Al detectarse más casos de gripe aviar en la Laguna Garzón, lo que afecta a los cisnes de cuello negro, Sanidad Avícola del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) centró el monitoreo en la zona.
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En declaraciones al informativo Subrayado, Virginia Russi, de Sanidad Avícola, indicó que "la mortalidad de cisnes sigue creciendo" en esta zona.
También explicó que se está observando con atención cómo se podría propagar la enfermedad a otras especies. “El riesgo ese existe, por eso estamos eliminando los cadáveres de la Laguna Garzón para disminuir la carga viral de la laguna y que otros animales predadores de estas aves pudieran afectarse, tanto otras aves como algún mamífero, como zorros o zorrillos”.
En estas observaciones técnicas, los especialistas solo encontraron hasta ahora el caso de una gaviota que presentó síntomas de la enfermedad, pero todavía no está el diagnóstico definitivo.
Colaboración regional
Ante este contexto de emergencia sanitaria, las autoridades del sector en Uruguay informaron que se pedirá colaboración a instituciones y técnicos de Chile para implementar un plan de prevención de la gripe aviar y se estudia la posibilidad de aplicar vacunas.
En ese sentido, Fernando Mattos, ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, dijo que "las vacunas existentes son todavía experimentales. Hay algunas que empiezan a dar buenos resultados, pero muchas otras no han logrado la efectividad necesaria debido a la combinación del virus con otros, o la mutación en situaciones pandémicas".
El ministro también sostuvo que las aves que se crían en patios son las que están más expuestas a la enfermedad, sobre a todo la variante que circula en la región, que la denominada H5N1, por contacto con otras aves.
Dijo Mattos: “Las aves migratorias son las que transportan el virus, vuelan a mucha distancia, son portadoras asintomáticas del virus y enferman aquellas residentes, locales, silvestres, que no tienen defensa inmunitaria. Por lo tanto, mueren o enferman, y el contacto de estas aves silvestres eventualmente, con aves domésticas o de producción, puede generar un factor de contagio que afectaría mucho los sistemas productivos”.
Por esta razón, subrayó, hay que evitar que las aves dedicadas a la producción tengan contacto con las aves silvestres. Para ello hay que implementar el encierro bajo techo.