“Gasoducto al paraíso: la estructura offshore del grupo Techint en Uruguay” es un informe que viene a confirmar lo que desde el 2018 el periodista Víctor Carrato desde Caras y Caretas viene alertando.
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La presentación del informe de los investigadores Alejandro Gaggero y Gustavo García Zanotti presentado a mediados de setiembre en Argentina de la Fundación Friedrich Ebert se brinda en momentos en que en Argentina se desarrolla un acontecimiento importante. El gasoducto Néstor Kirchner tiene un lugar central en la agenda política de la vecina orilla. Su construcción (consensuada por casi la totalidad del arco político en el gobierno y oposición) se presenta como la solución a la escasez de divisas actual. Ya sea porque disminuiría el flujo de dólares requerido para la importación de energía o porque podría en un mediano plazo permitir también la exportación.
A pesar del consenso, la obra ha presentado grandes demoras y dificultades, entre otros dados por la presión que establecía uno de sus principales actores: el grupo Techint, en la necesidad del acceso a dólares. Las demoras y tensiones en su construcción tienen importante impacto político y económico.
El informe se ubica en los estudios e investigaciones sobre la financiarición a escala global, y el rol de las guaridas fiscales como mecanismos necesarios para la centralización de los excedentes generados por el capital más concentrado, y focaliza en la estructura societaria de y transacciones comerciales de las empresas offshore del grupo TECHINT en Uruguay.
Tras los pasos
Desde el año 2018 en sucesivos artículos en Caras y Caretas, el periodista Víctor Carrato ha venido estudiando y alertando sobre el funcionamiento del Grupo Techint en Uruguay y sus diversas empresas, hasta que se detectaron las empresas offshore creadas también en nuestro país en los famosos Panamá Papers.
La empresa Techint y su presencia en Argentina como Tenaris S.A, pertenece al multimillonario italo-argentino Paolo Rocca en 1948 en Argentina encargándose de importantes obras sobre todo en la industria siderúrgica y famosa por la producción de tuberías de acero sin costura, donde ademas de petroleo y otros productos energéticos, empezaron a circular millones de dólares “en negro”.
La empresa fue creciendo hasta tener su expansión como multinacional en los 90 de mano del neoliberalismo y para entonces la empresa Tenaris S.A. (Techint) ya tenia sedes centrales además de en Argentina, Suiza y Milán.
Varios de los mas importantes funcionarios de Techint integraron el elenco de gobierno de Mauricio Macri durante su gobierno.
Techint desarrolló varias empresas como Tenaris, Tecpetrol, Temium, Humanitas y Tenova.
Las inmensas masas de dinero que la empresa obtenía no eran sólo fruto de las importantes obras de construcción, sino (fundamentalmente) de las mas de 150 empresas offshore que había generado en varios países para evadir controles e impuestos, y Uruguay no fue la excepción.
La primera señal vino de la lejana Asia central cuando se conoció el pago de un soborno por parte de Techint en Uzbekistán.
Se destapa la olla
En junio del 2018 Víctor Carrato escribe un artículo basado en las denuncias de una ex empleada de Techint, Flavia Di Cino que envió un requerimiento al departamento de Justicia de Estados Unidos ya que la empresa Tenaris S.A. cotizaba en la bolsa de Nueva York y por lo tanto debía ser supervisada por las autoridades policiales financieras de aquel país.
Tenaris S.A. denunciaba Di Cino tenía una entidad en Luxemburgo encargada de la oferta pública de títulos valores en la bolsa de Nueva York, Milán, México y Buenos aires y otra en Panamá que fue descubierta en los Panamá Papers.
Techint empieza a figurar en los casos de corrupción mas escándalosos conocidos vinculada al pago de sobornos en el Lava Jato, Obredrech y Petrobras.
Uruguay no estuvo exento integrando parte de la “tubería” del tránsito de ese dinero.
En el caso investigado en el Lava Jato la empresa vinculada a Techint con sede en el exterior , San Faustin S.A estaba presente en Uruguay mediante dos empresas: Fundiciones del Pacifico S.A, y Sociedad de emprendimientos Siderúrgicos.
8,5 millones de dólares en negro circularon en el 2009 desde la empresa offshore uruguaya Hayley S.A a cargo de Enrico Repetto Mariño.
La jueza uruguaya Adriana de los Santos inició la investigación que luego mandó archivar el fiscal Carlos Negro, pero las rutas del dinero habían quedado establecidas.
En noviembre del 2018 el multimillonario dueño de Techint Paolo Rocca fue procesado, pero el negocio siguió adelante.
Techint Uruguay
En 1948 la empresa se instala en Uruguay y se encarga de varias obras a lo largo del tiempo que incluyeron las sub estaciones eléctricas d ella zona este, la red eléctrica Baigorría – Montevideo, Refinería d ella Teja,el aeropuerto de Laguna del Sauce, el Estadio de Maldonado, la Planta de UPM entre 150 proyectos a lo largo del tiempo.
El grupo empresarial empezó a tener conflictos en Venezuela durante el gobierno de Hugo Chávez y en Argentina con el gobierno de Néstor Kirchner por lo que en el 2009 durante el gobienro de Mujica se planteó trasladar su sede central para la región a Uruguay y se instaló en el edificio del World Trade Center.
El Informe
El informe “Gasoducto al paraíso: la estructura offshore del grupo Techint en Uruguay” se encuentra disponible en varios portales, pero entre sus elementos centrales destacamos la ingeniería financiera por lo que varios millones de dólares en negro circularon y probablemente circulen, que los colegas argentinos de “Un cohete a la luna” titularon, “Las guaridas de Techint”.
Aseguramos que aún circulen para que algún fiscal tome la investigación de oficio ya que recordamos que el grupo Techint a través de distintas empresas estará presente en todas las etapas de la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner (GNK): fabricación de la chapa, elaboración de los tubos y realización de la obra.
Una vez terminado, el GNK servirá para transportar el gas que el grupo extrae de Vaca Muerta a través de Tecpetrol.
Durante las últimas décadas el grupo no sólo llevó adelante una internacionalización productiva de sus principales áreas de negocios (siderurgia, construcción, energía), sino también una reestructuración corporativa que dejó a las empresas locales como eslabones de una red global, cuyo control último pasó a depender formalmente de firmas localizadas en guaridas fiscales.
Techint localizó a sus principales firmas controlantes en Luxemburgo, creando Tenaris para consolidar a las fabricantes de tubos sin costura, y Ternium para las de aceros planos.
Como parte de ese proceso fundó distintas firmas en Uruguay.
El trabajo pretende analizar la evolución de la estructura del grupo Techint y su internacionalización, así como los balances contables de 14 empresas pertenecientes al mismo radicadas en Uruguay.
Cada una de las firmas involucradas en el GNK está vinculada a una estructura offshore –comúnmente denominadas como “empresas cáscara”– ubicadas en Uruguay que no tienen actividad productiva alguna pero sí un intenso intercambio comercial y financiero formal con las empresas radicadas en la Argentina y en otros países.
Las empresas cáscara se dedican a realizar maniobras de manipulación y simulación con la finalidad de eludir y evadir normas tributarias, cambiarias, laborales, etc., de espacios territoriales, así como también, fugar capitales a plazas financieras para su posterior valorización financiera.
Las cáscaras participan formalmente en operaciones que no ocurren efectivamente y, por lo tanto, su rol se limita muchas veces a un mero asiento contable.
Los balances de las empresas cáscara situadas en Uruguay muestran un rol muy importante en los flujos de capital al interior del grupo
Gran parte de la producción de las firmas siderúrgicas del grupo con destino al comercio exterior es canalizada por medio de estas cáscaras uruguayas: las ventas de Ternium y Tenaris en Uruguay representan el 33% de la facturación de las ramas siderúrgicas del grupo Techint a nivel mundial.
Es llamativa la magnitud de los gastos de administración que declaran estas empresas, teniendo en cuenta que la mayoría prácticamente no tiene empleados.
Los balances de las cáscaras registran pagos por el uso de activos intangibles (marcas, identidad corporativa, patentes, etc). Dichos activos intangibles están constituidos por las innovaciones desarrolladas por centros locales e investigadores argentinos, las cuales fueron transferidas a estructuras offshore en guaridas fiscales.
Gracias a las normas impositivas uruguayas, la tasa efectiva en el capítulo del impuesto a la renta comprende únicamente el 0,75% de las ganancias (en la Argentina el impuesto a las ganancias es del 35%). Las cáscaras uruguayas abonaron impuestos (incluyendo el impuesto a la renta, entre otros) por el 0,3% de su facturación y el 3,2% de las ganancias antes de impuestos para el año 2021.
Algunas de las cáscaras son utilizadas para captar el excedente de las firmas productivas y realizar inversiones financieras, muchas veces a través de cuentas en bancos ubicados en otras guaridas fiscales.
Para tener una idea de la magnitud del activo que administra basta mencionar que en 2019 las empresas cáscara uruguayas llegaron a detentar US$ 1.745 millones como saldo en Caja y bancos, es decir dinero constante y sonante.
En particular, las cáscaras de Tenaris en Uruguay llegaron a explicar el 92% del saldo de caja y banco del conjunto de la rama contabilizando todas las empresas sin importar su ubicación.
La simulación de préstamos intra-firma es una operatoria común en las empresas multinacionales que buscan eludir los controles de capitales en los países que producen.
Las cáscaras en Uruguay son utilizadas como empresas holding, manteniendo participaciones accionarias y controlando diversas empresas productivas. El valor en inversiones por participación accionarias ascendió a US$ 3.672 millones en el año 2019.
Las cáscaras de Tenaris en Uruguay explican el 15% del patrimonio neto de la rama en su conjunto, contabilizando todas las empresas radicadas a lo largo y ancho del planeta. Este guarismo es del 100% en el caso a las empresas cáscaras de Tecpetrol; sin embargo, el mismo es del 3% en el caso de las cáscaras de Ternium.
Las empresas uruguayas estudiadas son utilizadas por sus controlantes –otras cáscaras del grupo radicadas en países europeos– como si fueran cajas fuertes, para depositar o retirar fondos a través de aportes de capital o pagos de dividendos respectivamente.
Las cáscaras uruguayas obtuvieron aportes de capital por parte de sus empresas controlantes por un valor de US$ 1.599 millones en el período 2017-2021. A su vez, las mencionadas cáscaras abonaron dividendos a sus controlantes por US$ 1.630 millones.