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PERSECUCIÓN SINDICAL, GRUPOS SUPERPOBLADOS Y HORAS SIN ASIGNAR

Un regreso a clase con más dificultades que certezas

El lunes comenzaron las clases con el objetivo declarado de las autoridades de que sean con presencialidad plena. La vacunación y los cuidados están haciendo ceder a la pandemia de covid-19. Sin embargo el inicio del año lectivo está plagado de problemas e irregularidades que a juicio de los docentes se agravarán a lo largo del año provocando problemas para estudiantes y docentes.
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Tras dos años de pandemia que provocó, entre otras cosas, que cientos de miles de escolares y liceales estuvieran durante meses fuera de las aulas, comenzaron este pasado lunes 7 las clases en todo el sistema educativo. Y el comienzo no fue el mejor. Problemas edilicios, institutos que se llueven, grupos superpoblados, falta de profesores con su correlato de miles de horas sin asignar, persecución sindical, agravada por la censura en las carteleras, dan forma a una realidad que se aleja del discurso de las autoridades. En el medio, caída de la masa salarial, profesores con cada vez menos elementos materiales para desarrollar su práctica pedagógica y la posibilidad, cada vez mayor, de que millares de estudiantes no pueden seguir avanzando y queden al margen del sistema.

El presidente de la Federación Nacional de profesores (Fenapes), Emiliano Mandacen, y el dirigente Alejandro Sosa señalaron a Caras y Caretas que por este camino los “problemas se irán agudizando a lo largo del año”.

“Hay dificultades importantes con el tema de los grupos”, comenzó señalando Mandacen. Y explicó: “Tenemos aproximadamente 10.000 horas de clase sin asignar, unas 7.000 a 8.000 horas de tutoría o apoyo pedagógico que no se han asignado. Hay denuncias de grupos superpoblados en varios lugares del país y además todo el problema con las carteleras sindicales en donde no se está dejando colocar el material que el sindicato está distribuyendo”.

Se trata de problemas generados por “un recorte brutal que deja grupos superpoblados, menos cantidad de horas para elegir, profesores sin trabajo, con el consiguiente deterioro de las condiciones de aprendizaje”.

En este contexto es que los docentes resisten una campaña antisindical promovida por las autoridades y que se expresa en la censura a las carteleras, sumarios a profesores y funcionarios y amenazas de destitución.

Tenemos aproximadamente 10.000 horas de clase sin asignar, unas 7.000 a 8.000 horas de tutoría o apoyo pedagógico que no se han asignado”

Mandacen, quién también es el secretario general de la Asociación de Docentes de Montevideo (ADES), dio un breve panorama: “Presentamos una denuncia ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y seguimos trabajando en el marco del eje estratégico que definimos que es el referéndum. Estamos esperando que el Estado uruguayo conteste las denuncias desde lo jurídico y lo político que hemos hecho ante la OIT y el Comité de Libertad Sindical. La persecución sindical se ha profundizado, ahora estamos con este tema de las carteleras sindicales. El compañero Julián (Cabrera) es sumariado y retirado de su puesto de trabajo con retención de haberes por haber hecho denuncias el año pasado sobre incumplimiento de los protocolos sanitarios. Esto consta en actas en la Comisión de Salud Laboral, no es que el compañero inventó la situación”.

Y a esto se suma “la situación de San José, las sanciones a diversos compañeros”. No obstante, “todo eso no nos desvía en continuar trabajando por la eliminación de los 135 artículos de la ley de Urgente Consideración, haciendo muchos énfasis en todos el articulado, pero en particular en lo referente a la educación”.

Para el dirigente, en algunos casos puede verse como “intentos de provocación a la federación”, pero “eso lo vemos como normal en el sentido de que la federación ha asumido una posición muy clara con respecto a determinados elementos que impulsa el gobierno. Se paró en una posición muy clara”. Destacó que la actitud de las autoridades en este sentido “no es lo que uno espera de un gobierno democrático, por ejemplo que no se respete la libertad sindical, pero tampoco puede llamarnos a sorpresa, porque al inicio de este gobierno ya se veían características sumamente negativas para los sectores de populares y los trabajadores”.

En tanto, sobre las dificultades materiales del comienzo del año lectivo, Mandacen señaló que “hay problemas inmediatos y coyunturales, hay sectores donde esto impacta más. Es un problema estructural e impacta en los sectores más débiles, en las zonas periféricas de Montevideo, de Canelones, en capitales departamentales”.

Presupuesto insuficiente

Sobre este tema se explayó Sosa quién señaló que con base en un informe elaborado por la Secretaría de Presupuesto de Fenapes y la cooperativa Comuna se estima que el recorte presupuestal, en el acumulado 2020-2022, a partir de la vigencia de la Ley de Presupuesto actual, se ubica en el entorno de los US$ 80 millones. “Es a precios constante de 2021 con el dólar al valor de ese año, podría haber alguna diferencia según la cotización que se toma, pero es por ahí”, precisó.

De esos 80 millones, 71 son del año pasado y nueve de lo que va de 2022. Explicó que este recorte se aprecia fundamentalmente en dos lugares: uno, en donde la reducción del presupuesto es muy marcada, en torno al 22%, es en inversiones, esto repercute en la situación edilicia. Nos han llegado noticias de liceos en el departamento de Colonia, por ejemplo, de situaciones edilicias muy complejas, se llueve como si fuera afuera, o sea, una situación muy complicada”.

Y lo otro en la masa salarial. “Tenemos dos problemas en paralelo: la reducción salarial, que hemos planteado que es el equivalente a la inflación de 2021, porque no tuvimos ni ajuste por inflación proyectada, ni correctivo en ese año. Esa es la pérdida salarial concreta que tuvimos los docentes”.

Detalló que en 2021 los profesores cobraron el correctivo correspondiente a la inflación de 2020. “Eso estaba garantizado por el presupuesto anterior, solamente cobramos ese correctivo. No hubo ajuste por inflación proyectada y en enero de este año no cobramos ningún correctivo por el año anterior, o sea todo 2021, pérdida salarial”.

Se van a profundizar dificultades que estamos advirtiendo desde el año pasado. La superpoblación de grupos es un dato”

La pérdida salarial “la estimamos en el equivalente a la inflación de 2021. Recibimos en este año un 5,8% que es lo previsto en la Ley de Presupuesto como inflación proyectada para 2022, un uno por ciento adicional, que forma parte de este compromiso muy genérico de recuperar el nivel de compra del inicio del período, pero estamos lejos de recuperar el salario perdido. Y tenemos asegurado, eso sí, en enero de 2023 el correctivo en función de la inflación de este año”.

No obstante, “lo que no está previsto es como sería el mecanismo de recuperación de lo perdido durante 2021 por inflación. No hay una fórmula”.

Precisó que el otro componente “es la pérdida de fuentes de trabajo. Muchas veces se ha planteado la cuestión de empleo versus trabajo, pero en nuestro caso se procesan las dos cosas al mismo tiempo, pérdida de salario con pérdida de empleo. Con la información a la que logramos acceder, le pedimos a la administración informes sobre los vínculos laborales que tenía en marzo, mayo y octubre, porque en general los procesos de elección de horas y asignación de cargos van teniendo modificaciones, si bien todo el año, más en esos meses. En marzo están los cursos, en mayo en general está culminado el proceso de elección de horas y en octubre se ve reflejada la movilidad a lo largo del año. Esto lo pudimos hacer el año pasado con la información que parcialmente nos da la administración y encontramos dos fenómenos: por un lado desempleo, es decir docentes que quedaron sin horas, pero fundamentalmente una situación de subempleo, es decir que la cantidad de horas por docente estuvo por debajo de 2020”.

Esa situación, según Sosa, “se explica porque ante el recorte de grupos los profesores, para armar una jornada de trabajo razonable, optan por menos horas de clase, por la reducción de las horas de coordinación, obviamente por la reducción en determinados cargos como pueden ser los profesores en orientación pedagógica, de laboratorio de informática, dirección de coros, todos recortes que se procesaron para 2021. Nos encontramos que con mucha fuerza lo que aparece es una situación de subempleo. Muchos profesores que reducen su carga horaria. Y por ende también reducen su salario”.

Otro sector afectado y donde “más se ve el recorte” es en área de inversiones. “Cuando nos dieron los fundamentos del presupuesto en 2020 quedó claro que no va a haber obra nueva. Quedó sin efecto la construcción de edificios por PPP (Participación Público Privada, programa elaborado en el período anterior) que básicamente eran liceos y centros de UTU”.

Observó que recientemente se ha realizado “alguna inauguración”, en particular “de algún jardín de primera infancia”, pero se trata de “obras que venían del período anterior. Hay una definición expresa de esta administración de no crear obra nueva. No hay un plan de obra, plantean que los recursos van a estar destinados a mantenimiento”.

Para defender su decisión de no construir nuevos centros de estudio, las autoridades argumentan que “la matrícula se ha ido reduciendo”. Ante eso Sosa explicó que hay datos del Monitor Educativo y del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed), que dan cuenta de eso. “Empieza a procesarse una reducción, sobre todo en los que llegan a primer año de liceo, que efectivamente es menor”. No obstante, recordó que “notoriamente el sistema presentaba previamente situaciones de supeproblación de estudiantes. Existía déficit de infraestructura”, subrayó. “No era que partiéramos de una situación óptima, porque si así fuera y la matrícula se reduce, podría ser razonable el planteo. Entones sigue habiendo dificultades. Lógicamente el efecto termina siendo de superpoblación, sobre todo teniendo en cuenta que si el objetivo que la administración se plantea como medular es lograr mayores niveles de egreso y permanencia en el sistema, esto necesariamente implicaría la necesidad de contar con más edificios”.

En cuanto a las perspectivas para este año, Sosa entiende que “se van a profundizar dificultades que estamos advirtiendo desde el año pasado. La superpoblación de grupos es un dato”. Y agregó: “Hay un elemento que fue central para desmontar la idea que se nos pretendía dar desde la administración: en primer año de Ciclo Básico lo que se hizo fue aumentar topes de 25 o 28 estudiantes según el lugar a 30. Cuando la administración decide crear los grupos a partir de un estudio de la matrícula con un tope en 30 y no 25 o 28 como era antes, entonces ahí hay una definición expresa de superpoblar los grupos. Sin obviar que estos topes se respetan en algunos casos y en otros no hay más remedio que superarlos para no dejar algunos estudiantes afuera”.

“La superpoblación creo que va a aumentar”, subrayó. A esto se agrega que la situación salarial “va a seguir muy deteriorada respecto a 2020 y a juzgar por el dato de la inflación a febrero, de 3,28% acumulado, me da la idea de va a ser un año de más pérdida”.

Falta de apoyos

Precisó que existe también “un componente que es presupuestal, pero es pedagógico también y es la situación de las apoyaturas”. Explicó que las tutorías -que existían en lo liceos- se eliminaron y se apunta a la creación de proyectos interdisciplinarios por centro educativo “donde además se empieza a aplicar lo previsto en la Ley de Urgente Consideración y que son los directores los que eligen que docentes toman esas horas”.

Y en este contexto advirtió que se viene de dos años de pandemia donde el pasaje de grado se flexibilizó. “Tenemos muchos estudiantes que vienen con el arrastre de asignaturas pendientes producto de esa flexibilización. En un año como este, en que se apunta a la presencialidad plena, deberían reforzarse los mecanismos de apoyatura para poder corregir esa situación. Al no existir estas apoyaturas si no existe otro proceso de flexibilización mayor aún podemos llegar a situaciones donde muchos estudiantes terminen fracasando en términos educativos. No logrando un pasaje de año salvo que se generen nuevas excepciones”.

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