Las autoridades del estado de Paraná confirmaron que el 90% de la ciudad sufrió daños materiales, en lo que ya se considera uno de los eventos climáticos más severos de los últimos años en la región.
"Un escenario de guerra"
Según el último reporte oficial, 432 personas fueron atendidas por los servicios de emergencia, nueve permanecen graves y dos continúan desaparecidas.
Los bomberos y equipos de Defensa Civil trabajan entre los escombros en busca de posibles víctimas, mientras los hospitales de municipios cercanos siguen recibiendo heridos.
“Es un escenario de guerra”, describió el coronel Fernando Schunig, director de Defensa Civil de Paraná. “La posibilidad de que haya más víctimas es grande, porque el tornado golpeó directamente el perímetro urbano”, advirtió.
Estado de calamidad y asistencia urgente
El gobierno estadual de Paraná decretó el estado de calamidad pública, lo que permitirá liberar fondos para asistencia inmediata y reconstrucción.
También se habilitó un refugio para damnificados en Laranjeiras do Sul, a unos 20 kilómetros de la zona afectada.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva expresó sus condolencias a las familias y anunció el envío de un equipo de ministros y especialistas en desastres naturales para coordinar la ayuda humanitaria.
“Ofrezco mi solidaridad a todos los afectados”, escribió el mandatario en la red social X.
Riesgo por nuevas tormentas
El Instituto Nacional de Meteorología (Inmet) mantiene una alerta de peligro por tempestades en todo el estado de Paraná y en los vecinos Santa Catarina y Rio Grande do Sul, fronterizos con Argentina y Uruguay.
Las tormentas actuales están asociadas a un ciclón extratropical, que también llevó a las ciudades de Río de Janeiro y São Paulo a elevar sus niveles de alerta ante posibles lluvias intensas y ráfagas de viento.
Las autoridades recomendaron evitar desplazamientos innecesarios y mantenerse informados sobre los pronósticos oficiales.