La guerra en Ucrania pasó a un segundo plano para la prensa occidental que pone el foco en el conflicto bélico entre Israel–Hamás que está produciendo una masacre de la población civil palestina.
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“La situación es muy grave, vivimos con miedo. No poder comer, no poder dormir, no poder nada. No hay una gota de agua, ni luz, ni remedios, te juro, nada, cero, y los niños siempre lloran”, nos narra en un rudimentario español Ayman desde Nuseirat. Este fue uno de los últimos audios que recibimos.
Previamente intentamos sin éxito tener contacto con colegas palestinos que habían realizado unos reportes para medios uruguayos, pero al 16 de octubre 20 periodistas habían sido asesinados, 11 estaban gravemente heridos y 50 edificios de la prensa habían sido destruidos.
Rogamos porque nuestros colegas no formen parte de esa lista, pero las posibilidades son altas y, además, el bloqueo israelí está afectando gravemente las comunicaciones.
Finalmente logramos contacto con familiares de Nayman que viven en el Chuy; Nayman es palestino y reivindica su condición. Aspira a que el histórico conflicto llegue a su fin y los ciudadanos palestinos de la Franja de Gaza y de Cisjordania, junto con el pueblo israelí, puedan convivir en paz.
En el segundo y último audio recibido, Ayman, ofuscado, nos dice: “Siempre nos dicen de luchadores y militantes de la Resistencia. ¡Mátense entre ustedes!, ¿qué culpa tienen los civiles?, ¡en serio!”.
Fue de los últimos audios que tanto nosotros como sus familiares recibimos de Ayman.
Los audios de estos civiles son idénticos a la información que se viene recibiendo, logrando abrir brechas en la información.
Inès Abdel Razek, directora del Instituto Palestino para la Diplomacia Pública con sede en la ciudad de Ramallah, y que es uno de los contactos de los cuales no tuvimos retorno, habló en INFO 24 un día antes.
Describió que “la situación en Gaza es horrorosa, casi la totalidad de la población está sin electricidad, sin internet, sin conexión; es muy difícil también hablar con ellos (sus amigos), la situación nunca ha sido peor. La Franja de Gaza es un territorio que ya estaba bajo bloqueo total de 16 años; la situación es horrorosa a tal punto que la gente tiene que beber agua del mar. No hay bastantes bolsas para los muertos, están enterrados todos en fosas comunes y los hospitales ya no pueden funcionar y recoger a los heridos. Se prepara una invasión terrestre por Israel, que ha llamado a un millón de personas a desplazarse desde el norte hacia el sur de la Franja; esto claramente es un plan de limpieza étnica, y ahora los expertos legales también dicen que hay un plan de genocidio, y yo no uso esa palabra muy ligeramente, pero es lo que está pasando. Israel ha pedido a la ONU desplazar a 1.100.000 personas del norte al sur de Gaza”, a fin de despejar de población esa parte del territorio para poder atacar a Hamás, pero “la ONU dijo que esto es imposible, que esto es una catástrofe humanitaria”, precisó.
La activista consideró que con esa solicitud israelí “no se trata de responder a Hamás o al ataque del 7 de octubre, se trata de un plan de largo plazo de desplazar y de forzar la expulsión de los palestinos; en 1948 mi familia y 700.000 palestinos fueron echados de Palestina y ahora se repite la historia”, aseguró.
Balance del horror
La estrategia de terror ante la mirada pasiva de las potencias occidentales es lo que está costando digerir. Como fundamenta Ayman, el combate entre Hamás y otros grupos políticos militares palestinos contra las fuerzas militares de Israel, siendo tan repudiable como la guerra en Ucrania o cualquier conflicto bélico en pleno siglo 21, sería más comprensible que esta carnicería sobre la población civil.
Y dentro de la población civil palestina, los niños, que parecen haberse convertido en el objetivo militar a causa de los estragos que causan los bombardeos sin previo aviso.
Al 18 de octubre, fecha de entrega de este artículo, las cifras de muertos en los ataques a Gaza y Cisjordania ascienden a 3.541, más del 65 % de los cuales son mujeres y niños, y el número de heridos ha aumentado a 13.800. Se han eliminado 433 familias y muchas de ellas aún se encuentran bajo los escombros.
El 17 de octubre aviones israelíes lanzaron un ataque contra el Hospital Bautista mientras se encontraban presentes miles de ciudadanos desplazados que se refugiaron allí después de que sus casas fueron destruidas y buscaban un lugar seguro.
El número de muertos por la masacre del Hospital Bautista llegó a 471 mártires y 314 heridos, incluidos 28 en estado crítico. El 70 % de las víctimas de agresiones son niños, mujeres y ancianos.
Luego del ataque, otra guerra, pero en el área de la información y la contrainformación, se libra en cuanto a la responsabilidad del ataque, que niega Israel con los informes de la CIA de Estados Unidos, que ya se pronunció liberando de responsabilidad al ejército de Israel, y se habla de un misil que por error cayó en el hospital y que disparó el grupo Yihad Islámica Palestina, pero este ya desmintió en un comunicado que envió a la agencia Reuters.
El número de muertos entre el personal de salud desde el inicio de la agresión llegó a 37, entre médicos, enfermeras y paramédicos. 33 centros de salud dejaron de funcionar, mientras que la ocupación dejó fuera de servicio a 23 ambulancias con bombardeos directos.
153 escuelas sufrieron diversos daños, incluidas 18 escuelas que estaban fuera de servicio.
Fueron destruidos completamente 4.500 edificios residenciales, incluidas 12.000 unidades de vivienda.
Alrededor de 113.300.000 unidades de viviendas sufrieron daños parciales, incluidas 8.190 unidades de viviendas que ya son inhabitables.
UNRWA, la agencia de la ONU que trabaja con refugiados palestinos, anunció la muerte de al menos seis ciudadanos en un ataque israelí a una escuela afiliada a ella en el campo de refugiados de Maghazi, en el centro de Gaza.
Más de 55 ciudadanos, la mayoría mujeres y niños, fueron asesinados y decenas resultaron heridos desde la madrugada del miércoles, en una serie de incursiones llevadas a cabo por aviones de ocupación que tuvieron como objetivo viviendas en varios lugares de la Franja de Gaza.
Después de bombardear al hospital ayer, Israel bombardeó una mezquita en Nuseirat (ciudad donde vive o vivía Ayman con su familia), matando e hiriendo a decenas de personas, principalmente mujeres y niños.
La resistencia a la acción internacional
El Gobierno de Palestina denuncia que Israel impide a los habitantes de Jerusalén realizar protestas pacíficas contra las masacres de Israel en la Franja de Gaza, rocían las casas de los ciudadanos con aguas residuales y disparan bombas de gas y sonido y balas de goma en el barrio de Wadi al-Joz en Jerusalén (en otras ciudades en Europa como Alemania y Francia, las protestas también han sido reprimidas).
Dos jóvenes fueron asesinados a tiros en la ciudad de Shuqba, Ramallah hoy.
Israel lleva a cabo campañas de detención. El 18 de octubre por la madrugada al menos 65 ciudadanos de Cisjordania, incluida Jerusalén, fueron detenidos. Desde el 7 de octubre de este año, las detenciones en Cisjordania, incluida Jerusalén, han alcanzado al menos 750 detenciones.
La ministra de Salud, Dra. Mai AlKeileh, en un llamamiento urgente a los países del mundo, a las Naciones Unidas y a las instituciones internacionales y humanitarias pidió: “Salvar a nuestro pueblo de este genocidio deliberado. Bombardearon hospitales y mataron pacientes en la masacre más sangrienta contra nuestro pueblo. La ocupación bombardeó el Hospital Nacional Bautista Árabe y cometió una masacre contra nuestro pueblo, matando hasta ahora a cientos de mártires, la mayoría de los cuales son pacientes, niños y mujeres. Los efectos de la masacre son indescriptibles. La ocupación violó todas las normas, estatutos y leyes humanitarias y mató a personas enfermas y a ciudadanos que estaban a salvo de sus bombardeos en toda la Franja de Gaza”.
Biden, el presidente de Estados Unidos pidió al gobierno israelí que permita la entrada de ayuda a los civiles palestinos en Gaza, señalando el gran sufrimiento del pueblo palestino a consecuencia de lo que está sucediendo.
El Consejo de Seguridad de la ONU rechazó un proyecto de resolución presentado por Brasil pidiendo un alto el fuego humanitario inmediato, con el voto en contra de Estados Unidos, uno de los cinco miembros permanentes, que fue suficiente para derrocar la resolución.
Una hora después de la masacre en el Hospital Bautista, el llamado ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben-Gvir, dijo que lo único que debería entrar en Gaza hasta que los rehenes sean liberados son “cientos de toneladas de explosivos” de la Fuerza Aérea de Israel, “ni un gramo de ayuda humanitaria”.