La pasada semana la arena política se encendió tras la destemplada intervención del presidente de la República, Luis Lacalle Pou, que le dio otra vuelta de tuerca a la tensión entre blancos y el Frente Amplio.
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En un evento en Canelones, el presidente no "se guardó nada" y envalentonado arremetió contra Yamandú Orsi, intendente de Canelones y precandidato del Frente Amplio, y frente a cámaras disparó: "Vamos a tener que empezar a hablar mejor; si querés tener una buena relación tratá de cuidar los modales". Orsi no demoró su respuesta: "Totalmente fuera de tono, no corresponde a la investidura".
Seguramente se recordará que tras la divulgación de la tan polémica entrevista al narcotraficante Sebastián Marset que realizó el programa Santo y Seña (Canal 4), Orsi planteó su análisis: "Me sorprende que el relato de Marset coincida casi cien por ciento con el relato del gobierno nacional. Son más las preguntas que tengo para hacer que las afirmaciones; ojo con trivializar estos temas o minimizar lo que estamos hablando, es demasiado serio como para que lo tengamos como un tema mediático, casi farandulero".
Ante este hecho singular, muchos dirigentes y referentes políticos del Frente manifestaron sus críticas y su malestar a través de sus cuentas en las redes sociales, destacando el tono y la actitud prepotente de Lacalle Pou, que no se corresponde con la investidura presidencial.
En las últimas horas, y en una línea completamente diferente, quien habló del hecho fue Pablo Iturralde, presidente del Partido Nacional. Ante la consulta de la prensa local, Iturralde señaló: "Ya he hablado en todos los tonos posibles" con Fernando Pereira, presidente del FA, sobre las críticas y declaraciones a los medios.
"Le hemos dicho lo que opinamos sobre este tema. Nos parece que hay que bajar la pelota y así se lo dijo el presidente al intendente de Canelones (...) No se puede salir a hablar de narco-gobierno o de narco-Estado. El tono hay que bajarlo, todos tenemos que bajarlo".
Para Iturralde, la dirigencia blanca quiere tener "una campaña tranquila, sin enfrentamientos".
El asunto es: ¿esta "bajada de tono" solo se aplica a la oposición? ¿Qué pasa con las intempestivas irrupciones públicas, sea en redes o incluso en el propio Parlamento, de la senadora Graciela Bianchi y el senador Sebastián da Silva? ¿Al gobierno se le escapan los problemas de las manos, no resuelven las crisis políticas e institucionales, y sale envalentonado a reclamar que se "baje el tono" a las críticas? Es la aplicación lineal y directa del dicho popular: "Haz lo que yo digo, no lo que yo hago".