En la jornada de este lunes los trabajadores de Amazon han dado un paso más en su lucha para la formación de su primer sindicato.
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Este lunes será recordado como el día en que, votación por correo mediante, 5.800 empleados de un almacén en Alabama dan inicio al proceso de agrupación sindical.
La gigantesca compañía, fundada por Jeff Bezos, ha empezado a preocuparse ante la decisión de sus trabajadores de avanzar a la conformación de su organización sindical.
Según informa Página 12, en la jornada de este lunes, “al menos 5.800 trabajadores de un centro de distribución de Amazon comenzaron a votar esta semana para decidir si se unen al Sindicato de Tiendas Minoristas, Mayoristas y Departamentales (RWDSU)”.
El procedimiento de votación se realiza enviando las boletas de votación por correo a los trabajadores del almacén que se encuentra ubicado en la ciudad de Bessemer, Alabama,
Está previsto que el proceso de votación concluya el próximo 29 de marzo.
Considerada una de las empresas de mayor incidencia en el mercado laboral norteamericano, Amazon cuenta con más de 800 mil asalariados, “la mayoría de los cuales son trabajadores esenciales cuyas condiciones se vieron deterioradas por la pandemia de coronavirus”, destaca el medio argentino.
La reacción de la compañía ante la decisión de los trabajadores no se ha hecho esperar y ha comenzado una política agresiva hacia los mismos.
Los trabajadores de Amazon están recibiendo “a diario múltiples mensajes de texto en sus teléfonos. Son bombardeados con proclamas antisindicales dentro de las instalaciones, incluso con carteles en los baños”, ha declarado a Página/12 John Logan, profesor y Director de Estudios de Trabajo y Empleo en la Universidad de San Francisco.
El experto agrega, que este ha sido el modo de presión que ha privilegiado siempre Bezos “en sus 27 años como CEO: buscando mantener atomizada a la clase trabajadora para torcerla”.
La inmensa mayoría de los trabajadores de la empresa son trabajadores manuales y esenciales y durante la pandemia se han visto severamente afectados.
El proceso de organización emprendido por los trabajadores comenzó “poco tiempo después de que el año pasado estallaran las protestas del Black Lives Matter”.
El movimiento, destacó el daño que la pandemia de coronavirus generaba sobre las minorías.
Como “más del 80 por ciento de los trabajadores de la ciudad de Bessemer son negros y la mayoría son mujeres: el sindicato enmarcó la campaña como una cuestión de derechos civiles”.
“Muchos trabajadores de la primera línea sienten que a las empresas no les importa mucho su seguridad y bienestar. Las corporaciones se apuraron a hacer declaraciones públicas preocupándose por sus empleados cuando empezó la pandemia, incluso ofreciendo ‘hero pay’ (paga de héroe) y otros beneficios a los trabajadores en mayor riesgo. Pero esos gestos desaparecieron rápidamente y las corporaciones volvieron a sus prácticas habituales”, resalta Página 12, quien recuerda que, “en los almacenes de Amazon, 20 mil trabajadores llegaron a infectarse en solo 6 meses”.
La situación reviste tal gravedad que, el miércoles “la fiscal general del estado de Nueva York, Letitia James, demandó a Amazon por «indiferencia flagrante» al no tomar las medidas suficientes para proteger a sus trabajadores”.
La investigación de la fiscal emerge a raíz de “su investigación sobre las prácticas laborales de Amazon tras el despido de Christian Smalls, uno de los empleados del almacén de Staten Island que demandó públicamente mejoras en el cuidado de los trabajadores al inicio de la pandemia”.
Al describir la situación en la que se encuentra este tipo de trabajadores, Rebecca Givan, profesora asociada de la Escuela de Management y Relaciones Laborales en la Universidad de Rutgers , expresó “los trabajadores de una variedad de sectores están empezando a darse cuenta de que sin sindicatos y convenios colectivos tienen muy poco control sobre la mayoría de los aspectos de su trabajo”.
Como contrapartida a la decisión de los trabajadores, “Amazon ha contratado poderosos bufetes de abogados y consultores que se especializan en derrotar los intentos de organización de los trabajadores, intentando aprovechar todas las lagunas de la ley sobre certificación sindical para retrasar el proceso”, explicó Jhon Logan.
En paralelo han contratado además a un consultor para “intentar frustrar las elecciones sindicales”.
El especialista contratado es el director de RWP Labor, una empresa que se promociona a sí misma como especializada en “mantener un lugar de trabajo libre de sindicatos”.
“Amazon viene siendo noticia en los principales medios estadounidenses por una serie de repudiables actitudes tomadas frente a sus empleados”, recuerda el medio de prensa quien ejemplifica que “a principios de este mes se supo que el gigante del comercio electrónico se quedó con 61,7 millones de dólares en propinas que sus clientes les habían entregado a los repartidores”, una conclusión que emerge de “una investigación de la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos”.
El caso, enmarcado, en el llamado programa Flex de Amazon, un programa “en el que los repartidores trabajan de forma autónoma utilizando sus propios vehículos”.
En su ofensiva contra los trabajadores y sus pretensiones de organización, Amazon ya confirmó “sus planes de instalar cámaras dotadas de inteligencia artificial en sus vehículos de reparto”, algo que ubicó como parte de una estrategia “para velar por la seguridad de los conductores”.
Las cámaras anunciadas, “están diseñadas para monitorear a la vez a las rutas y los empleados”, una práctica que, aunque legal, es violatoria de derechos de los trabajadores.
Las acciones de Amazon contra sus trabajadores son la contracara de lo que expresara el presidente Biden en un tuit cuando afirmó. “Todo estadounidense merece la dignidad y el respeto que conlleva la organización sindical y la negociación colectiva. La política de nuestro gobierno es fomentar la organización, y los empleadores deben asegurarse de que sus trabajadores tengan la opción libre y justa de afiliarse a un sindicato”.
Sin embargo, esta afirmación no condice con el panorama sindical del país del Norte, un lugar donde “la legislación laboral es relativamente hueca y donde los trabajadores del sector privado apenas tienen la posibilidad de sindicalizarse. Para reestablecer este derecho será necesario realizar una reforma significativa de la legislación laboral”, ha expresado Givan, la experta de Rutgers.
“Las tasas de sindicalización son muy bajas por lo que la mayoría de los trabajadores no tienen experiencia en organización. Pero algunos se han frustrado lo suficiente como para comenzar a actuar colectivamente” advirtió Givan, mientras que, Logan aseguró “que si el plan de los trabajadores prospera estará dejando un claro mensaje a los trabajadores de todo el país que están tratando de formar un sindicato: Si puedes enfrentarte a Amazon, puedes enfrentarte a cualquiera”.
En los Estados Unidos, señala el medio argentino, “de acuerdo a la Oficina de Estadísticas Laborales, la afiliación sindical cayó a un mínimo histórico del 10,3 por ciento en 2019” y aunque el nuevo mandatario “se comprometió a ser el presidente más pro-sindicalista» de la historia”, muchos se preguntan si, en efecto, cumplirá su promesa.