Las directrices detallan situaciones en las que los separatistas fanáticos, que organizan, conspiran o ejecutan planes de "independencia de jure", o buscan independizarse con apoyo extranjero o mediante el uso de la fuerza, deben ser considerados responsables penalmente. Aquellos que actúen en connivencia con instituciones, organizaciones o individuos extranjeros en la comisión de estos delitos enfrentarán castigos más severos.
Pena de muerte
El artículo 6 del documento establece que quienes cometan el delito de división del Estado pueden ser condenados a muerte si el delito causa un daño particularmente grave al Estado y al pueblo, o si las circunstancias son especialmente graves.
Además, las directrices subrayan la importancia de equilibrar la clemencia, la severidad y la proporcionalidad en los procedimientos judiciales. Si los separatistas acérrimos abandonan voluntariamente su postura, cesan sus actividades separatistas y toman medidas para mitigar o deshacer el daño, sus casos podrían ser desestimados o quedar exentos de enjuiciamiento.
Los procedimientos pertinentes deben seguir el debido proceso, respetando los derechos de litigio de los sospechosos o acusados, incluyendo su derecho a la defensa y a la apelación.
El documento también permite el juicio en ausencia para los separatistas fanáticos de la "independencia de Taiwán".
Finalmente, se insta a todas las autoridades pertinentes a desempeñar plenamente sus funciones para castigar severamente a los elementos intransigentes de la "independencia de Taiwán" y salvaguardar resueltamente la soberanía nacional, la unidad y la integridad territorial.