Y para confirmar que las casualidades no existen, sino más bien las estrategias planificadas, las declaraciones fueron en el programa de Nacho Álvarez, comunicador favorito del anterior gobierno. Allí, la senadora nacionalista disparó sin piedad munición gruesa contra su compañera de partido, acusándola de buscar “su interés personal” y de trancarle la puerta del despacho del Senado.
Que Bianchi, círculo rojo del expresidente salga a decir todo lo que dijo sin pelos en la lengua, dejó en evidencia lo que el gobierno lacallista guardaba bajo siete llaves, y ahora, de golpe, salió a ventilar.
Si algo faltaba para destapar la cañería era que el gobierno de Yamandú Orsi designara a Beatriz Argimón como embajadora ante la Unesco. Eso fue demasiado para la tolerancia del luisisimo que lanzó su alfil político más punzante a despotricar contra la exvicepresidenta.
Bianchi se autoproclamó la mayor “olfateadora” blanca y aseguró que ya había advertido que esta jugada se venía preparando desde hace dos años.
“Pregúntenles a mis compañeros. Yo tengo una cosa que se llama olfato. (Y lo que pasó ahora) fue la confirmación de que la verdad es hija del tiempo”, aseguró.
Pero no se quedó allí y dejó en evidencia que el presidente ya estaba informado de esta situación pero en el partido se preocuparon por ocultarlo.
“Algunas cosas fueron evidentes y se supieron, aunque tratamos de que no se supieran, para salvar la integridad del Partido y defender a Luis, dijo Bianchi, y ofreció algunos ejemplos concretos de situaciones en las que, según ella, la exvicepresidenta actuó de común acuerdo con el Frente Amplio.
¿Qué hará Beatríz Argimón?
Por ahora, la exvicepresidenta se quedó sola porque nadie salió a defenderla. Incluso algunas voces sarcásticas del nacionalismo que antes la apaludían en los actos, hoy la llaman “la desempleada”.
Beatriz Argimón tampoco ha salido a decir una palabra hasta el momento, seguramente para no entrar en una dura polémica de “fuego amigo” (o enemigo, según se mire) en un momento en que su nombre aparece en todos los titulares. Pero será difícil que mantenga el silencio por aquello tan remanido de que “el que calla otorga”.