Mientras en Uruguay todos miran a Defensa y su forma de hacer negocios, el Astillero Cardama sigue sin encontrar el aval de 4 millones de dólares para la construcción, y ya ha tenido que enfrentar el envío de algunos de sus buques a remate.
Carcajada gallega
El exgerente de OTO Melara, compañía italiana fabricante de armamento y sistemas de artillería con sede en Brescia y La Spezia, en un artículo en la página web Infodefensa volvió a recordar los artículos en que advertía la extraña compra del Gobierno uruguayo y la elección de un astillero que es vox populi en todo Vigo que está casi en quiebra.
“El tema Cardama nos sigue generando mucha preocupación, que se ve profundizada ahora por esta información de que se trata de una empresa que no está en condiciones de obtener un aval o una garantía formal por USD 4 millones sino que tiene que llegar a lo que sería, a mi entender, el último recurso posible, que es poner el efectivo”, cuestionó el senador Mario Bergara.
Para seguir confirmando los malos augurios, los diarios especializados en temas marítimos anuncian los embargos de bienes de compañías de construcción, entre ellas Cardama.
Cómo un Gobierno eligió a ese astillero para la construcción de dos buques es algo que ni en los corrillos de las ferias de ventas de construcciones navales se preguntan. En febrero de este año la situación del astillero no había mejorado y esa es una de las razones de no conseguir el aval financiero. Cardama no figura como proveedor en el catálogo de la Industria de Defensa 2023–2024, publicado por el Ministerio de Defensa de España.
Integrantes de la Armada plantean su preocupación, pues han investigado y arribado a la conclusión de que el astillero Cardama “no ha construido jamás una OPV ni buques militares; lo más similar es un oceanográfico que era una unidad de control de pesca e investigación marina que fue devuelta por deficiencias técnicas y no cumplía los detalles acordados y su estabilidad era defectuosa”.
El modelo OPV es el C242 y al que alude la información anterior se agrega que fue construido en Astilleros CIES y terminado allí (en Cardama), pero aún está allí porque no lo aceptaron (de hecho, al día de hoy fue rematado), ya que no estaba construido tal como había sido propuesto, con fallos de estabilidad, entre otros.
Como surge de la propia información de la empresa Cardama Shipyard, su capital social como empresa pequeña es de 800.000 euros; la Armada Nacional pide de garantía 1.500.000 euros que no estarían en condiciones de afrontar; a primera vista, un negocio que, si no naufraga, andará por 18 meses en aguas turbulentas. Otro dato no menor es que Cardama hace por lo menos seis años que no construye un buque, aunque realice reparaciones, que no es lo mismo, y nunca un vehículo militar. Cardama ha puesto su cotización en euros porque supone que será menos fluctuante que el dólar, pero el tiempo pasa y claramente quienes se harán cargo de la diferencia serán los uruguayos.
La situación actual es que a muchos de los 60 trabajadores les deben más de 6 meses de salario y que la empresa de soldadores, indispensables para la construcción de las OPV, no está dispuesta a trabajar hasta que Cardama no pague sus deudas anteriores.
El astillero civil español se encuentra en una delicada situación financiera con “riesgo de quiebra empresarial alto”. Así se desprende de una auditoría realizada en el mes de agosto de este año por D&B (Dun & Bradstreet), una firma dedicada a evaluar el riesgo crediticio y la solidez de las empresas europeas, según indica la publicación Portal Marítimo. La situación de crisis es tal que, por ejemplo, Cardama no pudo mostrar los planos de construcción, porque sencillamente no se los quieren dar. El costo de un plano ronda el millón y medio de dólares, dinero que Cardama no pudo o quiso pagar. Pero, además, Cardama no figura en las ferias navales. En el IV Congreso Naval entre Latinoamérica y Europa, nadie menciona al astillero de Vigo, a pesar de reconocer la crisis por la que atraviesan los astilleros europeos ante los mejores precios y tiempos de construcción de los astilleros de Asia, India y Turquía.
El informe, que circula en forma reservada, contiene información clave sobre la empresa consultada, como por ejemplo datos de identificación del negocio y un resumen de toda la información crítica de riesgo. De ser cierto que el precio es el más bajo, se tomó sin ningún análisis comparativo con las propuestas económicas de construcción de OPV de otros astilleros, sean los presentados ahora u ofertas anteriores provenientes de Europa (DAMEN, FREIRE, KERSHIP, GONDAN, LÜRSSEN), América (COTECMAR) o Asia (HYUNDAI, CSTC). Ningún análisis de costos sobre pruebas necesarias en canal hidrodinámico, mano de obra, ingeniería de detalle, listado de equipos y marcas, sistemas de estabilización, seguros, pinturas, cableado, sistema de propulsión, generación, detección, aceros, materiales, pruebas de mar, etc., fue presentado o requerido para cotejar la escala de la oferta. Ninguna evaluación presentada a la ciudadanía o Comisión de Defensa que permita inferir que el costo es real. Pero dejando de lado lo financiero, Cardama nunca construyó una OPV en los más de 100 años de existencia (web de Cardama). Nunca construyó ningún otro buque de dimensiones similares, eslora mayor a 80 m y desplazamiento superior a 1.500 toneladas (web de Cardama y registros internacionales de buques de la OMI). Nunca construyó un buque de complejidad similar, mucho menos vinculado al área de la defensa (no pudo participar en la licitación de un patrullero para la propia Guardia Civil de España por falta de antecedentes en construcción de OPV; una plataforma aún más simple que la que necesita Uruguay). Nunca gestionó un proyecto de construcción de costos similares. Su fuerte son las reparaciones navales, mayormente en buques pesqueros (referencia del CA Jaunsolo, en base a la visita realizada en noviembre del 2016 a esa empresa). No construye un buque desde 2016, el último es un multipropósito de 50 metros para Senegal iniciado en ese año, prometido para fines del 2018 y que aún no fue entregado (artículo del “Faro de Vigo” del 18/04/2018, Cardama bota el buque multipropósito para Senegal). Su infraestructura no está preparada para afrontar una construcción en simultáneo de dos buques de las dimensiones de las OPV requeridas (ver imágenes públicas y fotos del propio varadero/astillero, así como su producción histórica). Sus ingresos anuales declarados desde 2021 son aproximadamente la décima parte del valor del proyecto para Uruguay. Las ganancias netas son 200 veces menores al valor del proyecto.
“Ese barco velero cargado de sueños…”
Es sin duda al próximo gobierno que le tocará conocer el final de este “culebrón marino” y sería deseable que la aventura de Javier García no genere un gasto exorbitante para un Gobierno que se había planteado la austeridad fiscal, pero acá abrió las manos. De lo contrario, y con el compromiso ante el Senado del ministro de Defensa, Armando Castaingdebat, de que la plata para el aval aparecerá “porque el tema no da para más”, hasta el año 2027 habrá que esperar a ver la funcionalidad de las dos lanchas patrulleras.