Además de la crisis interna, Silva resaltó que existe un contexto internacional que, según su interpretación, podría estar facilitando el avance de figuras políticas ajenas a las ideologías tradicionales, conocidos como "outsiders". Silva planteó que el desgaste del MAS y de las izquierdas en Bolivia abrió la puerta a un creciente interés en las nuevas derechas, que están ganando terreno en la administración pública y en la simpatía de la ciudadanía.
El llamado a la CIDH y las acusaciones contra el Estado
Desde el entorno de Morales, se pidió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que supervise la investigación, ya que algunos sectores consideran que detrás del intento de magnicidio podrían estar involucrados agentes estatales. Este señalamiento aumenta aún más la desconfianza y la incertidumbre sobre la estabilidad política del país.
Para Bolivia, los eventos del 27 de octubre se traducen en una sacudida al orden político y social del país. La investigación que ordenó el actual presidente Luis Arce es vista como una prueba de fuego para el sistema de justicia boliviano y para el futuro del MAS. ¿Quién mandó a matar a Evo Morales? Todavía sin una respuesta clara, esta interrogante se escucha con fuerza en un país que enfrenta una de sus etapas más críticas.