La muerte es algo natural, igual que el miedo a morirse, aunque a muchos en la larga historia de la humanidad parece preocuparles más su legado, esto es, cómo “sobrevivirán” en la memoria afectiva de muchos. En China, un anciano con gran sentido del humor decidió sacarse la duda antes de irse de este mundo, y pagó una pequeña fortuna por el funeral. Mejor dicho, su propio funeral. En efecto, un octogenario de apellido Zhang se gastó a finales de febrero el equivalente a 2.900 dólares en un desfile funerario por su comuna, en la provincia de Anhui (este), en el que fue paseado en un ataúd rojo, con todo el rigor del mundo, alguna que otra plañidera, y los festines con los que ancestralmente son despedidos los seres queridos cuando parten al viaje sin retorno.
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El video de la peculiar “performance” se volvió viral en las redes, y dividió al público entre quienes aplaudían la alegría del buen Zhang, y quienes se molestaron porque consideraron –con su dosis de razón- que el hombre se estaba burlando de cosas demasiado solemne, como suelen asumir la vida en aquellas protocolares tierras.
Según reseña el diario South China Morning Post, el “funeral” comenzó al amanecer, cuando un centenar de dolientes -demasiado sonrientes- se congregaron en la morada de Zhang para el banquete ritual. Después comenzó una procesión de tres horas, en la que el anciano fue paseado por el pueblo, yaciendo inerte en una camioneta funeraria, saludando a los atónitos viandantes que de entrada no caían en el “performance”.
Al concluir todo, el divertido Zhang explicó que la idea le vino tras comprar el ataúd en el que quería ser enterrado, para quitarle esa carga. Fue, además, una manera de aliviar la soledad en la que vive desde que enviudó, hace dos, y desde que sus hijos se mudaron lejos. En su opinión, organizar su funeral en vida le mantendría entretenido y alegre, y dijo que la ocurrencia valió cada yuan invertido, porque lo disfrutó en grande.
Sin embargo, las autoridades de Anhui abrieron una investigación sobre el asunto, porque consideran que Zhang le faltó el respeto a la tradición, a los muertos y a quienes sí perdieron a alguien, y estaban pasando por el luto. Por el contrario, en redes sociales predominaron las muestras de simpatía con Zhang, y su aproximación positiva hacia la inevitabilidad de la muerte: “Espero que llegue a los 100 años”, escribió un internauta.
Solemne
Más allá de esta humorada, lo cierto es que una cultura tan milenaria como la china se toma con gravedad este tipo de asuntos, cada provincia y región con sus propias características, ritos y creencias. En varios aspectos, los velorios en el gigante asiático se diferencian significativamente de la manera occidental de despedir a los muertos.
Por ejemplo, en China los funerales pueden durar varios días, dependiendo de la familia y su religión, y suelen incluir varios rituales, como la quema de incienso, la presentación de ofrendas y la realización de oraciones. Los familiares del occiso pueden vestirse con ropa de color blanco, que simboliza la tristeza y el luto. Algunos allegados se afeitan la cabeza como expresión de duelo.
En sentido general, los funerales en China implican la cremación del cuerpo del fallecido y el entierro de sus cenizas en un lugar especial. En algunos casos, tras el funeral, la familia organiza una comida para celebrar la vida del fallecido, y no faltan las ofrendas ante el altar doméstico, con aromas y vapores que alimenten al espíritu.
También está el tema monetario: el costo de los funerales en China varía según la región, el poder adquisitivo de la familia y los servicios que se contraten. Como la tradición establece que los funerales son un signo de respeto al fallecido y expresión del estatus social de la familia, así que muchos gastan lo que tienen y lo que no, aunque solo sea para irse en grande.
No obstante, en ciertas regiones de China el gobierno ha implementado políticas para limitar el costo de las exequias y promover una cultura funeraria más austera, incluyendo la eliminación de costosos arreglos florales y la restricción de la duración de los funerales.
Curiosidades funerarias
· La fosa funeraria más antigua de que se tiene noticias data de hace 78.000 años, y alberga los restos de un niño de 3 años, en una cueva de Kenia, África. Los científicos le llamaron Mtoto, que significa "el chico" en idioma suajili.
· El “sky burial” o “entierro celestial” es un rito del Tíbet, que implica desmembrar el cuerpo del fallecido y dejar que las aves carroñeras lo coman: la idea era ayudar al alma a liberarse y alcanzar el cielo.
· El “cortejo fúnebre jazz” en Nueva Orleans, Estados Unidos, consiste en una procesión alegre de música jazz y baile que acompaña al cadáver hasta su tumba, con una celebración de su vida.
· El “entierro de los muertos” en Madagascar consiste en desenterrar los cuerpos de los antepasados cada cierto tiempo, vestirlos con ropa nueva y pedir su bendición en un desfile, antes de sepultarlos de nuevo.
· Las “urnas suspendidas” de Indonesia son, en realidad, los fallecidos colgados de rocas o acantilados, con la idea de mantenerlos fuera del alcance de los malos espíritus.
· El "lanzamiento de urnas" en Taiwán implica el lanzamiento de urnas funerarias desde un edificio alto o desde una montaña, para que el espíritu ascienda al cielo.
Y aparte de todas esas manifestaciones, tenemos a pícaros como el viejo Zhang, de esos que “se hacen los muertos para ver el entierro que le hacen”.
Al fin de cuentas, este pícaro señor le dio la razón al título de aquella película de Robert Zemeckis, con Meryl Streep, Goldie Hawn y Bruce Willis, titulada "La muerte le sienta bien".