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Sociedad Facebook | Varones Unidos | Argentina

Hijos sanos del patriarcado

Varones Unidos en Facebook ataca a una de las víctimas del doble femicidio cometido por su fundador

Tras el crimen de Luna Giardina y su madre en Argentina, el grupo antifeminista uruguayo fue suspendido en X pero aún está activo en Facebook.

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Mientras su cuenta en X fue suspendida por orden judicial, el grupo Varones Unidos continúa activo en Facebook, donde en las últimas horas difundió un extenso texto en el que, lejos de repudiar los hechos, carga contra la víctima y sostiene un discurso abiertamente antifeminista.

El colectivo uruguayo Varones Unidos volvió a la escena pública tras los crímenes cometidos por su fundador, Pablo Laurta, quien asesinó a su expareja Luna Giardina, a su exsuegra y al remisero que había contratado para fugarse con su hijo de cinco años en Córdoba, Argentina.

Un violento

Laurta, detenido en la ciudad de Gualeguaychú junto al niño, tenía denuncias previas por violencia de género. Según allegados, la familia había huido desde Uruguay luego de un intento de estrangulamiento. Giardina, de 29 años, contaba con un botón antipánico, pero no alcanzó a activarlo al momento del ataque.

Aun así, el colectivo fundado por el propio agresor publicó un comunicado donde responsabiliza a la mujer y la presenta como una “psicópata” que “secuestró” a su hijo.

“El caso de Pedro Laurta es una muestra de las falsas denuncias y de la violencia femenina”, sostiene el texto, que acusa a la víctima de haber “hostigado” al doble femicida y de haber actuado con la “complicidad del movimiento feminista”.

Varones Unidos

Fundado en Uruguay hace casi una década, Varones Unidos se define como un espacio que busca “incorporar la perspectiva masculina a las discusiones de género”. En su página web afirman que los debates actuales “dejan de lado problemáticas que afectan mayormente a los hombres”, como el suicidio, la indigencia o la “discriminación judicial”.

Sin embargo, su actividad pública ha estado marcada por mensajes misóginos, campañas contra leyes de género y hostigamiento hacia colectivos feministas y periodistas mujeres.

Laurta, oriundo del Paso Molino, llegó incluso a participar en actividades en el Palacio Legislativo. El 28 de abril de 2022 integró una mesa titulada “Informatización y democracia”, junto a la exdiputada Elsa Capillera y el abogado Hoenir Sarthou. En esa ocasión se presentó como “empresario de medios digitales” y defendió el accionar del grupo.

Su empresa, VContenidos, brindaba asesoría en comunicación digital desde 2010, y servía como soporte técnico y mediático de las redes de Varones Unidos.

de X a Facebook

Tras conocerse los asesinatos, la cuenta oficial del colectivo en X fue suspendida por orden judicial. Sin embargo, la organización sigue publicando en Facebook, donde su último comunicado generó cientos de respuestas de indignación.

“El nivel de crueldad con el que intentan justificar lo injustificable es escalofriante”, escribió una usuaria. “Usan la tragedia para reforzar un discurso de odio”, comentó otro.

El posteo —que acumulaba más de 270 comentarios al cierre de esta nota— repite los argumentos que Laurta había usado en vida para victimizarse y denunciar supuestos “abusos judiciales contra los hombres”. En uno de los pasajes, los administradores del grupo vinculan el caso con el del niño argentino Lucio Dupuy, asesinado en 2021 por su madre y la pareja de esta, un episodio que sectores conservadores utilizan como bandera contra las políticas de género.

“Las falsas denuncias y los secuestros parentales son manifestaciones delictivas extremas de patrones más amplios de violencia femenina”, señala el texto, en una pirueta argumental que intenta equiparar el doble femicidio con supuestas “injusticias hacia padres varones”.

Un patrón de negación

El discurso de Varones Unidos sigue una línea común a los movimientos antifeministas internacionales: negar la existencia estructural de la violencia de género, atribuir las agresiones a “conflictos familiares” y revertir la narrativa al presentar a los agresores como víctimas.

En este caso, la publicación intenta deslegitimar la voz de Giardina incluso después de su muerte, y minimizar la responsabilidad penal y moral de quien fue su agresor. Organizaciones feministas y especialistas en violencia basada en género alertaron sobre el peligro de estos discursos que se propagan en redes bajo la apariencia de defensa de los “derechos de los hombres”.

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