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Sociedad Hidrovía | droga | Rosario

La hidrovía de la droga

Narcotráfico, la hidrovía y los uruguayos

La secretaría antidrogas de Paraguay asegura que por la hidrovía salieron 46 toneladas de cocaína en los años 2021 y 2022.

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La denominada hidrovía Paraná-Paraguay es un corredor fluvial formado por ambos ríos que recorre unos 3.400 kilómetros y permite la navegación continua entre puertos de Argentina, Brasil, Bolivia Paraguay y Uruguay. Por allí navegan diariamente centenares de barcos y barcazas con mercadería diversa. También miles de kilos de droga que básicamente tienen como destino África y Europa. Agencias antidrogas europeas aseguran que el narcotraficante uruguayo Sebastián Marset es el “gerente” de la “hidrovía de la droga”. Años atrás los banqueros uruguayos Carlos y José Rohm lavaron en Rosario centenares de millones de dólares provenientes del tráfico de estupefacientes.

Desde el principio de su gobierno, el presidente Luis Lacalle Pou manifestó su intención de fortalecer la hidrovía para convertir al Puerto de Montevideo en la salida de productos paraguayos y bolivianos al mundo. Para ello ya logró acuerdos con su par paraguayo, Mario Abdo.

Nuestro país necesita desarrollar la infraestructura y logística de los puertos del litoral para recibir toda la carga que allí llegaría. Y para ello tiene la intención de convocar al sector privado.

Mucho más compleja es la situación con Argentina, ya que el denominado Gran Rosario es el segundo nodo portuario agroexportador más importante del mundo. En el año 2021 fue apenas superado por el puerto de Nueva Orleans, en EEUU, y casi duplicó el volumen de embarques del puerto de Santos, en Brasil, tercero en el ranking.

Se denomina Gran Rosario al conjunto de instalaciones situadas entre los km 413,3 y 420,3 del río Paraná, con jurisdicción del Ente Administrador Puerto Rosario (Enapro), que a su vez ha privatizado varias terminales.

Justo en el kilómetro 420 del Paraná se encuentra la transición en la profundidad entre navegación de ultramar y de río. El canal principal, directamente frente al puerto, tiene la ventaja de preservar una profundidad de 32 pies, con menor período de dragado. Esto permite la navegación de aguas abajo de buques del tipo Panamax. El Paraná tiene 600 metros de ancho en el km 418 y pasa a 2 km de ancho aguas abajo.

Estos datos alcanzan para comprender por qué Argentina no tiene ningún interés en lograr acuerdos por la hidrovía.

Solo el año pasado por la hidrovía pasaron 46 toneladas de cocaína.

Pero sobre el desarrollo de la hidrovía hay nuevos y graves problemas que deberían ameritar la atención de las autoridades.

La secretaría antidrogas de Paraguay asegura que por la hidrovía salieron 46 toneladas de cocaína en los años 2021 y 2022. La droga provenía de Colombia y de Perú.

Carlos del Frade (59 años) es un periodista santafecino que ha investigado y escrito 50 libros, la mayoría sobre el narcotráfico en su provincia y particularmente en Rosario. Actualmente es diputado provincial, elegido por el partido Soberanía Popular, y desde ese lugar continúa su tenaz lucha, que le ha valido ser condenado a muerte por los narcos. Su antecesor en el cargo fue asesinado a tiros el 6 de setiembre de 2021.

“¿Y el miedo?”, le preguntó el periodista Sergio Ciancaglini para una entrevista publicada por el periódico digital La Vaca. “Es bravo, pero hay que seguir”, dice Del Frade. Agrega: “El tema es la familia, pero sin tener una idea clara de cómo proteger. Lo charlamos en familia, hablamos de cuidarnos, estar en contacto, y seguir adelante: es lo que mejor uno sabe hacer. Mucho peor es en los barrios pobres, donde la gente está desamparada. Ese es el problema de construir un Estado que tiene en su interior focos de corrupción que terminan siendo socios de quienes van a producir la muerte”.

El legislador asegura que “acá en Rosario aún prevalece un tipo de dictadura, la narcodictadura. Esta sociedad está sometida por estas personas que nos matan, nos desaparecen, nos torturan, nos roban… no tenemos paz. Pibe que se cruza en su camino, pibe que tuercen y desgracian, no solo porque lo usan, sino también desgracian a toda su familia porque van por todos y todas, no discriminan”.

Para este periodista el narcotráfico es principalmente “ese gran negocio paraestatal del capitalismo, absolutamente consolidado desde los años 60 junto al petróleo, las armas, los medicamentos y la trata”. Un informe de la Universidad Nacional de Rosario calculó en 2018 que el negocio en la provincia mueve unos 111 millones de dólares anuales, afirma la nota publicada por La Vaca.

“Y podemos agregar -dice Del Frade- que después del récord de 2013 con 264 asesinatos, nos mantenemos en un promedio de unos 200 homicidios anuales. Este año (2021) ya vamos por 157 y la situación es la misma, porque estamos hablando de un sistema que los grandes partidos no quieren cambiar porque es parte del negocio general”.

Una historia que comienza en dictadura

Del Frade propone un punto de partida para esta historia sobre la ruta de la droga: 24 de abril de 1978, con la llegada al puerto de Rosario de un cargamento de azúcar desde Bolivia que en realidad encubría 200 kilos de cocaína. “Leopoldo Galtieri era el comandante del Cuerpo II del Ejército, y junto al almirante Eduardo Massera recibió oficialmente con ese cargamento a los militares bolivianos que luego propiciarían lo que se llamó el narcogolpe en ese país, encabezado por Luis García Meza y Luis Arce Gómez. Trabajaban con Roberto Suárez Gómez, el principal impulsor del desarrollo de la cocaína desde Bolivia hacia el mundo y primer proveedor de Pablo Escobar Gaviria. Ahí ya se armó un negocio paraestatal y multinacional, en el que el Estado argentino empezó sus negocios corruptos mientras continuaba con los crímenes, desapariciones y violaciones a los derechos humanos”.

Otro punto crucial que señala el periodista y legislador Del Frade en libros como Ciudad blanca, crónica negra. Historia del narcotráfico en Santa Fe fue la privatización durante el menemismo del Banco provincial. “Se lo entregaron a los hermanos narcolavadores uruguayos José y Carlos Rohm, que venían del Banco General de Negocios relacionados con el lavado de dinero del Cartel de Juárez”. Años después el entonces presidente Luis Lacalle Herrera les adjudicó el Banco Comercial.

Tercer paso: “En 1998 se privatizó el puerto de Rosario a un grupo filipino que iba a exportar autos de General Motors y jamás exportó ninguno. ¿Qué hacían?”.

El mapa quedaba completo: “Construyeron el sistema físico para el tráfico, y la geografía financiera para el lavado de dinero. Hoy te encontrás con puertos y empresas que son un país dentro del país, que ni siquiera pueden ser investigados, en el lugar que más dinero mueve en Argentina”.

Datos de 2019: en Santa Fe se abrieron 2.323 causas por delitos relacionados con el narcotráfico, y apenas 18 causas por lavado de dinero. Por eso Del Frade hizo público un proyecto para crear “un área que reporte ese tipo de actividades económicas cada vez más vinculadas a los negocios mafiosos o ilegales”.

Ejemplo 2021 de los efectos del sistema: en enero incautaron en Alemania el que fue calificado como el mayor cargamento de cocaína de la historia europea. El origen fue Paraguay, pasó con serenidad por toda la llamada hidrovía, los contenedores con latas de supuesta masilla fueron cambiados de barco en Buenos Aires, y las 16 toneladas, valuadas en 600 millones de dólares, llegaron a Alemania, donde, por una vez, se las detectó. Sería interesante poder estudiar, frente a un contrabando como el descripto que aparece muy cada tanto, cuántas exportaciones de miles de barcos no se detectan por la obvia falta de controles, para abastecer el sostenido consumo europeo.

“Te encontrás entonces con un esquema de empresas y puertos que hacen negocios legales e ilegales, pero que nadie puede investigar en serio. Desde el punto de vista del lavado creo que eso se ve en las importaciones infladas para cobrar reintegros, y en las exportaciones de cereales y otras materias primas, donde se declara mucho menos que lo real, generando masas de dinero negro que van al lavado”, sostiene el diputado santafecino.

Del Frade dijo a La Vaca que “los informes de Naciones Unidas ubican a Argentina como segundo exportador de metanfetaminas de América hacia Europa, detrás de Brasil, y tercero de cocaína. Se habla de combatir al narcotráfico, pero esto, que es el negocio en serio, se mantiene intacto y en crecimiento. Yo relaciono el narcotráfico con el negocio extractivo y con el modelo económico, impuesto de afuera hacia adentro. Por eso el desprecio a la naturaleza en toda América Latina, y la directa relación del extractivismo con cualquier cosa que salga por los puertos. Combatir realmente al narcotráfico implica ir contra el capitalismo. Por eso los gobiernos y los grandes partidos no hacen nada. Es algo que no quieren cambiar”, asegura convencido.

Uruguay no está lejos de Rosario

Del Frade sostiene que “para pasar 46 toneladas de cocaína es necesario que todas las autoridades miren para otro lado. De otra forma no se explica”.

La tragedia que hoy vive la ciudad de Rosario tiene no pocos vínculos con Uruguay. Es hacía allí donde debemos mirar si es que queremos que no nos ocurra lo mismo.

Algunos años atrás asistíamos al desarrollo del narcotráfico en Colombia como algo ajeno y lejano. México, otra tragedia inconmensurable, está más lejos y lo vemos como motivo de series para TV.

El problema es que tanto los narcos colombianos como los mexicanos, más experimentados y violentos, ya están entre nosotros.

Los carteles de Cali, Medellín, Juárez y los Cuinis ya estuvieron acá y establecieron contactos y negocios. Organizaciones criminales brasileñas están instaladas hace tiempo al norte del río Negro.

Ocurre que en Uruguay, al igual que en Rosario, no se produce droga. Esta llega de afuera y la distribuyen internamente grupos familiares vinculados al delito. Como en Rosario. Los identificó ante el Senado el ministro Luis Alberto Heber el año pasado.

Aquí, como allá, se asiste a una violencia criminal con características desconocidas hasta ahora y propia de la actividad mafiosa. Crece el sicariato.

Tanto en Rosario como en Uruguay, se apuntó a combatir las bocas, es decir el pequeño mercadeo. El consumo de cocaína en nuestro país es muy importante, alguien vende esa cantidad y por algún lugar entra.

Peor. El negocio hacia el exterior, controlado por colombianos y brasileros, tiene la mira puesta en el Puerto de Montevideo. Una locación con escasos controles, apenas un escáner para contenedores y un lío bárbaro para comprar un segundo.

Los controles antilavado son cada vez más laxos. En los hechos, en los últimos tres años no llegan a diez los formalizados por este delito.

Mientras, el país, y particularmente Punta del Este, reciben decenas de millones de dólares de inversión inmobiliaria cuyo origen se desconoce.

Si no hay controles o estos son laxos, el narcotráfico tiene “el campo hecho orégano”.

El diputado Del Frade dijo que “el drama rosarino es que todos los días pasa una manada de elefantes por sus puertos, la mejor manera de esconder un elefante. Una manada que consiste en el fenomenal flujo de dinero y cargas concentrada en los muelles de los departamentos Rosario y San Lorenzo”, criticó.

En Uruguay, el Ministerio del Interior califica como éxito en la lucha contra el narcotráfico el haber desmantelado bocas en las que generalmente se encuentran unos gramos, unos pocos pesos y algún arma vieja.

Pero qué pasa con los vuelos ilegales, con el tráfico a través del río Uruguay, cómo se controlan los puertos. Y qué pasa con los millones que genera el tráfico de drogas.

Tal vez esta sea una guerra perdida. Pero todavía se puede hacer mucho para salvar gente.

Del Frade lo explica así: “Hay que hacer crecer un Estado virtuoso y no un Estado bobo o corrupto. Hay que generar trabajo, educación, cultura, deporte, alegría, porque si no, va a haber siempre droga, hambre y violencia. Hoy es más fácil conseguir un revólver que un trabajo estable. La mayoría de la gente sigue despertándose cada mañana soñando con que la vida sea distinta. No quieren ser sicarios ni desocupados. Sus cabezas y sus almas quieren ser libres. Y como eso lo veo, pese a todo, no puedo dejar de tener confianza”.

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