La llamada Ways and Means Facility (W&M) es un mecanismo permanente por que el que el BoE presta directamente al Gobierno, sin necesidad de que este tenga que emitir bonos y acudir al mercado secundario de deuda. En pocas palabras, el BoE comienza a imprimir billetes para financiar las necesidades extraordinarias provocadas por la pandemia global.
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En un comunicado, la institución explica que ha alcanzado un acuerdo con el ministerio de Economía para ampliar “temporalmente” su capacidad de “descubierto” en la cuenta con el banco central, si bien cualquier dinero que se retire en préstamo deberá ser devuelto “antes de final de año”.
El Banco de Inglaterra subraya que esta herramienta, que se empleó por última vez durante la crisis crediticia de 2008, cuando el descubierto del Gobierno en el banco ascendió a 19.900 millones de libras (o 22.700 millones de euros), no quita que el Ejecutivo seguirá vendiendo en los mercados financieros sus bonos de deuda soberana.
“El Gobierno continuará utilizando los mercados como primera fuente de financiación y su respuesta al Covid-19 será financiada totalmente a través de préstamos adicionales, (adquiridos) mediante las operaciones normales de gestión de deuda”, afirma el banco central en su nota.
La entidad explica que, desde que la gestión de la cuenta en efectivo gubernamental conocida como “Ways and Means” fue traspasada del departamento del Tesoro al banco central en el año 2000, ha sido usada en ocasiones de emergencia, como en 2008 y ahora.
Normalmente, la cuenta tiene un saldo de 400 millones de libras (460 millones de euros) “para apoyar la gestión del dinero en efectivo” del Gobierno, que ahora podrá ampliarse, dice el comunicado.
El Banco de Inglaterra publicará semanalmente el estado del descubierto, señala en su nota.
El Ejecutivo conservador británico necesita acceder a miles de millones de libras para sufragar el paquete de medidas de apoyo a hogares y empresas que ha prometido para combatir la crisis económica generada por la pandemia del nuevo coronavirus.
La posibilidad de retirar fondos directamente del banco central le da margen de maniobra ante la caída prevista de la recaudación de impuestos por la paralización de la economía y la volatilidad de los mercados financieros y de deuda.
El Gobierno británico se ha embarcado en una serie de respuestas económicas extraordinarias para evitar el hundimiento de su economía que debe incrementar cada día que pasa. Ha aplazado el pago del llamado business rate (el IVA empresarial) de los negocios, que en el Reino Unido supone una partida de ingresos muy relevante.
Lo mismo ha hecho con el IRPF, y ha garantizado además subvenciones directas de hasta el 80% del salario medio de los autónomos, con un límite de 2.100 euros, y sin necesidad de justificar pérdidas derivadas del coronavirus.
La magnitud de la demanda de estas ayudas complicaba cada vez más la posibilidad de que el Gobierno pudiera colocar sus bonos y financiarse a través del mercado secundario de deuda. Desde el principio de la crisis, el nuevo gobernador del BoE, Andrew Bailey, y el ministro de Economia, Rishi Sunak, han actuado de modo coordinado para responder ante la gravedad de la situación.
Y aunque el propio Bailey descartaba hace unos días el uso de un mecanismo extraordinario como es el de acudir directamente al mercado primario, -«una particularidad histórica», lo definía- el debate en torno a la necesidad de utilizar la “financiación monetaria” (el eufemismo para definir la práctica de imprimir más dinero) era constante, hasta llevar a muchos analistas a la convicción de que era una medida necesaria.
El anuncio de este acuerdo de financiación de emergencia se conoce después de que la oficina nacional de estadísticas (ONS) haya informado de que el producto interior bruto (PIB) se contrajo un 0,1% en febrero en el Reino Unido, antes incluso del cierre de los comercios y empresas para frenar la propagación del virus.
Fuente: Con información del Financial Times y el País global