El caso que conmocionó a la comunidad académica y científica de Estados Unidos sumó nuevos detalles tras la condena de Cedric Lodge, exgerente del depósito de cadáveres de la Harvard Medical School. El hombre, de 58 años, recibió una pena de ocho años de prisión por traficar con restos humanos donados para la investigación médica.
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De acuerdo con el Departamento de Justicia, Lodge robó y comercializó órganos internos, cerebros, piel, manos, rostros y cabezas disecadas entre 2018 y al menos marzo de 2020. El material era ofrecido a través de internet a coleccionistas y otros intermediarios, quienes luego lo revendían con fines de lucro.
Investigación
La investigación estableció que Lodge actuaba junto a su esposa, Denise Lodge, de 65 años, quien fue condenada a un año de prisión. Ambos trasladaban los restos desde la morgue universitaria —ubicada cerca de Boston— hasta su residencia en Goffstown, en el estado de Nueva Hampshire, además de otros puntos de Massachusetts y Pensilvania, desde donde se realizaban los envíos.
Los fiscales señalaron que las ventas se concretaban sin el conocimiento ni el consentimiento de la universidad, de los donantes ni de las familias. En algunos casos, Lodge permitió que los compradores ingresaran directamente a la morgue para examinar los cadáveres y seleccionar qué partes deseaban adquirir, una práctica que la fiscalía calificó como especialmente grave.
Harvard lo despidió en 2023
Harvard despidió a Lodge en mayo de 2023, cuando el caso se hizo público. Las autoridades subrayaron que muchos de los restos humanos vendidos fueron posteriormente revendidos, ampliando una red de tráfico que involucró a múltiples estados.
Entre los compradores identificados figura Katrina Maclean, quien habría enviado piel humana a Joshua Taylor para que fuera “curtida” y convertida en cuero, según reveló el diario Boston Globe. Otro acusado está implicado en el robo de restos de una morgue de Arkansas, incluidos los cuerpos de dos bebés nacidos muertos que debían ser incinerados y devueltos a sus familias.
Tráfico de restos humanos
Además, dos de los involucrados intercambiaron restos humanos entre sí, realizando pagos en línea que superaron los 100.000 dólares, según la acusación federal.
“El tráfico de restos humanos robados es un acto inquietante que victimiza a familias ya de luto”, afirmó Wayne A. Jacobs, agente especial del Federal Bureau of Investigation, quien destacó que el caso representa un avance en la rendición de cuentas de los responsables.
El Department of Justice advirtió que el uso del servicio postal para este tipo de envíos también generó riesgos para trabajadores y clientes, y confirmó que varios implicados ya fueron condenados o esperan sentencia en causas vinculadas a esta red ilegal.