A pocas semanas de la entrega de los codiciados premios Oscar, una noticia ensombrece los aires de celebración en Hollywood: el actor Tom Sizemore no podrá recuperarse del accidente cerebro vascular (ACV) que lo mantiene en estado de coma en un hospital de Los Angeles, y los doctores ya les recomendaron a los familiares poner fin a su suplicio. El intérprete tiene 61 años, un pasado de turbulencia y excesos, y un aneurisma que no tiene cura.
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Rostro habitual en producciones de los años noventa e inicios del siglo XXI, Sizemore dejó su impronta de tipo cínico y sin escrúpulos en cintas como True Romance, Natural Born Killers, Saving Private Ryan, Black Hawk Down y Pearl Harbor, pero más famoso que su histrionismo era su gusto por las drogas, y un temperamento violento que le valió varios problemas con la justicia estadounidense.
Ahora bien, ¿es descabellado pensar que el estilo de vida licencioso y trepidante que llevó Sizemore durante años acabó por provocarle el ACV que devino en aneurisma? No es una hipótesis loca.
¿Qué son los aneurismas?
De entrada, hay que explicar que un aneurisma es una protuberancia anormal en la pared de una arteria, vena o capilar, que se produce cuando dicha superficie se debilita y se abulta debido a la presión del torrente sanguíneo. Si bien los aneurismas pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo, son más comunes en las arterias del cerebro, el abdomen y las piernas.
Su tamaño puede variar. Están los pequeños, que no causan síntomas o problemas, y los graves, de consecuencias nefastas, incluso para la vida. Entre sus síntomas destacan dolor, presión, sensibilidad, hinchazón y cambios en la forma de la arteria afectada.
Hay diferentes maneras de tratarlos, en dependencia de su tamaño y ubicación. Algunos pueden requerir cirugía para reparar o reemplazar la sección debilitada de la arteria, mientras que otros pueden ser tratados con medicamentos para reducir la presión arterial y prevenir el riesgo de ruptura. La detección temprana y el tratamiento adecuado son clave para prevenir complicaciones graves y potencialmente mortales.
Living la vida loca
La comunidad científica coincide en que determinados estilos de vida que contribuyen al desarrollo de un aneurisma, incluso cuando la causa exacta es desconocida.
Algunos factores de riesgo incluyen:
- Presión arterial alta (hipertensión).
- Tabaquismo.
- Colesterol alto.
- Diabetes.
- Obesidad.
- Consumo excesivo de alcohol.
- Falta de actividad física.
Claro, los malos hábitos de vida son malos para la salud y pasan factura, de una forma u otra. Por eso es importante adoptar un estilo de vida saludable para reducir el riesgo de aneurismas y otros problemas. Eso lleva, por ejemplo, llevar una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente, mantener un peso adecuado, no fumar y controlar la presión arterial y el colesterol.
Ahora bien, el consumo de drogas puede aumentar el riesgo de aneurismas debido a los efectos que tienen en el cuerpo, especialmente en el sistema cardiovascular y las paredes arteriales. Por ejemplo, la cocaína dispara la presión arterial y las anfetaminas incrementan la frecuencia cardíaca, mientras que la heroína tiene un efecto contrario, pero no menos peligroso. Respecto a la marihuana, ciertos estudios sugieren que eleva el riesgo de ACV.
Aparte de Sizemore, otros famosos han sufrido aneurismas, pero han vivido para contarlo, como la sensual actriz Sharon Stone, el legendario músico Neil Young o la intérprete Emilia Clarke (primera de su nombre, reina de los Ándalos y los Primeros Hombres, Señora de los Siete Reinos, Khaleesi del Gran Mar de Hierba, Madre de Dragones… en fin, la Daenerys de Juego de Tronos).
Los aneurismas, en resumen, no discriminan por edad, género o estatus social. Así que lo más aconsejable es tomar nota, abrazar estilos de vida y alimentación más saludable, quererte, mimarte y, sobre todo, no ofuscarte demasiado con el absurdo cotidiano…