El pacto de Acassuso, en el que Mauricio Macri le tendió una trampa política a Javier Milei como condición para darle su apoyo de cara al ballotage, sigue aumentando las tensiones entre ambos espacios. En aquella reunión en la casa del ex presidente, se le reclamó al libertario que bajara todas sus propuestas polémicas, pero el "León", jaqueado por su socio forzado, resiste cada vez con menos potencia para no soltar su "Plan Motosierra". "
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"No se negocia ningún punto de mi política económica. No se negocian ni la dolarización ni el cierre del Banco Central", expresó Milei ayer, mientras ingresaba al Congreso para ejercer en su banca de diputado nacional.
Asimismo, agregó que "con Macri tenemos diferencias, por eso hemos ido en estructuras distintas; ellos me brindaron apoyo incondicional, pero obviamente no estamos del todo de acuerdo, como en la eliminación del Banco Central”.
Del otro lado de la cuerda, fuentes del PRO aseguraron a Página I12 que o Milei "hace lo que pedimos o no hay acuerdo". No es que Macri sea un fanático de políticas que protegen a los ciudadanos del ajuste, pero observa que los extremos a los que lleva Milei el debate lo ponen en serio riesgo de perder votos propios de cara al ballotage. Además, por estas horas en el PRO despliegan un nivel de comunicación agresivo que intenta mostrar el dominio del macrismo por sobre la voluntad de un Milei golpeado por el resultado de la primera vuelta electoral.
En la otra esquina, en La Libertad Avanza (LLA) entienden lo contrario, que es necesario seguir despegados discursivamente del macrismo. Que es precisamente esa oposición no sólo anti casta y ante peronista, sino anti Macri, lo que los llevó a ser elegidos como la mejor opción opositora.
Así, el acuerdo con Macri es la prenda de cambio que generó un colapso interna en los equipos de Milei.