Durante los últimos diez años, Argentina atravesó por diferentes gobiernos que solo empeoraron la situación económica que dejó cada gestión anterior. La estanflación, que es el estancamiento económico sumado a una alta inflación, es lo que caracterizó a los últimos mandatos. Entre 2013 y 2023, la inflación acumulada fue del 6012 por ciento, mientras que, en los años 2012, 2014, 2016, 2018, 2019 y 2020 se registraron caídas del PBI. En tanto, la deuda pública pasó de representar el 43,5 por ciento del PBI en 2013 al 88,4 por ciento en 2023. Javier Milei asumió en un contexto de 142 por ciento de inflación interanual, con un alto nivel de stock de deuda pública, reservas netas del Banco Central en negativo y un importante déficit fiscal.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Como indicó en su discurso de asunción, buscará estabilizar la economía con políticas de austeridad que tienen como objetivo el equilibrio fiscal en base a un ajuste ortodoxo que pone en marcha su ministro de Economía Luis Caputo.
Caputo participó en el gobierno de Cambiemos entre 2015 y 2018, primero como secretario de Finanzas y luego como presidente del BCRA, etapa en la que el propio Milei lo acusaba de haber dilapidado 15 mil millones de dólares de reservas del Banco Central y ser responsable del problema de las Leliqs.
Tanto Caputo como Prat Gay fueron los ideólogos detrás de la devaluación y quita del cepo cambiario en 2015 que, combinado con la eliminación de las retenciones al campo y el aumento de las tarifas de los servicios públicos, generó un aumento de la inflación junto con la caída de la actividad en el mercado interno que condicionó la economía durante toda la gestión de macrista.
Otra característica de aquel período fue el endeudamiento externo del que Caputo fue protagonista, en primer término, negociando con los fondos buitres para la entrada de capitales al país, y después con la colocación del bono de deuda a 100 años y luego con el préstamo de 45 mil millones de dólares del FMI. En 2018, Caputo renunciaría a la presidencia del Banco Central, tras tres meses de estar a cargo de la entidad, debido a cuestionamientos por parte del propio Fondo Monetario por el mal uso de los desembolsos y la pérdida de reservas.