El próximo 27 de julio se realizará en Colombia el Encuentro Internacional de Economías Solidarias. Un foro para dialogar sobre la posibilidad de una agenda común entre los países latinoamericanos que articule la protección del planeta y la lucha contra la pobreza y la desigualdad. A propósito Caras y Caretas conversó con Mauricio Rodríguez Amaya, director de la Unidad Especial de Organizaciones Solidarias del Ministerio de Trabajo, entidad designada por el gobierno de Gustavo Petro para impulsar un nuevo modelo económico basado en el cooperativismo y la solidaridad.
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Colombia busca romper el esquema de acumulación que se ha caracterizado como punta de lanza del modelo neoliberal en Latinoamérica.
¿Qué trabajo realiza el gobierno de Gustavo Petro para potenciar el protagonismo de la periferia en Colombia a pesar de ser un país tan centralizado?
Primero que todo queremos darle un saludo muy especial desde Colombia a toda la audiencia de Caras y Caretas en Uruguay. Y esta pregunta que usted hace es muy importante porque este gobierno, el gobierno del cambio, en cabeza de nuestro presidente Gustavo Petro, pone la apuesta principal en la región, en los territorios de Colombia. Como usted lo dice, durante años el desarrollo ha estado centrado en tres ciudades. Ha llegado el momento de que el diseño del país se haga de las regiones en función de un diálogo diferente en términos de los recursos, en términos de la participación política, en términos de la democracia. La apuesta del plan de desarrollo del presidente Petro es darle los recursos y la voz a las regiones. Por primera vez, después de más de 30 años, el plan de desarrollo del presidente Petro pone el 73% de los recursos en las regiones, en los territorios de Colombia y no en el centro. Esa es la gran apuesta de este gobierno.
¿Cuáles son los sectores productivos más importantes del sector cooperativo para impulsar el desarrollo económico de Colombia?
Pues Colombia está pasando por un proceso de transición muy importante, una disputa con el extractivismo. Durante muchos años hemos centrado nuestra economía en la minería, en la extracción de petróleo, de gas, de oro y otros minerales que tienen un valor importante para el mercado internacional. La apuesta del Gobierno del Cambio es devolverle a la tierra la capacidad productiva en términos de alimentos. Es la planeación del desarrollo para la protección de las fuentes de agua, de los páramos, de las montañas. Es un plan de desarrollo enfocado en la protección de la naturaleza para responder eficientemente a los retos del cambio climático. ¿Y ello qué implica? Que Colombia tiene que hacer un viraje productivo. Volver, por ejemplo, a la producción alimenticia para hacer una despensa del país y de América Latina, sin duda. Volver, por ejemplo, a experiencias para el fortalecimiento del turismo comunitario, del turismo social, del turismo solidario. Es una oportunidad para que el país vuelva a fortalecer su industria, porque es la industria la que nos genera empleo decente, condiciones de saber, transformaciones del modelo educativo. Es volver a Colombia un país como lo han logrado hacer otros países del continente, una potencia de la vida en clave de transformarse hacia la industria, en mejorar la protección de la naturaleza y de devolverle la voz a la gente de sus emprendimientos colectivos en los territorios.
Y en este sentido, Mauricio, ¿cómo se han vinculado los firmantes de La Paz al aparato productivo en Colombia?
Esa pregunta es sumamente importante. Toda América Latina conoce nuestra historia triste de violencia, de guerra durante más de 50 años. Y a partir del acuerdo de paz que se suscribió con la otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, PARC y el gobierno del presidente Santos, se abre una ventana de oportunidad para transitar hacia La Paz. Así que el plan de desarrollo del presidente Petro ha planteado como meta la paz total, es decir, el desmonte de todas las organizaciones armadas pequeñas y grandes que aún existen en Colombia. Y para eso se necesita fortalecer los derechos sociales, garantizar el empleo decente, garantizar la seguridad en los territorios, ofrecer oportunidades a los jóvenes para el trabajo, para la educación, para el acceso a la ciencia, a la recreación. Sacar a millones de colombianos y colombianas de la miseria, porque ahí es donde está el gran reto. La guerra no se inventa de la noche a la mañana. La guerra es una consecuencia del abandono, de la desigualdad, de las inequidades. Así que si enfrentamos eso y lo hacemos con nuestras organizaciones de la economía solidaria, como lo ha dicho la OIT y como lo han dicho las Naciones Unidas, si logramos que la economía solidaria se convierta en un motor de desarrollo en cada uno de los territorios del país, estaremos poniéndonos en el reto de lograr condiciones para acabar con la guerra y construir la paz.
¿Cuál es el llamado del sector solidario en Colombia hacia la comunidad internacional?
Las Naciones Unidas nos acaban de poner en un lugar sumamente importante para los próximos años. Ha dicho la resolución de las Naciones Unidas de 2023 que las economías sociales y solidarias están en el centro de las transformaciones territoriales, están en el centro de las luchas contra la desigualdad, en la lucha contra las inequidades. Así que las economías solidarias empiezan a jugar un rol sumamente importante en esta época. Nosotros le queremos proponer al continente una agenda americana para la sociedad solidaria, para la paz. Y los estamos invitando a ustedes, por supuesto, a que nos acompañen el próximo 27 de julio, aquí en Colombia, en el Encuentro Internacional de Economías Solidarias, para que dialoguemos sobre la posibilidad de una agenda común entre nuestros países que articule la protección del planeta y la lucha contra la pobreza y la desigualdad de la mano de nuestras organizaciones solidarias en toda nuestra región. Si la asociatividad solidaria se consolida en América Latina, estaríamos dando pasos importantes en la materialización de las pretensiones de protección del planeta y de justicia social que buscan las Naciones Unidas y que también ha manifestado la Organización Internacional del Trabajo. Así que los esperamos en Colombia el próximo 27 de julio.