“La gente está siendo secuestrada en las calles. Lo sabemos, lo vemos, está pasando en tiempo real. Así que tenemos que levantarnos”, afirmó ante miles de asistentes.
“No Kings”
Los organizadores del movimiento explicaron que el nombre “No Kings” (“No a los reyes”) alude a la percepción de que Trump actúa como un monarca, desconociendo principios democráticos.
“En Estados Unidos no tenemos reyes y no cederemos ante el caos, la corrupción y la crueldad”, señalaron en un comunicado difundido en redes sociales.
Frente a las críticas, Trump declaró a medios locales que estaba al tanto de las manifestaciones, pero negó “cualquier aspiración monárquica”. Sin embargo, su equipo de comunicación publicó luego un video generado por inteligencia artificial en la plataforma X, en el que se lo muestra vestido con atuendo real y una corona, saludando desde un balcón, lo que reavivó la polémica.
Defensa de la democracia
Las protestas fueron respaldadas por defensores de la Primera Enmienda, quienes las consideraron una expresión legítima de la libertad de expresión. En contrapartida, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, y otros legisladores republicanos condenaron las movilizaciones, calificándolas como “actos de odio hacia Estados Unidos”.
Para muchos de los participantes, el actual gobierno ha abierto las puertas a formas de autoritarismo que evocan las dictaduras de las que huyeron en sus países de origen. La jornada de protesta, más allá de su masividad, se consolidó como una advertencia ciudadana sobre el rumbo político de la nación y una defensa colectiva de los valores democráticos estadounidenses.