones súper complejas traducirlas a algo popular y ‘digerible’ por todo el mundo y no solo por músicos. Muchas de sus composiciones son muy complejas pero al oído popular parecen simples y son súper ‘digeribles’ y eso es lo que lo diferencia de muchos otros artistas. A veces hay compositores que son muy complejos y siguen siéndolo para la gran masa de gente y Charly lo que logra es hacerlo de tal manera que sea entendible para todos y que te llegue de manera fluida. Tuvimos el privilegio que grabara la canción ‘Comodín’, del disco El tiempo otra vez avanza, en Buenos Aires. Y después cuando presentamos ese disco en el estadio de Vélez (Sarsfield) él vino a tocar. En ese mismo show, tocaba Hugo Fattoruso con nosotros, que después más recientemente grabó en el disco Otras canciones. Aquello fue tremendo. Imaginate lo que pasaba en ese escenario mientras tocábamos en Vélez. Charly miraba fascinado a su ídolo de la adolescencia, a Hugo Fattoruso. Y nosotros ahí tocando con ellos dos. Hugo es un divino, aparte de su talento, es una persona divina. Hemos tenido el privilegio de llevarlo de gira. La verdad que es una cosa tremenda Hugo, humildad, perfil bajo, tremendo.

 

Si seguimos el repaso de los genios, también grabaron con Jorge Drexler.

Con Jorge siempre tuvimos ganas de hacer algo juntos y se dio recién en Otras canciones. La verdad que estuvo buenísimo, la canción (‘De nada sirve’) le quedaba bárbara. Después tuvimos varios encuentros más informales y cuando fuimos a tocar a Madrid antes que empezara la pandemia, también vino a cantar con nosotros. Después nos invitó a su casa y preparó una paella alucinante. La verdad es que es otro fenómeno.

 

Hablemos de las nuevas generaciones de la escena musical uruguaya. Han tocado con Leti Gambaro, por ejemplo. 

Sí, Leti es alucinante. Y Nikole Cedeño también, que integra la Orquesta Juvenil del Sodre. Estuvo buenísimo porque ellas hicieron casi toda una gira por el exterior con nosotros y la verdad que, aparte de que son grandes músicas, fue un vínculo alucinante el que construimos. Se formó una especie de familia más grande. Son geniales.

 

¿Qué te sorprende de lo nuevo que estás viendo?

El otro día fui a ver el show de Paul Higgs y me encantó. Es de lo más original que hay actualmente en la música de acá. La verdad que me encantó. Fui ver a Eté y los Problems en el Sodre.

 

¿Mocchi?

Mocchi también, ahora y antes. Mocchi abrió uno de nuestros shows en el Gran Rex en Buenos Aires. También Niña Lobo, que por algo la elegimos para abrir los dos shows.

 

¿Qué falta en la carrera de NTVG?

Japón. Siempre tuvimos esa inquietud, esas ganas. Hemos tocado en varios países de Europa, en toda América, pero Japón siempre quedó pendiente. Ahora que estamos volviendo a tocar, quién no te dice que podamos concretarlo.

 

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO