Nicolás Miland, 36 años, padre de cuatro hijos, murió elecrocutado mientras trabajaba para UTE. No lo hacía directamente, sino a través de la empresa Asuan, subcontratada de la empresa estatal, informó en un comunicado el Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (Sunca). El viernes, subido a una escalera de aluminio, Miland intentó atravesar con una varilla una pared exterior de una subestación eléctrica en las afueras de Montevideo, cuando tomó contacto con la instalación eléctrica.
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Por tal motivo, el Sunca detuvo las actividades laborales en la construcción este lunes 19 hasta las 13 horas según su protocolo sindical establecido para “sensibilizar a la población” cada vez que muere un obrero trabajando, como ocurrió el pasado viernes 16 con “la sexta muerte del año” en esta industria, advirtió el presidente del Sindicato, Daniel Diverio. “Estamos muy preocupados porque la desregulación es parte de esto”, aseguró el dirigente sindical.
Diverio recordó que los paros como el de este lunes corresponden “a una definición que tenemos desde hace muchos años por asamblea” cuando se da “el fallecimiento de un trabajador en un siniestro laboral, paralizamos tareas de 9 a 13 y entregamos volantes para sensibilizar a la población”.
Destacó que además “los trabajadores afiliados al Sunca aportamos una hora de nuestro jornal” para que con ese dinero solidario “las familias puedan resolver algunas situaciones que puedan tener particularmente”.
“Lo más jodido, lo más triste fue la noticia que recibíamos el viernes cuando un compañero de 36 años recibió una descarga eléctrica que le costó la vida, con cuatro gurises chicos; una sensación de impotencia, enojo y de tristeza ante un escenario tan complejo de la muerte de un trabajador”.
“Es la sexta muerte que tenemos en el año, y estamos muy preocupados porque se están dando muchos hechos fundamentalmente en lugares donde no hay muchos controles y a veces la desregulación es parte de esto”, anotó y ejemplificó casos: “los dos primeros compañeros fallecidos fueron en obras de vialidad en Salto y en Tacuarembó, donde son más difíciles los controles porque son obras que continuamente se están movilizando”.
Subrayó que “los otros dos compañeros fallecidos son de la planta de UPM”, por lo que en el Sunca están “también preocupados” porque ocurre “en una planta con tanta inversión en nuevas tecnologías para acelerar la producción; sin embargo eso no está acompañado de los elementos de seguridad para generar las condiciones de que no exista ningún siniestro”; y el otro trabajador muerto este año “tuvo la mala suerte en un siniestro de cortarse una pierna y perdió la vida también a partir de ese accidente”.
Diverio puntualizó que “todos los siniestros” laborales “son evitables” si “se toman las medidas” de seguridad en el trabajo correspondientes; recordó que la “Ley de Responsabilidad Penal” del Empleador, “votada en 2015 con mucha resistencia de las cámaras empresariales y de la derecha en su conjunto, nos permitió mejorar las condiciones de trabajo y bajamos sensiblemente la cantidad de siniestros mortales y laborales”.
No obstante, “un solo muerto que tengamos es muchísimo, entonces está claro que es insuficiente” aquel avance legal; por eso, “una herramienta más que queremos agregarle” al cuerpo normativo vigente “es una Fiscalía que esté especializada en siniestros laborales”, reclamó el sindicalista.