Por Jorge Alex Deutsch
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Doctorando en Educación (IESPE, México)
La enseñanza durante toda la vida es también llamada Educación Permanente o Continua, ¨se considera cualquier tipo de actividad de aprendizaje desarrollada en el transcurso de la vida con el fin de mejorar los objetivos, las competencias y las aptitudes¨ (Comisión de las Comunidades Europeas 2001).
A las múltiples funciones que se atribuyen tradicionalmente a la educación se agrega una nueva, la importancia que da nuestra sociedad a la preparación para afrontar los cambios políticos, económicos, ambientales, tecnológicos, sociales, que se suceden en la misma, siendo la Educación Permanente un instrumento para lograrlo.
De acuerdo con Ferrández (1991) la Educación Permanente incluye los niveles obligatorios y no obligatorios (incluyendo la enseñanza universitaria) y la enseñanza no formal. Esta última incluye la formación para el trabajo, la formación orientada al ejercicio de derechos y obligaciones sociales, la formación para el desarrollo personal y la educación general básica.
“Las organizaciones se enfrentan a mercados globales volátiles e inciertos que implican cambios en las habilidades ejecutivas y en la formación. A las tradicionales capacidades técnicas y emocionales se suma la pericia para adaptarse y para seguir aprendiendo durante toda la vida” (Martin-Retortillo, 2017). En el caso que los conocimientos, las actitudes y estrategias para el aprendizaje no se renueven, la capacidad de las personas para entender, construir y transformar las nuevas condiciones del entorno se verán considerablemente disminuidas. Podemos decir que será cuestión de supervivencia.
La Educación Permanente hace referencia tanto a la capacitación para el empleo como para el desarrollo de todas las capacidades humanas, entre las que se destacan el ámbito social y antropológico. Deberá ocupar un lugar prioritario en los proyectos de vida de las personas y en las políticas de desarrollo de los países. No deben ser solamente declaraciones de la comunidad internacional, sino que deben estar en las políticas educativas de todos los países.
Las personas podemos aprender a lo largo de todas las etapas de nuestra existencia y, consecuentemente, todos los niveles de los sistemas educativos deben contribuir a que sea posible el aprendizaje permanente en toda la vida de la persona.