Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Mundo Venezuela | niña | Acto humanitario

Victoria humanitaria

Víctima de las deportaciones: retornó a Venezuela la niña de dos años separada de sus padres

Maikelys, la niña de dos años separada de sus padres, durante el proceso de deportaciones en EEUU, regresó a Venezuela.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

La niña venezolana Maikelys Antonella Espinosa Bernal, de dos años, regresó este miércoles a Venezuela luego de haber sido separada de sus padres durante el proceso de deportaciones en Estados Unidos. Su llegada al país fue recibida como un gesto de justicia humanitaria, tras semanas de incertidumbre sobre su paradero y el reclamo persistente de su familia.

Maikelys, que había permanecido bajo custodia de la Oficina de Reubicación de Refugiados y al cuidado de una familia sustituta en EEUU, fue recibida en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar por la primera dama de Venezuela, Cilia Flores, quien la acompañó hasta el Palacio de Miraflores. Allí se produjo el reencuentro con su madre, Yorely Bernal, de 20 años, recientemente deportada, y su abuela materna. Las imágenes del abrazo entre madre e hija emocionaron a muchos y fueron destacadas por medios y autoridades como una escena de alivio y reparación.

La separación de Maikelys de sus padres, quienes fueron deportados tras ser acusados por las autoridades estadounidenses de tener vínculos con actividades delictivas, había generado preocupación dentro y fuera del país. Aunque el Gobierno de EEUU argumentó que la medida respondía a razones de seguridad, diversos sectores señalaron la importancia de preservar el derecho de la niña a estar con su familia, un principio consagrado en convenios internacionales sobre derechos de la infancia.

En ese sentido, el retorno de Maikelys a Venezuela fue considerado por voceros oficiales y organizaciones sociales como un triunfo del interés superior del niño. El Gobierno venezolano había solicitado formalmente su repatriación, amparándose en la patria potestad de la madre y en una medida preventiva del Tribunal Supremo de Justicia que exigía la reunificación familiar de manera “segura y sana”.

Acto humanitario

A pesar de las tensiones diplomáticas que han marcado la relación bilateral, el retorno de la niña fue calificado por el presidente Nicolás Maduro como “un acto profundamente humano”. Maduro destacó que, más allá de las diferencias políticas, es posible avanzar en temas sensibles si se priorizan los derechos fundamentales.

Junto con Maikelys, arribó también un contingente de más de 220 ciudadanos venezolanos que fueron deportados en el mismo vuelo desde Estados Unidos. Esta dinámica de retornos ha reactivado un canal de coordinación entre ambos gobiernos que permanecía inactivo desde hace años.

La familia de la niña, especialmente su abuela paterna María Escalona Fernández, expresó alivio y gratitud por el reencuentro. “Gracias a Dios, la nena está en su tierra”, declaró mientras viajaba desde Barinas a Caracas para abrazar a su nieta.

El caso de Maikelys pone en el centro del debate los desafíos humanitarios que enfrentan las familias migrantes cuando se ven envueltas en procesos judiciales complejos y decisiones que, en ocasiones, entran en tensión con los derechos de los menores.

El Gobierno venezolano anunció que continuará gestionando el retorno de ciudadanos detenidos en el exterior, incluido el padre de Maikelys, quien permanece recluido en el Centro del Confinamiento del Terrorismo (CECOT), en El Salvador.

Dejá tu comentario