El jefe de Psicología del Hospital Quirón Marbella, en España, Antonio de Dios, respalda esta teoría al afirmar que la primavera es un período de mayor apertura a la comunicación, al amor y a la sexualidad. El incremento de la actividad y el tiempo pasado fuera de casa debido al clima agradable y al uso de ropa más ligera pueden fomentar encuentros fortuitos y situaciones propicias para la infidelidad.
Sin embargo, no todo es color de rosa en esta época del año. El exceso de energía puede llevar a un efecto rebote, resultando en fatiga, insomnio y dificultad para concentrarse en las tareas diarias. Este desajuste en los ritmos biológicos puede ser contraproducente para mantener relaciones estables y comprometidas.
Aunque la primavera es un momento de renovación y despertar de la vida, también puede ser una época de vulnerabilidad para las relaciones amorosas. Es importante estar conscientes de los cambios que experimentamos durante esta temporada y tomar medidas para fortalecer la comunicación y el compromiso en nuestras parejas, evitando así caer en la tentación de la infidelidad.