Misión Milagro en Uruguay: 18 años devolviendo luz y esperanza a miles de personas
La Misión Milagro en Uruguay celebra su mayoría de edad. Pareciera que fue ayer cuando llegó la primera brigada médica desde Cuba que hasta el día de hoy le ha devuelto la visión a más de 119.000 personas en el país.
En un concurrido pasillo del Hospital de Ojos “José Martí”, un hombre de 78 años espera su turno con serenidad. José Nelson asiste a la consulta que antecede su segunda operación y sonríe con la certeza de quien volverá a ver con claridad el mundo. “Ya me operaron el primer ojo en julio. Me siento bien, muy bien”, dice. En su voz hay gratitud y alivio. Habla despacio, para que las palabras duren y el recuerdo se quede. “Estoy contento, sí. Los cubanos me han tratado perfectamente”. Esa escena cotidiana —la de un paciente que recupera la vista y con ella una parte de su vida— condensa el espíritu de la Misión Milagro, un programa de cooperación médica que alentó Fidel Castro y que en Uruguay cumple 18 años.
La Operación Milagro, como también se le conoce, nació el 8 de julio de 2004, impulsada por los Gobiernos de Cuba y Venezuela, con el objetivo de eliminar la ceguera prevenible en América Latina. El proyecto tenía el objetivo de operar gratuitamente a personas con bajos recursos afectados por cataratas, glaucoma, retinopatías y otras afecciones oculares que, de no ser tratadas, condenaban a la oscuridad.
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Uruguay se sumó a esa corriente solidaria en 2005. Primero llegaron tres médicos cubanos que comenzaron a recorrer el país en busca de pacientes con enfermedades visuales. Pronto, trece uruguayos viajaron a Cuba para ser operados en el Instituto Ramón Pando Ferrer, cuna de la oftalmología cubana. En total, 2.027 uruguayos viajaron a la isla para recuperar la vista antes de que se concretara la creación de un hospital especializado en territorio nacional.
Así, en noviembre de 2007, se inauguró el Hospital de Ojos “José Martí”, ubicado en el predio del Hospital Saint Bois, fruto de un convenio entre ambos gobiernos. Uruguay aportó la infraestructura y el personal de apoyo; Cuba, la tecnología, la formación y los especialistas. Desde entonces, miles de personas han cruzado sus puertas con la esperanza de volver a ver.
Una misión profundamente humana
Desde julio de 2022, la doctora Evelyn Iris Almira dirige la brigada médica cubana en Uruguay, un equipo compuesto por 21 colaboradores, diez médicos, cuatro enfermeros instrumentistas, dos licenciados en optometría, un especialista en electromedicina, un cocinero, un chofer y un economista.
Evelýn Almira 1
Doctora Evelyn Iris Almira dirige la brigada médica cubana en Uruguay
Meri Parrado
Su tono es firme, sereno, pero con esa calidez caribeña que traspasa la formalidad. “Estamos insertados en el Hospital Especializado de Ojos ‘José Martí’, y trabajamos en unidad y armonía con la dirección adjunta. Aquí hay paz, hay transparencia. Nuestra razón de ser son los pacientes”, comentó en entrevista con Caras y Caretas, sentada en el salón de la residencia con su bata blanca, justo delante de las banderas uruguaya y cubana y un cuadro imponente con las figuras del Che y Fidel.
La misión, explica, es médica, pero sobre todo profundamente humana. “Venimos a devolver esa esperanza a los pacientes de poder ver nuevamente a sus seres queridos. Este país tiene una población envejecida y las cataratas son un problema. Cada cirugía es una historia distinta, pero todas tienen algo en común... el agradecimiento”.
Con satisfacción nos comenta que la brigada retomó en marzo las pesquisas a pacientes de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), que habían sido suspendidas durante el gobierno anterior. También se reanudaron los traslados gratuitos desde el interior del país para quienes viven a más de 250 kilómetros de Montevideo. “Era necesario”, asegura. “Muchos pacientes rurales no podían venir. Desde agosto reactivamos los viajes y eso nos permite llegar a los 19 departamentos”.
Más de 119.484 cirugías oftalmológicas
El 27 de noviembre de 2007 fue el inicio formal de la presencia de la brigada médica cubana en Uruguay. Desde entonces, el balance impresiona con más de 119.484 cirugías oftalmológicas, más de 927.277 consultas realizadas y más de 219.283 pacientes pesquisados y tratados. Cada mes, el equipo realiza entre 400 y 500 operaciones. Solo en setiembre hubo 546 y en octubre 520. Son cifras que representan vidas transformadas, personas que vuelven a trabajar, a leer, a coser, a mirar el rostro de sus nietos.
Hospital de ojos paciente
Misión Milagro en Uruguay
Meri Parrado
“Nosotros respetamos las costumbres y la idiosincrasia de este país”, dice la doctora Almira. “Nuestro objetivo sigue siendo el mismo desde que nuestro comandante (Fidel) fundó la misión, queremos devolver la visión al pueblo, especialmente a los que más lo necesitan”.
Hay historias que transmiten por sí solas la esencia de la Misión Milagro. Para Almira, entre los miles de pacientes que pasaron por las manos de los oftalmólogos cubanos, una mujer de 103 años se volvió símbolo de perseverancia; Clara Núñez, de Tacuarembó.
Clara fue una de las primeras pacientes uruguayas operadas en Cuba, en 2005. Dos décadas después, regresó al quirófano del Hospital José Martí para ser intervenida nuevamente. “Vino unos días antes de cumplir los 103 años, el mismo día que nació Fidel”, recuerda la doctora. “La operamos el 15 de agosto. Ella decía que era un lujo, una victoria para su vida”.
Según el equipo médico, Clara sigue siendo una mujer independiente, que disfruta de las manualidades y de la vida cotidiana. “Nos llenó de felicidad”, comenta Almira. “Hemos operado pacientes de 97, 98, 99, 100, 102 y 103 años. Todos con un espíritu admirable”.
Una experiencia que cambia vidas
La atención en el Hospital de Ojos José Martí se caracteriza por un enfoque inclusivo. Los pacientes de ASSE y del sector privado, a través de convenios con el BPS, acceden sin costo alguno a las cirugías, estudios, traslados y alojamiento.
El proceso comienza cuando el paciente solicita una cita con un oftalmólogo general. Si se detecta una catarata u otra afección operable, se coordina la cirugía. La alta demanda, propia de una población envejecida, genera cierta espera, pero el hospital trabaja para reducirla mediante las pesquisas en el interior del país.
El trabajo, explica la jefa de brigada, se distribuye en distintas áreas, la Línea Preoperatoria (LPO), donde se evalúan todos los parámetros clínicos antes de la cirugía; las policlínicas de postoperatorio, donde se controla la evolución; y los servicios de retina, láser y laboratorio clínico.
“No hay distinción entre médicos uruguayos o cubanos”, enfatiza Almira. “Aquí todos somos un equipo. Más del 60 % del trabajo del hospital lo realiza la brigada, pero eso no importa tanto como la unidad. Lo esencial es que el paciente reciba la mejor atención”.
Las historias de recuperación se repiten cada día. “Hay pacientes que vienen llorando, que dicen: ‘Ya veo a mis nietos, ya puedo mirar el televisor, ya soy independiente’”, cuenta la doctora. “Eso te saca lágrimas. Ellos valoran el trato humano, el respeto, la paciencia. Es lo que más nos distingue”.
En Uruguay, donde el envejecimiento poblacional avanza y muchas personas carecen de cobertura privada, el acceso gratuito a cirugías de cataratas —que pueden costar hasta 1.500 dólares— es una diferencia notoria. El caso de José Nelson, el hombre que esperaba su segunda operación, se multiplica en cada sala. Algunos pacientes viajan desde Artigas, Cerro Largo o Rivera, tras horas de carretera. Otros llegan acompañados por familiares que los ven entrar con miedo y salir con una sonrisa.
La Misión Milagro devuelve la visión, restituye la autonomía y la dignidad. Quien vuelve a ver recupera su forma de pertenecer al mundo.
Una cooperación que resiste el tiempo
El convenio entre los Gobiernos de Cuba y Uruguay —a pesar de ciertas campañas malintencionadas— ha sobrevivido a los cambios políticos, los ajustes presupuestales y las interrupciones temporales. Lo fundamental, señala la doctora Almira, está en la continuidad y el respeto mutuo. “El convenio sigue. Vamos a continuar aportando nuestro granito de arena. Este hospital es un orgullo compartido. Y trabajamos con una dirección comprometida, dinámica, con la que tenemos una relación excelente”, afirma.
El próximo 22 de noviembre el hospital celebrará una jornada científica en homenaje a los 18 años de la brigada, seguida de un acto conmemorativo el 5 de diciembre en Montevideo, organizado junto a la Organización Nacional de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas (ONAJPU). Son fechas simbólicas, pero también de reafirmación. La Misión Milagro se proyecta al futuro con la misma vocación que la originó, la de ofrecer salud como un derecho, no como un privilegio.