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Sociedad sequía | déficit hídrico |

Propuesta

Sequía: ¿sería deseable un GACH para el riego?

¿Cómo funcionaría un grupo asesor al estilo del GACH para atender los problemas de la sequía? ¿Cuál sería su integración? ¿Qué otras implicancias existen?

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Entre las propuestas que se han anunciado por el gobierno para afrontar el déficit hídrico y sus daños se mencionó la creación de un GACH relativo a riego para afrontar la sequía que está afectando la producción agropecuaria a nivel del país.

Al respecto el mismo ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca destacó que "este grupo asesor científico nos puede dar los lineamientos en una especie de socialización de la discusión, para que podamos tener las mejores decisiones, que seguramente tengan que ser los subsidios necesarios para una política de Estado en materia de aguas".

Interesa analizar en particular esta propuesta, su naturaleza y la temática que tiene que atender y las implicancias que podría llegar a tener. La misma, al anunciarla, se ve como un instrumento que puede ser de éxito si se toma como referencia lo que fue el GACH para la pandemia, pero se trata de problemáticas totalmente diferentes.

El Grupo Asesor Científico Honorario asesoraba científicamente en temas de salud contando con equipos de colaboradores expertos en sus respectivas áreas nombrados a título personal pertenecientes a diferentes instituciones. Ahora, cuando hablamos de temas de estrategias para mitigación de cambio climático y sus efectos y en particular temas de riego, ¿cómo funcionaría un grupo asesor? La integración por técnicos, científicos y productores, entre otros, ¿tiene carácter objetivo? ¿Qué otras implicancias además de las necesidades productivas y técnicas existen? ¿Qué antecedentes hay de este tipo de grupos o espacios de trabajo?

La situación de déficit hídrico y las soluciones han sido ampliamente analizadas en estos meses y claramente se ven dos tipos de niveles de medidas: aquellas que van a atender la emergencia y las que van a ser más de corte estratégico a largo plazo. La propuesta de un grupo asesor parece algo que no se adecua al problema; interesa destacar algunas consideraciones.

En primer lugar, el tema del cambio climático y los recursos hídricos tiene claramente un componente objetivo y científico y requiere de un abordaje en este sentido. Pero las medidas que tengan que ver con inversiones de riego implican una estrategia económica y de modelo de desarrollo y con la utilización de recursos públicos. Por lo tanto, se requieren definiciones de corte político, económico y productivo de relevancia que exigen proyecciones importantes. Si bien el análisis se debe basar en cuestiones de corte científico, estas no abarcan solamente naturaleza e implican opciones de política que no son neutrales.

Un segundo aspecto tiene que ver con la integración que se mencionó: técnicos, científicos, productores, empresas, referentes públicos, que sin dudas son quienes representan y quienes más conocen, pero representan intereses particulares en muchos casos. Por lo que debería considerarse una estructuración que garantice una genuina participación de todos los involucrados en cuanto comunidad científica en las diferentes dimensiones (recursos hídricos, infraestructura, medioambiente, comunidad, producción), regantes, potenciales regantes, actividades productivas y otros.

Vinculado a lo anterior, a nivel del sector agropecuario existe un conjunto de instituciones, desde asociaciones hasta mesas de trabajo público privadas y privadas, que han tenido, muchas de ellas, un trabajo histórico y hay antecedentes importantes en el tema producción, riego e inversiones de riego que no se pueden desconocer. A la vez existen instituciones de relevancia y muchas medidas y trabajos al respecto, con lo cual retomar cualquier espacio requiere necesariamente la consideración de todos estos antecedentes y ámbitos y buscar un mecanismo adecuado a la problemática, reconociendo los antecedentes y buscando propuestas que sean integradoras de los sectores y que atiendan las realidades en términos de riego, producción, ambientales y de las comunidades vinculadas.

Urge avanzar en temas de riego que abarquen diferentes dimensiones temporales. El tema no es nuevo y se ha puesto en el centro por la problemática que ha sido la sequía en estos meses y sus efectos sobre la producción. Sin dudas Uruguay, por su matriz de producción, requiere avanzar rápidamente en profundizar sus inversiones en riego entre otros mecanismos que atiendan las problemáticas que trae el cambio climático.

También se requieren mecanismos que impliquen la participación de diversos actores donde no se puede dejar afuera a la Universidad de la República, entre otros actores relevantes de la comunidad científica. Implicaría una estructura institucional diferente a un GACH en la medida que se debe atender a los diferentes interesados, evaluar alternativas productivas, implicancias económicas y ambientales, alternativas de financiamiento.

La diversidad de actores es enorme y desde proyectos multiprediales, hasta incentivos fiscales y otros instrumentos son parte de las herramientas que están en juego. La estructura institucional de trabajo y las herramientas legales y de definición de políticas son claves para garantizar el éxito y la representatividad de poder profundizar en un tema clave en la matriz productiva y ambiental de un país rico en un recurso tan importante como es el agua.

Una herramienta exitosa como el GACH en pandemia tuvo un contexto, un tema y una institucionalidad armada para atender una situación de urgencia. Si bien existe una problemática que hay que atender, los resultados de un grupo de expertos en esta materia tienen efectos en lo que hace a inversiones y alternativas en riego en una dimensión temporal bien diferente.

También diferenciar lo que es la comunidad científica de los directamente involucrados, la preservación de recursos y los distintos esfuerzos desde el punto de vista económico y fiscal que se busque atender. Un tema no menor tiene que ver con los impactos de las obras de infraestructura y los antecedentes tanto en proyectos multiprediales de gran escala como en privados de diferente porte: los impactos ambientales y preservación de recursos, la evaluación de ganadores y perdedores, la priorización de sectores y los esfuerzos de corte fiscal que impliquen.

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