"Fue medio sorpresivo", dijo su padre. "Para no generar falsas expectativas le habíamos dicho que se iba a ir en cualquier momento pero no precisamente cuándo. Y ahora le dijimos 'dale, cambiate, te vas'. Ayer me llamó el director y me dijo que ya estaba".
Para la rehabilitación, explicó el padre, "no hay tiempos, por lo que nos dijeron la primera etapa va a ser con internación, con salidas los fines de semana; cuando ellos evalúen que esté en condiciones, sería salidas diarias".
"En un momento vio el video, los amigos se los mostraron a pedido de él, fue muy fuerte. No lo recuerda porque ni se dio cuenta del golpe. Por lo pronto él camina, tranquilo, se mueve, tiene motricidad fina, habla, tiene memoria. Está muy tranquilo", describió.
En cuanto al futuro, Grillo planteó que "en un par de meses tiene que volver a que le coloquen la prótesis, es una nueva operación; mucho menor comparada a las primeras, pero es una intervención".
"Te estamos esperando"
La salida de Pablo del hospital, previsiblemente, estuvo rodeada de mucha expectativa y emoción. Sus amigos, que siguieron de cerca, al igual que su familia, la evolución de su estado, le cantaban en la puerta del centro de salud, mientras él salía en una silla de ruedas, con una gran sonrisa en el rostro: "Che, Pablito, te estamos esperando, que vuelvas para el barrio, para seguir luchando".
En declaraciones a los medios porteños, Juan Pablo Rossini, subdirector del Hospital, dijo: "Nos emocionó mucho la salida de Pablo en este estado, después de verlo tan crítico y grave [...] Esto es una expresión más de la salud pública y los valores del hospital público del país".
El fatídico 12 de marzo
Andrés, uno de los amigos cercanos de Pablo, dijo: "Es muy fuerte. Fue tan impensado lo que pasó aquel 12 de marzo como que ahora esté recuperándose. El dolor fue de todos. Pablo es vecino mío, vive a dos casas de mi casa, somos amigos de toda la vida. Es familia para mí".
Cuando Pablo fue trasladado de urgencia al hospital luego del disparo que efectuó un efectivo policial (que ya está identificado), lo recibió el enfermero Marcelo. Y ahora, tras el alta, lo recordó así: "Cuando llegó lo vimos mal, al borde. Pero se luchó e hicimos todo lo que pudimos. Estoy triste porque se fue un amigo. Iba todos los días a verlo, mi familia lo conoce, hablábamos con los padres. Jugaba Independiente y Pablo me decía: 'Cuervo, ganó Independiente'. Es decir, estaba lúcido. Me puso contento cuando empezó a caminar".
"A la altura del amor de la gente"
Durante una entrevista realizada por el canal C5N, el padre de Pablo destacó: "Hay situaciones que están a la altura del amor de la gente. Tenemos el cariño constante de la gente que pasa por acá y nos brinda su abrazo y su saludo, cosa que en otras instancias no ocurre. Evidentemente esta gente no expresa lo que siente nuestro pueblo, al menos gran parte de él, evidentemente un sector sí".
"La institución hospital está a la altura de ese amor y es algo que debemos defender a muerte, justo con lo que está ocurriendo en el Garrahan. El hospital público salva vidas. Un testimonio de eso es mi hijo. En contraste, lo otro: el odio, la motosierra. El símbolo que eligieron ellos. La destrucción".