El conquistador y mercader sevillano Rodrigo de Bastidas, quien ha sido una figura elogiada por la elite de la ciudad y por gran parte de los historiadores locales, que han impulsado la idea de un conquistador indulgente y conciliador, ideal para construir alrededor de él una simpatía colonial que legitima el orden blanco-mestizo de la ciudad.
Todo esto con el propósito de mostrarlo como un ser excepcional, desdibujando su rol de conquistador, el cual no fue sustancialmente distinto a otros conquistadores en sus prácticas: rescates (saqueos), esclavización de población nativa y negra, secuestros de nativos y pacificación poblaciones por la vía de la represión militar y la cristianización forzada.
También hay que mencionar, que a Santa Marta se le suele ver como una ciudad realista, dado que, en 1810 manifestó su fidelidad al rey mientras en Cartagena mulatos y negros luchaban por la independencia total de la corona española.
No es un hecho menor que, mientras corrían los vientos revolucionarios en Cartagena, Santa Marta fue el refugio de realistas y criollos opositores a los proyectos republicanos.
Aunque no es procedente reducir la complejidad y los matices de la historia de Santa Marta a estos hechos históricos brevemente descritos, si nos ayudan a entender las tensiones actuales por la perspectiva en que la institucionalidad propone abordar el quinto centenario, dejando al descubierto, las diferencias ideológicas entre el gobierno nacional y la administración local. Como es sabido, hoy en Colombia tenemos el primer gobierno de izquierda de nuestra historia, mientras el alcalde de Santa Marta pertenece a los linajes políticos que han gobernado la ciudad, con excepción de los tres periodos anteriores del partido progresista Fuerza Ciudadana, que pasó con más pena que gloria. El debate se centró en si el quinto centenario debía ser una conmemoración que nos permitiera aproximarnos a la historia desde una perspectiva compleja y polifónica, que abriera camino a pensarnos cómo llegamos a ser lo que somos con las luces y las sombras que ello implica. O si se opta, como todos los años por una celebración sin cuestionamientos, como la defendida por el alcalde Carlos Pinedo quien acusó al Ministro de ser un foráneo irrespetuoso del legado histórico (colonial) de la ciudad.
Lo importante de toda esta controversia ha sido que los sectores históricamente marginados de la historia hegemónica que pretenden indultar al colonizador, enaltecer la Hispanidad, celebrar el mestizaje y continuar con una narrativa acrítica de la ciudad, acorde siempre a los intereses de una clase dirigente que ha condenado a la ciudad a más de 200 años de soledad republicana, los otros, los que sobran, la negrura de Santa Marta ha entonado su pregón y con su presencia perturban lo que pretendían que fuera una celebración más de la Hispanidad en una esquina tropical y sumisa del Caribe colombiano.
* Profesor-Investigador del Programa de Antropología de la Universidad del Magdalena, Colombia. Organizador de la Primera Jornada Internacional de Pensamiento Afrocaribeño Descolonial, celebrada en la UNAM en marzo de 2016, y del Primer Encuentro Internacional sobre Pensamiento Crítico en el Caribe Insular, en septiembre de 2016, en el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC, UNAM).