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Política

NO SÓLO DE VIDRIO VIVE EL HOMBRE

Mano a mano con Daniel Placeres

El diputado Daniel Placeres fue electo por el Movimiento de Participación Popular (MPP). Forma parte de dos comisiones parlamentarias: la de Legislación del Trabajo y la Especial de Cooperativismo. En entrevista con Caras y Caretas, dialogó sobre la producción, la extranjerización de la tierra y la denuncia periodística que lo involucra.

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El trabajo parlamentario es una tarea fundamental dentro del sistema de democracia representativa. Por más que se discuta un día sí y otro también la decepción que pueda tener el elector con sus elegidos, lo cierto es que, por ahora, al menos, la sociedad no encontró otra forma de sentirse representada. Es cierto que dentro de los parlamentarios hay unos más conocidos que otros y que necesariamente eso no tiene que ver con el trabajo que realicen, sino que muchas veces va atado a un perfil más o menos alto -o más o menos bajo- de exposición mediática.

El 23 de octubre, se reunió la comisión de Legislación del Trabajo para tratar la promoción del trabajo para personas con discapacidad. Sin dudas que se trataba de un asunto sensible para la población. Me llamó la atención que de los seis integrantes de esa comisión sólo estuvieran presentes cuatro: el representante por el Partido Colorado (más allá de que ahora no lo sea), Fernando Amado, y los frenteamplistas Gerardo Núñez, Daniel Placeres y Luis Puig, y que los dos ausentes fueran del Partido Nacional: Gerardo Amarilla y Rubén Basigalupe. Intenté comunicarme con Amado, pero no me atendió. Entonces llamé a Placeres, que me “invitó” a cubrir la sesión de la Cámara del día siguiente, porque trataría el proyecto y, en ese momento, pautamos una entrevista para hablar de su actividad y de cómo veía el futuro de la región, teniendo en cuenta la entonces probable victoria de Jair Bolsonaro. El diputado me dijo que prefería esperar a que “los zapallos se acomoden en el carro” para hablar de ciertas cosas y que podría atenderme en dos semanas. Conclusión: la entrevista quedó para el martes 6, pero cuando vi la promo del programa Santo y Seña en el que se hablaría de Placeres y su relación con Envidrio (ver recuadro), pedí posponer la entrevista para el jueves de mañana, lo que fue aceptado.

Una comisión dinámica

Es conocido que la comisión de Legislación del Trabajo, que se reúne los miércoles, es una de las más activas del Parlamento por la cantidad de delegaciones que recibe. En estos años ha tenido -y sacado- temas clave por promotora de una serie de leyes que promocionan los derechos de los más vulnerables. Como ejemplo, a la ley de trabajo para personas con discapacidad se suma la de insolvencia patronal, y la que regula la nocturnidad en el ámbito laboral. Por eso, Caras y Caretas consultó a Placeres sobre la marcha de la Comisión Especial de Cooperativismo: “En 2017 se trancó una ley relativa a la promoción de compras públicas. Este año avanzamos un tanto con eso, pero para el año que viene debemos continuar con fuerza en eso”, aseguró Placeres, y agregó que otras cosas preocupan demasiado, como el empleo; aseguró que “el año que viene vamos a tener un tema muy caliente: el empleo”.

Según la visión del diputado, esa problemática viene de la mano de la geopolítica de la región y del mundo: “Somos un país chico, hemos mejorado en la calidad de producir manufacturación a partir de la aplicación de nuevas tecnologías, pero cuando vas a venderle al mundo, el mundo te compite con la misma tecnología y calidad, pero con excedentes de commodities. Entonces, las empresas han hecho esfuerzos en aggiornarse, pero su mercado interno no absorbe todo lo que produce. Cuando salimos a vender el resto de los países te venden el mismo producto, pero con un mercado que absorbe mucho. Y eso ya es estructural. Fíjese: nosotros tenemos prácticamente la misma cantidad de población que en el año 1970, mientras que Argentina pasó de 12.000.000 a 45.000.000 y Brasil de 90.000.000 a 220.000.000, inclusive Paraguay, con sus más de 10 millones, nos superó en expectativa de crecimiento país”, indicó.

De la mano de esta problemática demográfica, Placeres sostiene que es necesario discutir hacia dónde se va a dirigir la política central del país porque Uruguay tiene la obligación, según él, de adaptarse a los cambios: “En el país, la industria cárnica tiene menor empleo que la del software. No digo que vamos a ir todos para el software, pero es una realidad y hay que prepararse. Mientras tanto, hay que ir transitando un salto cuantitativo”, dijo. “Ayer [por el miércoles 7] se discutió el tema de la regasificadora, pero no estamos viendo como cambio estructural la matriz energética. Algunos aplauden que la regasificadora haya fracasado y otros estamos tristes porque no avanzó. Ambos estamos mal porque se tiene que dar una discusión de país. También se debe reconocer que le hemos embocado en el parque eólico, ya que tenemos 40% de energía eólica y se ahorraron millones de dólares al no usar combustible para prender las centrales térmicas”, afirmó, y recordó que ahora se está estudiando la energía solar.

Problemas con los productores

Son varios los problemas que tiene el gobierno frenteamplista con el sector productivo. Consultado Placeres al respecto, respondió: “Lo que pasa es que se aplica mayor tecnificación para la producción y sacar más productos que antes, pero el mercado interno absorbe una parte. Si se define exportar, se debe tener en cuenta que no se manejan los mismos valores que un mercado interno que puede no absorber los costos de la producción, y lo que genera la tecnificación tendría que ser un producto a muy bajo precio para exportar. Por tanto, el centro de la discusión es cómo profundizar un sentido exportador competitivo. Pero al exportar tenemos el problema de que el sistema financiero mira para el costado y Uruguay no tiene una banca de riesgo que acompañe el desarrollo nacional”, dice Placeres.

Para explicar de qué trata la “banca de riesgo”, el diputado puso el siguiente ejemplo: “En Uruguay, una lechuga o un tomate se paga a 180 días; se trabaja con la plata del productor, porque nadie puede pensar que uno de esos productos aguante toda esa cantidad de días, sólo si se mete en cámara, pero en ese caso los precios cambian porque se desnaturaliza. Cuando vamos al mercado externo, los productos se tendrían que acompañar con una ‘espalda’ financiera. En el mundo se están vendiendo los productos a un año. ¿Quién banca eso? Ya no sólo se compite con la calidad, con la trazabilidad, con el volumen, sino que también se hace con el financiamiento. Entonces, va gente que va con las mismas características del producto, pero con el agregado que dice: ‘Señor, mire que a mí me lo paga a un año’. La respuesta es obvia: ‘Me quedo con usted’”, aseguró, agregando que “acá la banca está interesada en dar crédito para los electrodomésticos, la ropa, etcétera, porque cobran tasas exorbitantes”. De su ejemplo surge una lectura evidente: que el mercado manda, pero los actores políticos deben ordenar ese mercado, si no, la competitividad se va al garete. Otra cosa resultó evidente: comentárselo a Placeres. Respondió: “En eso, a pesar de nuestras diferencias, estamos todos de acuerdo, pero el debate se posterga y la discusión nunca se da”, enfatizó.

Extranjerización de la tierra, la pregunta incómoda

Consultado sobre la extranjerización de la tierra, hartamente denunciada a todo nivel, tanto en tribunas públicas como institucionales, Placeres dijo: “Se debe profundizar en un programa que tenga proyectos fuertes para no extranjerizar. El Instituto de Colonización ha hecho esfuerzos fuertes; se ha avanzado”.

Insistí con el tema porque los números son claros: desde hace una década y media, más de 50% de la tierra pasó a manos de sociedades anónimas, la mayoría con capitales extranjeros. Sin embargo, Placeres, a pesar de que comenzó diciendo que “es verdad que hay una extranjerización”, cortó la frase, desdiciéndola en seguida: “No sé si llamarle ‘extranjerización’; es que en la tenencia de la tierra hay un posicionamiento más del factor privado que del estatal, porque muchos arriendan la tierra y viven de la renta. Creo que hay un uso del suelo que lo aprovecha el sector privado para exportar”. Llegado a este punto, es mi obligación describir lo que veo: el diputado titubea, intentando buscar palabras para su respuesta. Al cabo de unos segundos de “nerviosismo”, las encuentra: “Yo hablé con el Instituto de Colonización y me parece que están trabajando muy bien, y la compañera que está al frente del instituto me parece que lo está haciendo bien, y hay que seguir trabajando…”. Pero se desvió en el discurso, hablando de que Uruguay está frente a “dos monstruos como Brasil y Argentina”.

Bolsonaro y la autodeterminación de los pueblos

Como ya dije, la entrevista había sido pospuesta porque Placeres quería esperar ver qué pasaba en Brasil, seguramente con la expectativa de algo que no sucedió: que el Partido de los Trabajadores diera vuelta un resultado que hacía tiempo le resultaba desventajoso. Así que se le consultó por el triunfo del ultraderechista. La respuesta vino rápida: “Si nosotros estamos definiendo para el caso de Venezuela la autodeterminación de los pueblos, no puede haber dos opiniones. Yo no puedo tirar piedras de acá para enfrente. Eso lo eligió el pueblo brasileño y si yo comparto o no esa elección, es problema mío. Lo mismo con mis opiniones de las ideas del presidente electo. Mi obligación, como ser humano y como hombre político, es respetar la autodeterminación de los pueblos y eso lo hago. Deseo lo mejor para ese pueblo hermano y que ellos y nosotros avancemos”.

Aparte del programa Santo y Seña, que no quería que fuera el eje de mi entrevista, otra cosa me daba vueltas: la ley de las compras públicas. Al respecto contestó: “Generamos un debate de que 30% de las compras públicas deben recaer en proyectos colectivos, en la economía social, o sea, en empresas pequeñas y medianas. En Canelones se hizo una experiencia muy buena con el Ministerio del Interior. Se trató de la compra de cerdo, pollo, harinas, fideos. Se hizo algo similar en Tacuarembó. Hace unos años, con el entonces intendente Wilson Ezquerra, la Junta Departamental apoyó la compra del inmueble de Caorsi y cedió una parte a la cooperativa para seguir produciendo fideos y hoy se revuelven vendiéndole al Estado productos de buena calidad”.

Quizá la voluntad del nacionalista Ezquerra sea el antecedente para esa ley de compras públicas. Si no lo es, una cosa queda clara: Placeres será emepepista y mujiquista, al punto de costarle hablar de los errores de su sector, como la extranjerización de la tierra, pero no es sectarista. En una región tan polarizada, no es un dato menor.

***

Envidrio

Santo y Seña, el programa que conduce el periodista Ignacio Álvarez y que canal 4 emite todos los miércoles, fue lapidario con Daniel Placeres, a quien denunció por su actuación en la fábrica autogestionada Envidrio. En ese espacio, en el televisivo digo, se habló de “negocios turbios”, “trabajo en negro” y “trabajadores que, estando en seguro de paro, igual realizan su tarea completando el salario de manera irregular”. Caras y Caretas preguntó a Placeres al respecto, recordando que esta entrevista no era en respuesta a nada, pero que, obviamente, no se podía deslindar de la nota el programa.

¿Está trabajando para Envidrio?

No. Soy un gran colaborador de Envidrio. Porque, como yo, varios compañeros, muchos de los cuales ya están jubilados, ocupamos una fábrica [Cristalerías del Uruguay], durante 407 días, en el año 1999. La llamamos la ocupación de “las cuatro estaciones”. Fue un orgullo para nosotros establecer una nueva proyección y fundar una nueva unidad productiva que se inauguró en el año 2008. Cuando asumo en el Parlamento, dejo Envidrio. Yo le tengo un afecto enorme. Se ha dicho que mis hijos y mi hermano laburan ahí. Es cierto: laburan 43 hijos de compañeros porque así fue definido cuando arrancamos. Es necesario hacer un análisis histórico: en 2008 éramos 60 compañeros que tuvimos que madurar la idea. Fíjese que en aquel momento tuvimos que hacer una alianza estratégica con la empresa, que había decidido cerrar en 1999 porque no le daban los resultados económicos: nosotros nos dedicábamos a la producción y ellos vendían el producto en el mercado. Ahora le pegan porque es la única fábrica de vidrio en Uruguay y produciendo acá embroman a los que importan, y que está en una etapa nueva.

¿Qué pasa con los US$ 11,5 millones que le dio el Fondes y que no pagaron?

A Envidrio se le dio eso en un proyecto que era de US$ 29 millones. Si se suma eso con lo que le dio el Fondes y los US$ 14,5 millones de una alianza estratégica con Venvidrio, de Venezuela, súmelo y verá que da US$ 26 millones. ¿Cómo se llega a invertir US$ 29 millones? Lo que pasó es que mientras estaba trabajando en la fábrica vieja, le volcaba inversiones a la nueva. Está todo tasado y se sabe que arrancó generando puestos de trabajo. Lo que pasa es que si no arrancaba Envidrio, seguíamos trayendo botellas de afuera y el Estado seguía devolviendo Imesi. En la Rendición de Cuentas pasada se votó que la devolución de Imesi se va a hacer siempre y cuando el envase sea nacional. Por eso le digo que hay un punto estratégico en que la vida parlamentaria influye en la vida productiva del país. Y ahí todos los sectores tenemos que estar codo a codo.

¿Pero se devolvió algo de ese dinero o no?

Escúcheme, escúcheme: Envidrio no pudo culminar porque se cayó el horno viejo y se culminó ahora a través de un pedido que el Parlamento votó de solicitarle al Ejecutivo, acelerar la posibilidad de arrancar Envidrio teniendo todos los mecanismos que pueda estar al alcance del Ejecutivo, que mandó al Inefop, que llevó a técnicos. El Inefop aportó US$ 1,6 millones para terminar la fábrica, que ya arrancó. A partir de ahí, el colectivo de Envidrio cerró con el Fondes la reestructuración del crédito, que empieza a pagarse en el 2020.

¿Envidrio mandó trabajadores al seguro de paro y, a su vez, se les solicitó que siguieran trabajando?

Hubo seguros de paro que un colectivo resolvió hacerlo activo, no pasivo. Y le voy a explicar qué es esto: en el año 99 se resolvió ocupar la planta en la que estábamos en seguro de paro también. Y a la fábrica la teníamos que pintar, mantener, ordenar… teníamos que estar activos ahí.

Sí, pero ¿les pagaban en negro?

No, no. Eso lo tiene que consultar con la directiva de Envidrio. Yo le hablo de lo que conozco. Eso tiene que consultar con los que dirigen Envidrio si es así. Realmente me parece que hace falta hacer una nota con la directiva, que este programa [Santo y Seña] no se la hizo.

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