Nerviosa, la testigo contó que conoció a Trump en un torneo de golf y trabajaba en relaciones públicas de la empresa de cine porno Wicked Entertainment. "Sabía que era mayor, probablemente mayor que mi padre", dijo Daniels a escasos metros del magnate. La Fiscalía mostró una foto de los dos en el golf, Trump con camisa amarilla y sombrero y ella con un top negro abrazándose.
"El señor Trump dijo que quería cenar conmigo", refirió la testigo, que relató cómo llegó a la suite del hotel, "tres veces más grande que mi departamento", donde en una de las habitaciones la esperaba el magnate con flores y en pijama de seda. Daniels contó que fue al baño y que cuando volvió a la habitación Trump estaba en la cama en calzoncillos y una camiseta. "Me sorprendió", dijo la exactriz porno y agregó: "No esperaba que hubiera nadie allí, especialmente sin mucha ropa".
Acuerdo de confidencialidad y el pago de 130 mil dólares
"No estuve amenazada ni verbal ni físicamente" aunque había un "desequilibrio de poder", planteó Daniels. "Sentí vergüenza por no pararlo, por no decir que no", confesó Daniels, quien aseguró que le contó esa experiencia a "muy poca gente". Trump siempre negó que tuviera relaciones sexuales con Daniels. "¿Es correcto que odia al presidente Trump?", preguntó la abogada Susan Necheles a Daniels, a lo que ésta respondió: "Sí".
Luego de escuchar las declaraciones de Daniels, la defensa de Trump buscó forzar la nulidad del juicio por el carácter explícito de los comentarios de la exactriz porno. El juez Juan M. Merchan coincidió con el equipo legal de Trump en que los fiscales no deberían haber hecho algunas de las preguntas que hicieron a Daniels, pero no consideró que eso mereciera invalidar el juicio.
En el transcurso de las varias semanas del juicio, el primero de este tipo a un exmandatario, el exabogado de Daniels, Keith Davidson, dijo que Trump negoció un pago de 130 mil dólares en 2016 para comprar el silencio de Daniels mediante un acuerdo de confidencialidad que ocultara la aventura con el magnate 10 años atrás.
El intermediario en esa negociación fue Michael Cohen, antiguo abogado y mano derecha de Trump, quien se espera que sea uno de los testigos estrella de la Fiscalía. La defensa de Trump dejó entrever al jurado que ese pago podría considerarse una extorsión por parte de la actriz y su abogado. Sin embargo Daniels dijo que el dinero no era la razón por la que aceptó el trato y que quería que se llegara a un acuerdo rápidamente porque estaba preocupada por una amenaza que recibió.
Fuente: Con información de Página 12