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Sociedad Minorias religiosas | católicos |

Pluralidad religiosa

Susana Andrade: "Racismo religioso y feriados"

Susana Andrade cuestiona en este artículo el proyecto sobre "Festividades de las minorías religiosas".

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Nos expresamos en relación al proyecto de ley llamado: “Festividades de las Minorías Religiosas.”Definirnos exclusivamente en relación al paradigma imperante reafirma desigualdades.

El término “minorías” para referirse a la pluralidad religiosa o espiritual de los pueblos, es antidemocrático, lenguaje que habla desde la superioridad. No habilita al diálogo; impone.

Si la propia denominación es despectiva, inquieta el criterio rector de dicho trabajo. Las palabras son herramientas, tienen poder para bien y para mal. Por eso instamos al uso de conceptos no jerarquizantes a la hora de situar lo diverso. Y diverso es todo cuando se trata dehumanidad. Si se refieren a índices numéricos, las llamadas minorías, sumadas, posiblemente seanmuchas más que las mayorías. Y son números que ignoran, porque no han querido censar los cultos.

El Estado uruguayo desconoce oficialmente esos dígitos y dan por cierto lo socialmente impuesto o extraído de encuestas mínimas, en una normalizada discriminación hacia lo que no es eurocéntrico e ideológicamente dominante. Es también negligencia y omisión de deberes estatales dar por ciertas“mayorías” que el imaginario percibe como preponderantes, de “católicos” que muchas veces noconocen una iglesia por dentro. Porque si es “a ojo”, miremos la multitudinaria fiesta de IemanjáOrixá africana en las aguas naturales de todo el país los dos de febrero, y resulta incomparable.

Es peligroso que el Poder Legislativo se base en presunciones y en jerarquías culturales para legislar.

Parten de una concepción subjetiva de lo social y pasan por encima de las diferencias que enriquecenal ser público de una sociedad que nunca es monoforme, aspira a la inclusión, y no quiere serarrinconada en la categorización desvalorizante de “minorías”. No hay culturas mejores, peores niminoritarias sino distintas. Decir lo contrario es útil a teorías de supremacías raciales.

Las comunidades religiosas de matriz afro e indígena, somos perseguidas hace siglos por laprocedencia étnico racial de nuestra fe ancestral. Ritos de “negros” e “indios” son destinados a lasubalternidad en sociedades occidentalizadas desde el inicio de las instituciones. Hemos presentadodenuncias de todo tipo y las autoridades no cumplen su deber a la hora de salvaguardar nuestrosderechos humanos.

Otras discusiones son estériles en tanto no se contemplen seriamente los desesperados reclamos, yno se tome en cuenta el racismo religioso creciente. Es más, feriados representan estrategia dedistracción para no hablar de lo que realmente nos hostiga.

No “darse cuenta” no es inocente, denota improvisación y clasismo, desconocimiento e indiferenciaa la sensibilidad ajena, rechazos irracionales, autoritarismo.

Estudiaríamos un proyecto que cuestionara los feriados católicos impuestos, y que al menos pusieraen discusión injusticias sociales legendarias. Hace falta revisión histórica en nuestro país y en Latinoamérica, no por casualidad la región con mayor desigualdad del mundo, originada en lasinvasiones colonialistas europeas, potencias que aún hoy día siguen vampirizando económicamentea países “de su propiedad”.

En tanto no se apliquen políticas de reconocimiento igualitario a la pluralidad cultural y de cultos,y la defensa real de las libertades constitucionales de este derecho fundamental, ni siquieratendremos tranquilidad para pensar. Si bien podrían interesar los asuetos rituales, hoy vivimos a ladefensiva, la equidad para los cultos afroumbandistas es utopía, y hasta cuando se hace unapropuesta sobre las religiosidades se utiliza terminología supremacista.

El Gobierno ignora todo sobre la dimensión espiritual de la población. Confundió laicidad concomodidad y dejó de lado las creencias. Olvidó también que A LA HORA DE GARANTIZARDERECHOS EL ESTADO DEBE TENER ESTADÍSTICAS y no las procura por negligencia.

Hace mucho pedimos que el censo nacional incluya la variable religiones del Uruguay y nada.Enviamos informe alternativo al Comité para la Eliminación de la Discriminación de NacionesUnidas- CERD, expresando esto y situaciones de abusos endémicos contra creencias de matriz afro.

Hay interrupción de sesiones por denuncias falsas, vandalización a templos sin investigar,dificultades de acceso a la justicia, acoso aumentado en frecuencia y agresividad hacia ceremoniasy fieles, procedimientos municipales prepotentes y violencias varias.

Ojalá nuestros problemas se arreglaran con feriados.No es coherente tampoco asumir supuestos a la hora de legislar, abonando la exclusión y lashegemonías culturales. Casi el 90% de la ciudadanía profesa alguna forma de confesión religiosa;entonces, para garantizar la libertad de cultos consagrada en la Constitución, es imprescindible saberde quiénes y cuántos estamos hablando. Un proyecto que en apariencia pretende equidad, al notomar en profundidad el tema; oculta, disfraza y colabora a alimentar desigualdades estructurales.

La consulta previa esbozaría responsabilidad parlamentaria.Lo cierto es que la intolerancia religiosa que padece históricamente la comunidad afro ritual, sealimenta y crece.

Ya que nada se hace por estos problemas tan graves bajo la excusa de una pretendida laicidad quees indiferencia hacia los atropellos que sufrimos un sector de la población que colma las playas enYemanjá, al menos sepan que hay asuntos mucho más graves que nos aquejan y la gente deja deritualizar por miedo, se mudan o cierran el templo.

Las políticas discriminatorias colonialistas cristiano católicas, siempre han sido parte de sistemasde opresión a las tradiciones afroindígenas; conspiraciones de silenciamiento al tambor, contra lasofrendas, la incorporación de espíritus, la sacralización de alimentos y contra todo lo que pertenecea nuestras tradiciones, sin respeto por la ancestralidad y raíces milenarias.

Revisemos los términos, porque lesionan nuestra dignidad religiosa afirmando conceptosmenoscabantes, como lo “minoritario” sin nombre y sin identidad.

Y así seguimos reforzando el imperio del modelo dominante que limita al diferente con costumbresobligadas que nadie cuestiona a costa de ser señalado como “raro”, y sigue primando lo que convienea los privilegiados. Ejemplo; todo mundo sabe qué es Navidad, casi nadie sabe lo que es Sabbat oShabat, Ramadán, el Ridván o un Axexé o Itutu, y todas son instancias sacramentales. Si seimplementara la Ley de Educación Pública art. 17 tal vez sería una enseñanza en Primaria. Tampoco.

Hoy convivimos con destrozos de lugares de culto, destrato de funcionarios estatales, arbitrariedadespor denuncias de supuestos ruidos o cuando hay faenas para consumo en retiros espiritualesafricanistas. Así no.

No apoyaremos ningún proyecto que avale y por ende no interpele feriados racistas como los queexisten. Es imprescindible para la democracia que se visualice seriamente el tema de la diversidadreligiosa consecuencia de la diversidad cultural, y de paso, lograr una Carta Magna que consagre lamulticulturalidad y el antiracismo. El neo colonialismo ideológico persiste y tiene sus celadores.

Estos proyectos que perpetúan feriados discriminatorios son una muestra. Ya basta.

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