Tres panoramas hacia las internas
A su juicio “hay tres panoramas distintos”, y precisó que esto se hace en base a las encuestas. “Para las internas hay siempre que tomar ciertas precauciones”, advirtió, ya que en este caso el voto no es obligatorio. No obstante, consideró que en el Partido Nacional “hay un favorito claro que es Álvaro Delgado. La otra candidata que lucía con más fuerza, Laura Raffo, no parece estarse acercando. También se habla de la posibilidad de (Juan) Sartori. Por eso el panorama puede no estar completamente cerrado, pero diría que todo luce como que hay un claro favorito que es Álvaro Delgado”.
Por su lado, en el Frente Amplio “si bien hay un candidato que es Yamandú Orsi, que va primero en las encuestas, y esto ha venido ocurriendo de forma sistemática, no en una, sino en varias, aparece que Carolina Cosse se ve más cerca en su intención de voto a la de Orsi y, por lo tanto, se puede esperar una elección interna más competitiva; más que la de los blancos”.
Se trata de la sensación que generan los números que se manejan, explicó. Y agregó que “no hay muchas otras formas de estimarlo. Competencia va a haber en los tres partidos. La del Frente Amplio luce más competitiva que la del Partido Nacional”.
“Y en el Partido Colorado aparece más incertidumbre”, sostuvo. Aunque en la candidatura de Robert Silva suele aparecer primera, lo hace con “una intención de voto menor”, indicó. Explicó que en este caso “no es una intención de voto cercana al 50 % o por encima, como la de Delgado, que está por arriba del 50, Orsi que está cerca de 50, sino que Silva aparece, por ejemplo, con el 30 %. No es un favoritismo tan contundente”.
El Partido Colorado es el que tiene más nombres, aunque “hay que ver si se oficializan finalmente todos, porque la inscripción todavía no ocurrió. También allí hay alguna incertidumbre sobre (Pedro) Bordaberry y sobre Carolina Ache. No es fácil imaginar si esa interna colorada va a ser competitiva, o simplemente tenemos un escenario de mucha diversidad de nombres en un partido chico y entonces no podemos ver bien el panorama”.
Debate público y vicepresidente
Buquet hizo referencia a la situación de los partidos que no tienen interna, como el Independiente y Cabildo Abierto, y su poca visibilidad a la hora del debate. Destacó que los beneficios y perjuicios de una elección de este tipo comenzaron a ser estudiados en Estados Unidos –“el país donde se empezaron a hacer las primarias presidenciales”–, ya que “algunos estudios sugerían que había elementos que podían perjudicar al partido”. En este sentido, destacó que “hay evidencia bastante contundente de que el partido con primarias tiene un beneficio que es la visibilidad de su marca. Está en el candelero de manera permanente”. Al revés, los partidos que no tienen primarias, o que van a unas primarias, como en el caso de Uruguay, con un candidato único, desaparecen de los focos de atención.
Cuando un partido tiene unas primarias conflictivas, agregó, “cuando los precandidatos empiezan a agredirse recíprocamente, se puede generar el efecto contrario, es decir, la ventaja de estar en el centro de la atención pública pasa a ser un perjuicio, ya que una vez que se votó en el partido quedan heridas sin curar y los partidos pueden perder electores, básicamente, del derrotado”. “Por ejemplo, los que perdieron, y eso le puede pasar a muchos votantes, dirán: a este yo no lo voto porque se dedicó a insultar a mi candidato”.
Dicha situación tiene antecedentes en Uruguay. “La más recordada, es la primera primaria que hubo en el Partido Nacional entre Luis Alberto Lacalle y Juan Andrés Ramírez. En 1999 Ramírez acusó a Lacalle de corrupto, subió mucho el tono, y en esa elección el Partido Nacional tuvo la peor votación de su historia, 20 % aproximadamente”.
“Tenemos un ejemplo muy reciente cruzando el charco. La primaria de Juntos por el Cambio entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta fue particularmente agresiva y conflictiva y el partido quedó tercero. El partido que parecía casi condenado a ganar, porque el gobierno era un desastre y porque Juntos por el Cambio era la oposición. Es difícil establecer exactamente las causas. Ahí apareció Milei, pero esa primaria conflictiva seguramente dañó a Juntos por el Cambio y quedó tercero”, recordó.
En ese sentido, precisó que “efectivamente existen riesgos, los políticos aprenden, los argentinos no habían tenido hasta ahora una experiencia de este tipo. En Uruguay, justamente como ocurrió en la primera ocasión, los colorados, a diferencia de los blancos, inventaron eso de poner al perdedor como vice. Jorge Batlle le ganó la interna a Luis Hierro López y para sanar alguna herida puso a Hierro como su vice”.
Recordó como un riesgo a correr por los partidos la situación generada en el Frente Amplio tras las elecciones internas de 2019. “Este asunto de la designación del vice parece algo relevante, o parece que no es algo menor”, sostuvo. “Ya sea porque Daniel Martínez no propuso a Carolina Cosse como vice o porque eligió a una persona que no era la más adecuada, efectivamente hay indicios de que esa decisión afectó el resultado. También pasó que el triunfo de Martínez en la interna no fue coronado con un acto de celebración porque no pudo, como hizo Lacalle Pou esa misma noche con Beatriz Argimón, lanzar la fórmula. Ahí sufrió una especie de golpe de imagen negativa”.
Sin embargo, el Frente Amplio también mostró soluciones positivas. Es el caso de la interna de 2009. “No fue una primaria de tono tan subido pero hubo cierta conflictividad y la presentación de la fórmula con el ganador (José Mujica) y el derrotado (Danilo Astori) como vice, de alguna manera ayudó al Frente Amplio a dar una imagen de unidad, de concordia interna, de consistencia”.
“En general la designación del vice, más allá de que sea el derrotado, o no, es importante en el sentido de que es una figura que puede complementar algunos atributos del candidato a presidente”, subrayó.
Sintetizando su visión del panorama preelectoral, Buquet precisó que “cuando hay elecciones nadie puede decir que hay certezas absolutas, pero hay escenarios más inciertos que otros. Creo que es altamente probable que Delgado sea el candidato blanco. Es posible que Orsi sea el candidato del Frente, pero no tan seguro. Y sabemos menos del candidato colorado. Ese es el nivel de certeza que tenemos”.
También, entre las posibles certezas, “diría que después en la elección nacional el Frente Amplio va a ser el partido más votado y que si hay segunda vuelta va a ser con el candidato blanco. Esas son cosas más seguras”.
Quedan entre las preguntas sin respuesta “cómo van a votar los colorados y si van a mejorar su votación de hace cinco años o van a volver caer”, o “cómo va a quedar Cabildo Abierto, si va también a repetir la votación o se va a reducir a la mitad. Esas son cosas mucho más difíciles de saber”, concluyó.