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Hipnosis terapéutica: ¿magia o ciencia?

¿Qué dicen la ciencia y la medicina sobre las aplicaciones clínicas de la hipnosis? ¿Es un recurso válido o puro verso?

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Mucha agua ha caído desde 1840, cuando el médico austriaco Franz Mesmer introdujo una peculiar terapia para tratar a pacientes con problemas mentales y físicos. Se trataba del “mesmerismo”, también conocido como la doctrina del “magnetismo animal”, muy revolucionaria e influyente en su momento, y que fue precursora de lo que sería la hipnosis moderna.

Sus tesis eran, hasta cierto punto, rocambolescas: Mesmer estimaba que existía un fluido invisible, una suerte de humor que incidía en cuestiones fisiológicas. Desde su perspectiva, si algo obstaculizaba ese fluir, venían las enfermedades, y su propuesta de tratamientos consistía en aplicar técnicas de autosugestión que en no pocos casos contribuyeron a curar alteraciones de índole psicológica, al menos en casos de histeria.

Durante la hipnosis 'los sujetos parecen ser receptivos, en diversos grados, a las sugerencias para actuar, sentir y comportarse de manera diferente que en un estado normal de vigilia'. Durante la hipnosis 'los sujetos parecen ser receptivos, en diversos grados, a las sugerencias para actuar, sentir y comportarse de manera diferente que en un estado normal de vigilia'.

Sin embargo, el galeno británico James Braid acuñó el término “hipnosis” y desarrolló un enfoque más científico y menos esotérico para su uso terapéutico. El psicólogo estadounidense Clark Hull afirmó en la primera mitad del siglo XX: “Todas las ciencias han descendido de la magia y la superstición, pero ninguna lo ha hecho tan lento como la hipnosis a la hora de deshacerse de las asociaciones mágicas de su origen”.

Y es que, hasta el día de hoy, la hipnosis aún es uno de los fenómenos peor representados, más temidos y menos admitidos socialmente. No obstante, pese a que el imaginario popular tiende a mostrar la hipnosis como un instrumento de manipulación y control mental, de efectividad casi sobrenatural, lo cierto es que la también conocida como “hipnoterapia” es muy útil, y su única magia es… la ciencia.

¿Qué es la hipnosis?

La Asociación Estadounidense de Psicología (APA, sigla en inglés) define la hipnosis como el procedimiento, o el estado inducido por ese procedimiento, en el que se usa la sugestión para evocar cambios en la sensación, percepción, cognición, emoción o control sobre el comportamiento motor. De acuerdo con la APA, durante la hipnosis “los sujetos parecen ser receptivos, en diversos grados, a las sugerencias para actuar, sentir y comportarse de manera diferente que en un estado normal de vigilia”.

La hipnosis es una técnica segura si la realiza un profesional capacitado y certificado. No tiene efectos secundarios negativos y no es peligrosa. La hipnosis es una técnica segura si la realiza un profesional capacitado y certificado. No tiene efectos secundarios negativos y no es peligrosa.

La idea, en resumen, es acceder al subconsciente de la persona sometida a la hipnosis, mucho más receptivo a las sugerencias y órdenes que el pensamiento consciente. Pero la pregunta crucial es: ¿funciona? Tal vez mucha gente lo perciba como un instrumento de la criminología o por recurrirse a ella en situaciones de amnesia total o parcial.

¿Cuáles son las aplicaciones clínicas?

Hay todo un debate respecto a las aplicaciones clínicas de la hipnoterapia que la diferencia de la homeopatía, cuestionada por la medicina occidental por considerarla puro placebo. El uso médico de la hipnosis tiene muchos puntos a su favor y el aval de la documentación científica.

Por ejemplo, la APA destaca que la hipnosis se suele aplicar con cierto éxito para tratamiento de problemas de salud como hipertensión, asma, insomnio o bruxismo (rechinar los dientes al dormir); para el manejo del dolor crónico y agudo; en la modificación de hábitos, como dejar de fumar; en disturbios del estado de ánimo, ciertas fobias y la ansiedad; y en trastornos de la personalidad, o de estrés post-traumático. Igual, su mayor efectividad es como tratamiento complementario, o como parte de un abordaje integral.

La hipnoterapia en Uruguay

En Uruguay, por cierto, hay profesionales dedicados a la hipnoterapia, y confirman que esta alternativa se ha vuelto bastante popular. Con 14 años de fundado y más de 7.500 pacientes satisfechos, el Centro de Hipnosis Clínica y Terapia Breve propone variantes para adelgazar, lidiar con la depresión, los miedos y fobias, así como la falta de concentración e incluso el trabajo con deportistas de alto rendimiento.

En su web, el Centro explica que durante la hipnosis el cuerpo se relaja y los pensamientos se focalizan de manera más eficiente. La hipnosis reduce de manera controlada la presión arterial y la frecuencia cardíaca, cambiando ciertos tipos de actividad de las ondas cerebrales. “En este estado relajado, se sentirá a gusto físicamente, su mente estará completamente despierta, receptiva y focalizada en a las diferentes sugerencias. Su mente consciente se relaja, al tiempo que su mente subconsciente se enfoca más”, precisan.

Según la institución, en las diferentes etapas de una sesión hipnosis se cambia el punto de vista del problema, la mente se relaja y se enfoca en un área en particular, a partir de los estímulos presentados por el terapeuta, y se dejan ir los pensamientos críticos, en una fase conocida como “disociación”. El escenario queda listo, pues, para la respuesta y el paulatino retorno a la conciencia habitual.

De los mitos a la realidad

Aparte de la desconfianza, los prejuicios y relatos de horror y misterio, persisten otros mitos comunes sobre la hipnosis, como que es peligrosa, que controla las mentes, que todo el mundo es susceptible de ser hipnotizado, y que entrar en ese trance es como estar dormido. La realidad es otra…

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En primer lugar, la hipnosis es una técnica segura si la realiza un profesional capacitado y certificado. No tiene efectos secundarios negativos y no es peligrosa. En segundo lugar, la persona hipnotizada siempre está consciente y en control de sus acciones y decisiones. Por ende, tampoco es como dormir…

Por otro lado, algunas personas tienen una mayor capacidad de entrar en un estado hipnótico que otras, pero no todas pueden ser hipnotizadas, sobre todo, si no quieren. En esa cuerda, también es falso que se pueda inducir a alguien a realizar algo contrario a sus intereses, su moral o sus costumbres: durante las sesiones, insisten los expertos, el paciente siempre tiene el control de la situación.

Así que olvídese de relojes de péndulo, mentalistas de feria y conspiraciones maquiavélicas: la hipnosis ya ha demostrado ser una útil herramienta para ayudar a encontrar verdades y caminos dentro de uno mismo. Lo demás, es oscurantismo barato.

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